Textos :  Materialidad victoriosa
MATERIALIDAD VICTORIOSA
(Texto Neosurrealista)

Por el pájaro campana
escondido
entre los astros
el cielo canta
su historia de polvo y plumas.

Curiosamente, lo que aquí nos ocupa, no es considerado
como problema, fuera de la más sencilla de las negaciones
de las moscas negras, y los metálicos grillos, con piel de
cordero, con la vil pasión traidora, de las mentiras del
pasado, y las mentiras venideras, dando el estímulo gris
suficiente para el cambio, a un desastre mayor, atrapados
por la disyuntiva del triunfo a fuerzas, y el éxito absoluto,
trasmitido tradicionalmente por los aires, con la simple
alusión al dedo que lo dirige. Aunque jamás fue posible
definir positivamente su pasado. ¡Elefanteado hormigosamente!.

Con la sonrisa
intemporal del hambre
la justicia ya no habla
tiene luto por su tumba
entre los dioses muerta.

Por la solidaridad reconocida, de los huesos y el humo,
mientras el destino mítico de las almas perece, en el
bolsillo de las monedas reflexivas, para descansar,
purificarse y regenerarse, esterilizando la consciencia
de pantanos, basureros, y podredumbre envenenada,
con las leyes de la gravitación universal, y el equilibrio
de la desaparición forzada del fracaso, la ineptitud, y
los intereses deducibles, con fulgurante rapidez, sobre
todo con los más poderosos en pobreza e ignorancia,
con lo más autónomo de su plenitud... ¡Alacránica y abuitreada!.

Por no aceptar
la verdad se ha suicidado
colgada de la esperanza
baleada por los anhelos
donde el engaño triunfa.

Sin embargo, la peculiaridad de la física no estriba tanto
en la amplitud de su objeto, sino en la ambición desorbitada
del amor por la equidad, donde no se admite la ambigüedad
en la distribución de la riqueza, y del trabajo compasivo, que
la ética de laboratorio cibernético se encargará de confirmar,
depurar o refutar, en la reducción máxima de un sistema de
fuerzas espiritualmente perfumadas, con los métodos algebráicos
latiendo, con palanca y balanza enamoradas, más allá del torno
y la polea disgustados, por el movimiento rectilíneo uniforme,
en la dinámica del sólido sin efecto. ¡Culebreando pavorosamente!.

¡Oh, materialidad deleitable y virtuosa!.
¡Oh, materialidad de incitante pureza!.
¡Oh, materialidad de tentación sublime!.
¡Oh, materialidad delicada y compasiva!.
¡Tu éxito y triunfo, ha hecho de la humanidad un mártir!.



Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas surrealistas :  Piruetas del pinabete... (Visual experimental)
PIRUETAS DEL PINABETE

Y
La
Música
De porcelana
Sabe a mañana
En el sol sencillo
Sin tumultos sin tejer
Pétalos al río lejano hoy
Del terciopelo que olvidó
Su nombre en las palabras
Que encienden las letras tres
Tintas y cristalinas del libro hoy
No escrito el poema no hecho música
Del viento del fuego dulce dichoso dúctil
Discreto divertido distinguido durmiente
En la honorable hoguera pulcra recipiente
Del recato del pasado purpurino prudente.


El
Nunca
Ha sido
Un bosque
Una hoja seca
Un estado ligero
Un ahora estático
Un negocio cruento
Una mano halagüeña
Que mueve al consumo
Del aire del aliento alimento
Porque busca volar con sus alas
Es vapor del humo invisible hierro
No es un aquí y ahora de simple engaño
Es el presente un activo proceso surgiendo
No es... ¡Está siendo!... Es el camino haciéndose
Libertad no fabricada ni vendida ni cómoda manipulada


Piruetas
Creativas
No mercantiles
Hostiles viles serviles
Cultivos cuerdas cúspides
Sentimiento pensamiento aliento
Selva montaña pradera y ensueño
Pupilas inquietas amargura y pasión
Borrascas que vuelan desconsuelos y fuego
Manos de trinos y tintas y espigas de agobios
Inmensidad en una letra audaz frontispicio hoy
Vespertino silencio monte palatino peregrino ya
Tierno llanto en la cansada esperanza de cabriolas
Emboscadas emociones en la ondeante simetría rauda
Del metal de las sombras heridas cabriolas etéreas verdes, por la carne del tronco de las hojas y las ramas del anhelar. Bóvedas fragantes estrofas,
esclarecidas piruetas de platas nuevas


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Oda al olvido incoloro
Oda al olvido incoloro

De mañana
por el sol
petrificado
derribando
las murallas
del recuerdo
impermeable por el agua
perdida
en cuanto gota seca hialina en diagonal
en cuanto laguna oblicua entre zoquete
en cuanto mar altisonante y barroco
en el subsuelo.

