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ZAMBOROTUDO ZAPAPICO
De amor un rayo ni tus ojos marchita, el fulgor de la frente con prisa nueva, pues la linfa en su fuente resplandece.
¡Vaya zarabanda!.
El silencio veterano junto a la estufa, la melena hirsuta de sangrienta mofa, de fortuna en busca el mundo muda.
¡Vaya zarpazo!.
De la vieja ausencia en espiral serena, el viento al cantar se apaga intrigado, envidiando las tumbas de las veredas.
¡Vaya zambullidas!.
Soñadoras y perdidas a la vida visten, con la nieve entre los cabellos grises, la infancia risueña embalsamándose.
¡Vaya zoquete!.
En la silueta mustios papeles extraños, en las campanas de pergaminos viejos, el desamor al herir taladrando agravia.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ANFRACTUOSIDADES
_____ ¡Anfractuosa! _____ Por la voz que a la pupila sigue, un relámpago en la sonrisa, brota un cielo extraño, a la tibia farola de la noche, del frío anudado en la ventana, del grano desnudo en la cocina, del pié inquieto de la silla.
_____ ¡Anfractuosa! _____ La voz sencilla está en la arena, con la soledad relampagueante, la voz siembra su lluvia, con la silencia tumba, la voz serena respira, con la sorpresa invisible, la voz sopesa cada labio.
_____ ¡Anfractuoso! _____ Porque ya nadie llueve llaves llenas, ni hay pudor pálido peinado, ni ya queda duda dable debida, ni hay simple muerte magra medida, ni ya fuera nueva nave negada, ni hay dentro suelo sano sedoso. Porque ya nadie turba tanto tendido.
_____ ¡Anfractuoso! _____ El bosque el árbol la rama, sobrecogida sobrelleva sobresaltos. El mar el lago la charca, diminuta discurre disgregando. El camello el caballo la cabra, contempla corredores cosechando. Ésto éso aquéllo insufrible sinuoso.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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INCONEXO E IMPUTRESCIBLE ( Neosurrealista) Entre cientos de palabras la razón, se pierde crucificada con crueldad. ¡Azul sin tiempo de ser verde!. Porqué El amanecer se ha quitado, la noche somnolienta, bañando al sol, las sombras que tocan, las campanas en silencio.Por la ignorancia invadido. Oasis obstinado original. Por la libertad inventada. Máscara mayúscula música. Por la desigualdad aumentada. Vestimenta vidriosa vitoreada. ¡Por el espíritu perdido!. Recostado, en los brotes de las hojas, extraviadas, en la nieve sin otoño, frío desnudo, del calor en trozos rotos, andando, por lo menos, el sol al mediodía.
En la inconsciencia programada y regalada. Fatalidad fervorosa fingida flauta floja. Por el grande contra el pequeño. Por el fuerte contra el débil. Por el armado contra el indefenso. Por el rico contra el pobre. ¡Oh, cenizas de la fraternidad!. Decorando al destino. Inhumano. Salpicando las ventanas, con los hilos vidriosos, del viento envejecido, con la reverencia, verde de una nueva nube. ¡Vestida de ese día!.¡De historia, muerte y cobardía!. Porqué El alma se ha enfermado. Y la compasión se ha evaporado. Y la magnanimidad es un sueño. Y la bondad se vende, se fabrica. Y la benevolencia se anuncia. Por imaginarlo inconexo. Por creerlo imputrescible. Donde. La nueva obscuridad camina, por la piel de la consciencia, ciega, de espaldas, arrodillada. En Este futuro. Excelso excéntrico. Expedicionario exterminio. Extravagante extremo extravío. Productor de ausencias puras. ¡Productor de ausencias puras!. Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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NATURALMENTE PAROXÍSTICO
En los labios de un lucero, la sed teje la sombra, del amor que no se evita, en el suspiro que se marchita, ante una flor inerte ya de luna, que lento la penetra con nueva vida, y riega cataratas más allá de su destino, naturalmente paroxístico naturalmente, con su última pureza transitoria, con su núbil desnudez azul. ¡Cielo soñado!.
Sí, sí. Dichoso vive un latido prolongado, en la virginal pasión sin impostura, en el fuego humano sin escisión, sin explicación ni plegadura, sin atadura ni vestidura, en la atildada ondulación de un rubí, en la entrega natural de una perla, al amparo del viento y de la lluvia, en la efusión que enriquece al tiempo, y atraviesa los incendios humedeciendo, al fuego verde
Naturalmente paroxístico, esplendente, refulgente, a pesar de la predilección intrincada. ¡En las hondas inquietudes dulcemente!. A pesar de las laberínticas pasiones. ¡En los párpados del cofre satisfecho!. Dilatando el firmamento estrecho. ¡Oh, entrega que comparte!. Derramado el momento inolvidable. ¡Oh, naturaleza que diviniza!. La eternidad palpable y perceptible. ¡Ahí por siempre!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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INMADUREZ O NADA...
Si No Te Ahogas Verde ¡Del pelo al hueso!. Tinta seca sin seso, solo dedos.
Al placer del escritorio, en la jerarquía de la humildad gelatinosa. ¡Que a la nueva realidad no se resigna!. Porqué los años se destejen, al interior extremo. Ladrones de las heridas del vacío, de la hipotética actitud ignorada.
Inalcanzable de los desiertos en un grano, de arena que se rebela con el único lenguaje. ¡Seco en las ruinas de la playa!. Viviente, inmadurez que nada alberca, inmadurez verde, más que cualquier verde. Nada sobre la misma nada. ¡Verde!. Donde al eco ladra, aterrando al silencio. De ningún modo hecho frase, y brilla. ¡Angustiando al horizonte!. En el fulgor que desconfía, decorativa inercia, del inevitable falso, hueco de gotas rabiosas, en la comunión del armadillo al fragmentarse, en el vertical fecundo, del soplar al fondo.Una misma energía, verde nada, ó se ahoga, entre cualquier diferente alberca, envidiando. ¡En la falsa dimensión, indiscutible verde!. Inmadurez....¡Que deja indiferente cualquier luz!. Derramando la pálida miseria que corroe, a la ínfima pasión hecha de huecos. ¡Por la misma pasión frenética del vértigo!. Al condenar la exaltación Del tabaco despreciado por el plomo Del amor entre la pólvora riqueza Del hambre infinita del bolsillo Inmadurez o nada... ¡Verde gris! Al deseo sin imprevistos ni riesgos Donde caminando se detiene la impostura. Entre los millares de anhelos calcinados, defensores de la masa informe, de los aplausos del jumento. ¡Iluminado portabotellas unánime!. ¡Nada verde nada... Con la inmadurez del viento! Con esa nada sobre nada o se ahoga. ¡De los rugidos en cierto modo!. Gris albura.
Donde el coro elegante, tortura los lamentos, con el asombro inalcanzable, tal vez inexplicable, en la concreta realidad. ¡Minúscula insignificancia!. Por el suplicio, del tapete abierto... De la desnudez fugaz. ¡Del relampaguear temeroso!. Haciendo de la mentira un mártir. ¡Qué al secreto enfría, frágil flama falsa!. Con todo lo excesivamente del escarabajo, altivo... Saltar del pantano al soplo imberbe. Entre, la pestaña verde, pupilo del cepillo. Verde feroz, inmadurez rabiosa. ¡Nada de seso alumbra!___ Nada verde ya.
