POR LA INOPIA PALMARIA
Adiós al pasado de mil presentes,
en el futuro que ya se ha ido,
derramando días como lágrimas furtivas.
Por la inopia palmaria.
Adiós adiós a los esqueletos,
de las noches noches estrelladas,
en las ventanas cerradas,
que amaban dormir en el bosque,
que traía de regalo un brumoso lago,
que abría sus ojos al jinete.
Por la inopia palmaria.
En los cabellos trigos y abejas,
marchitando las pupilas de la madera,
con el puño del viento de la tarde,
con la sangre del vino de la playa,
sin el alba naranja de la huerta,
enemiga del castillo encadenado,
del grito de la higuera.
¡Lloviendo noches sonámbulas!.
¡Nevando mañanas dormidas!.
¡Secando tardes despiertas!.
Por la inopia palmaria.
En las paredes sin techo,
con lechos desvalidos inermes,
por donde los cielos huyeron,
por donde las casas murieron,
en las campanas calladas,
y las calles hechas nudos desnudos.
¡Por el obscuro silencio sin tiempo!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez