I*** LA ABUELA ROSARIO *** ANA MARÍA MANCEDA -en Antología CONVERGENCIA NACIONAQL DE POEMAS. JUNIN PAIS. 2OO3. BUENOS AIRES.
Crecí junto a ella, la abuela Rosario. La vida nos trajo hacia tierras húmedas rociadas, mojadas por gotas de plata. Quedaron tan lejos los cañaverales las zambas, los ritos, pequeños lagartos. Quedaron las tumbas, fantasmales gritos de guerras patrióticas, de indígenas sabios. Quedaban...quedaban...todas las raíces el trópico, la selva, los cerros perfumes lejanos.
¿Qué trajo con ella la abuela Rosario? Más que palabras evoco sus silencios trágicos silencios, silencios de ausencias y su mirada, tierra oscura de musgos, doliente, sorprendida de ver horizontes. Su olor a naranjos y su caramelo de menta y el cigarrillo de chala que fumaba por semana. Sus velas, sus santos, su fe inquebrantable.
En la gran cocina de la casa platense ella esculpía, pintaba con sus manos mágicas el aroma lujurioso, el sabor profundo, misterioso de las antiguas, exquisitas comidas del Noroeste; tamales, tortillas, locros, empanadas ají molido, cebolla de verdeo, ternura y una niña quieta que heredó nostalgias mirando asombrada, como se amasaba con las manos mágicas, repletas de historia un destino errante. Imágenes, largos cabellos canosos, peinetones. Imágenes, arrugas morenas y el tiempo abuela Rosario. Está por nevar y no entiendo al viento a tu ausencia, ni a iconos olvidados de la infancia.*************************
La esquela virginal abre sus brazos de luna. La invaden mis exploraciones. Búsqueda frágil de algún soplo.
Cavernícola necesidad de comunicación. La nada baila con sones de tamboriles. Es el gran poder de la palabra el que desciende.
Debo ser jardinero con manos atadas. Desierto que repone los rencores. Candilejas de vallenatos trágicos. Aromas de tangos espumeantes de vacío.
Pensamientos que no quieren aflorar. Restricciones de tiempo y la esquela sigue. Sin destinataria. Sin un beso. Sin los preámbulos que canalizan las pasiones.
Sin la humedad que se genera en la boca. Sin saciar el desolado dolor de la ausencia.
Desafío inconfesado de retomar la réplica. De sonsacarle esquirlas al sol que amanece. Sin fuerzas para recuperar en una esquela confidencias de senos abiertos.
Musicalidad al soplo de los dedos, escarbando locuras en el monte de Venus, convencido de la perpetuidad del romance.
Amante de la suave organza, comediante de la pluma astral. Tarotista acogedor de tus silencios y quinta columna de tu reprimida sonrisa.
Desafío de contar en una esquela la lejanía de tu estrella y mi red de candilejas tratando de acercarte para el festín de las pasiones adeudadas.
La tristeza me sabe a ti, a desesperacion amarga, a dulces pesadillas, a lucha insensata, a noches de nostalgia... Sabe salada, como filo que arde en la lengua, filo, que corta el paladar, como cielo que se cierra borrando las huellas de todo lo que hice; de todo lo que jamas podre hacer... La tristeza me sabe tanto a ti, que ahora que no se nada, busco tu sabor hecho un susurro en la lagrima que se derrama, esa que llega aun llega a mis labios... Te beso y me besas, y encuentro amor mio, que tu... que tu... ya no me sabes a nada...