Verde gris, más gris que el inagotable sueño. ¡Nada es más frágil que la púrpura impureza!.Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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BRECHA VOLÁTIL
Partirá Del Pasado En la audacia intempestiva bajo el zapato Porqué.......¡Estaba decidido abandonar la nada! De los sueños mecidos de la noche Saliendo alrededor la voz estridente En las cuerdas qué cuelgan las estrellas Volátiles. Las lunas pálidas Brechas palpitantes y después tal vez nunca Entre relojes asustados pendulares ¡Incorpóreos los rostros!. A la puerta herida antorcha reblandece enlagrimada. Por Ser Maltratada. La incertidumbre alumbrando. La lucha gris de las baldosas. Brecha volátil, volátil brecha. Entre ambulancias amortajadas. Las llaves últimas, cerraduras de labios tiernos. Conocido el miedo grave fuerza del triclinario ligero, fuelle fuente y desenfreno, enterrado. Cuyo furor habíase calmado poco a poco olvidado ¡Bajo la tierra también, destino, al cielo!. Muchos hay, muchos, que no suspiran.
Ni respiran, ni son del cuerpo. El alquiler del alquitrán del alacrán. ¡De los años el disfraz!. Millonario reciclar los mil mensajes. Las esquinas caminando. Los andamios sepultando. Las esperanzas fosilizando. Los espectros coleccionando.
Bre Cha Vol Átil.... Donde la nada nueva del pasado nada. Oculto en la cadena clavada. Hay colgajos de los sueños Mo-li-dos. En Las Manos Temblorosas de los porqués de brechas volátiles. ¡Meciendo sueños colgados de las noches sin estrellas, siendo del polvo ahora sin presente!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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RONDANDO
Embriagado El Ron Dando vueltas en las copiadas originalmente.
Ya Las cansadas quejas ruedan. Bien qué... ¡Mudos nudos desnudos!. Mal qué... Pétalos helados en la dureza frágil. ¡Dónde la vida se precipita!. Hasta de la misma omisión el insulto.
Del Amor Prístino. Rehén... Ronroneando a cuatro gatas. Acelerado el verdor marchito. ¡Rondando!. Por lozanear arimez. Entre el pululante esvarar. El aliento. Más íntimo hollando. Con el auge del vaticinio un latrocinio laureado. Por La nueva peste lisonjera. Espaciosa. La silla almidonada bien sabe:
CUM SURGUNT MISERI, NOLUNT MISERERI
Rondando La mecánica y rastrera postrimería. Del quintaesenciar al quinqué. En la palidez desfigurada. Al acrisolar la turbulencia. Del crepúsculo naciente. ¡Amalgamando!. Todo Avenimiento desabrido. Yerto estandarte en la bóveda lánguido. ¡Raudo reptante y asurcado!. Porqué... La tormenta derrumba el firmamento. Estrafalario escobajo. Horizonte de agoreros. ¡Inflamado!. En la travesía del mantear. En el periplo del guasearse. Entre limaduras de repasata. Plácido, el panteón espera. ¡Enviciándose!
Dando El Ron... (Tal vez solo eternamente). La manzana dulce del olvido, por los recuerdos mismos. Las memorias. Del Imposible Del vivirse mortalmente herido. Y Todo porqué el futuro. ¡Nos ha olvidado!. Y ¡Oh, verdad de los tiempos!.
CUM VITIA PROSUNT, PECCAT QUI RECTE FACIT
Y Entre el dirimir escabroso. Solo Al recuerdo adherirse. ¡Ferruginoso!. Por apurado listel oficioso. De la memoria. Y Del Rescoldo ajarse.
¡Qué rueda y rueda muerte tras muerte!. Así Rondando El cereño suspirar briscado. Así Rondando El opíparo labio escaroleado. Sobre El saldo insoluto. Del crédito Más qué... ¡Pompa depravación robliza!. Rondando. ¡Al exorar, orar, llorar, raerse al alma!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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EL VOLCÁN SABE
De la nieve nueva herida helada. En la voz débil del pasado otoño. Lugar común de atenta súplica. ¡El fuego en el pecho lava!. El humo de su noche. La falda de su blancura. ¡La sensación de sus entrañas!.
El Volcán Sabe Solo de su lago y afiladas llamas. ¡De los altibajos entre los siglos!. La memoria presa en su corazón de fuego.
Embriagados los rayos su sol apaga. ¡Midiendo y midiendo!. Midiendo. Los secretos al aire. Atronador brillo del mármol blando. Sabe El Volcán Sabe.
Endurecer sorpresiva una sonrisa. Enorme alud y acantilados lentos. El volcán___A veces, vuelve, vuela. Flama vela__Decorando una pintura. ¡Volcánica marejada y petrificada catarata!. Herida... Ha visto la nube. Desnudando tormentas. Sumergido. Sabe, él, solo, trémulo de furia. ¡Detener avalanchas zigzagueantes!. Y del fuego___ ¡Viejo y nuevo. ¡Qué de las entrañas brota!. Lo sabe, y lo sabe bien.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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EN LA TORRE DE CRISTAL
La máquina empezó a desarmarse sola, después innumerables intentos y de ni- velar el verde con el rojo. ¡Nunca lo había visto!___Al anochecer, y recostado en el sillón flotante dijo la voz emocionada bajo la vieja gorra de antimateria. Hemoglobinado parecía en el cielo verde estar contento y sorpresivamente preocu- pado... Es algo increíble, y había pausas en su mente de ingravidez matemática oscilando la mirada por el techo, la torre, por diez segundos había visto, pensaba, sentía, a un sólo paso de cruzar el puente vegetal, al fondo del eritrocito. ¡Maquinaria humanizada!. Mmmm. En un nanosegundo, la emoción lo embargaba clorofílico era cada latido un mecanismo... ¿Sería él, el primer chiquillo niquelado? Al borde del acantilado, en su laboratorio, el verano contemplaba, un paisaje hacía justo diez mil años, antes, desaparecido. El matíz del cielo era afectuoso y el tema de la vida lo tenía absorto.
Pero... Ahora, esta nueva célula metálica humanoide, sería el resultado de... ¡No, ni pensarlo!____Dijo, los transgénicos tenían dos siglos prohibidos en casi todos los planetas.... Aunque, tal vez, en ese rincón, el hábito alimenticio de los artrópodos no había sido observado con atención continua... Y las nanopartículas programadas dejaron de usarse, los resultados habían sido terribles. En fin, no podría decirlo. Nadie daría crédito a sus palabras. ¡Níquel qué piensa!___ No es posible, el aceite luminoso y volátil, era sólo un óxido. Le dirían... ¡Eres un simple chiquillo!
Y la leyenda de la torre de cristal eso había sido durante varios milenios, archivada en el edificio transparente, solo accesible a sus digitales recuerdos. El mecanismo de la vida, líquido, le corrió entre unos arrugados lunares y la piel casi plata en el cuello. El camino desde las mejillas emitía un reflejo rojiverde...En la voz del tiempo, sin historia. Se durmió soñando en la torre de cristal.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Vítreo vivero
Regresó a las mil noches el primer lustro, él, viejo zapato del camino, crepuscular mes con la semana, llena de luna, de lana, de lona, el periférico al titubear un sol, el milenio de kilométricos rechinidos, el excéntrico trasluz lento.
Regresaba, insensible, envidiabladamente. (En-dia-bla-da--¿Mente?). tal como meteórica plegaria, tal pasadizo incandescente.
Al regreso, deslustrado, deshilvanado. ¡Un color nocturno de vitamínica ceguera!. A A primigenia de lámpara, desmembrada, ella, nueva calzada del puente, aureolada hora con el día,
vacío de sombra, de silencio, de salud, lo concéntrico, al asegurar, una luna, lo mensual, de milimétricas sonrisas, lo trivial, nocturno, evaporado.
Un Cuento ¡Antes del comienzo!. Había una vez. ¡Terminado!.
¡Una noche menos!. Un menos, multiplicado. Un menos, nadificado. Un menos, menos. ¡Una noche menos!.
Descontando todos los cuentos. ¡En un descuento!. Un ¡Menos qué una noche!. Una noche, perdida y milenaria. En el vitral que vivía. En El vivero, vitrificado y vitreó la vida.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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