Perdido
entre palidez
sin sombrero ni paraguas
con chaleco
de guerrero diminuto
nave desdentada
por ennoblecerse abribonado
en la ígnea extensión
del tedio encerado
nácar de primavera.

En la nimiedad
un churumbel
fortuito
remoto
de pronto
esfumada
la tintura
vibración
por
la
niebla
saturándose
de huecos sobre tiempos
secos años dentro
del camino sin cifras
por
el vidrio
plano
entre charcas y lagunas,
No sé
¿Quién?
Está cribando al cedazo.
¿Cuándo?... El suelo tortuoso empezó a gritar
era o no así
repitiendo
hasta
el cansancio
el relámpago.

¿Gris memoria extraviada?.
Por las campanas
que lloran
la muerte insepulta
palpitando
en las hojas
de los ecos
impacientes
por
el
mar golpeado
ennumerando
las burbujas
del polvo triturado
y sin aliento, soñoliento
y sin amartelarse, truhán
en la fimbria de franqueza
por el suelo
oprimido
en la sed
sucesiva
de la sangre descabellada
de la telaraña
de la frente
sin saberlo
el hueso
en el letargo
abejas inmóviles
hormigas sin negocio
bebiendo indiferencia
por las calles
y los campos
hechos añicos
del grano obscuro, germen intemperante
inexorable
caída
de nuevo ... No sé, soy invidente
al horrísono ambiente de orfandad
incólume
vetusto retorcimiento, rumboso el tiempo.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Cuentos :  El Último Híbrido
EL ÚLTIMO HÍBRIDO

Todo esto sucedió hace mucho tiempo, y desde entonces, la tierra es inhabitable, los humanos, si así puede llamárseles, olfatean por todos lados y reptan.

Y acaso yo hubiere ido, hubiese viajado teletransportado a otro planeta,
y explorado lejos otras lunas y conocido lugares entre los asteroides
menos hostiles y hubiese olvidado las victorias de unos pocos
que sólo fueron las derrotas para la mayoría.
Pero no, ahora que me descongelaron después de ciento cincuenta años,
no puedo acostumbrarme aún a vivir en esta insatisfacción que tal vez
irá suavizándose con las décadas siguientes entre los monitores macromoleculares y las vibraciones antigravitatorias espirales.

Sí, y esto es posible, aún lo creo, bueno, más bien quiero que así sea, y ser apenas un malestar en el recuerdo, no demasiado insoportable que me impida trabajar, al menos en la fantasía creativa del coloide psicocibernético de las analogías humanoides. Y hasta desplazarme por las líneas de tiempo concentrado en las fibras neuronales artificiales, que me han colocado cuidadosamente los diligentes nanorobots de las ondas ultrasónicas transgénicas.

Afuera de la cápsula, el polvo radioactivo estaba empañando el fuego carmesí del tercer sol, y el inmenso lago flotante era absolutamente
estéril, ocultaba la perversidad cibernética del último siglo en el castaño opaco de la superficie áspera y viscosa.

Tú no eres tú, ni humano ni androide, tú eres sólo nadie y tu ira una simple chispa sin precedentes, olvidado, malherido en el alma, del golpe fiero del carbón podrido y oxidado, del infame nitrógeno caduco entre el hidrógeno tóxico de la naturaleza humana incapaz de cambiarse por la voluntad razonable del menor sentimiento de humanidad auténtica.

¡Éso me decía!. Vaya pensamiento ingenuo en la cándida esperanza del mañana puede ser mejor, si así lo queremos de corazón. Pero ¿Cuál?... Ningún corazón pensaba racionalmente, estaba atrapado
en palpitar solo ante la sexualidad vulgar, la muerte hecha negocio, la violencia gratuita y barata. Y los híbridos solo metaloides de teorética desteñida.

Si tan solo una vez se hubiese querido de verdad, ahora se tendría un cierto
consuelo con sólo apreciar que algo se puede cambiar de la naturaleza humana destructiva, de la cobardía sin paredes, de la piedra hecha pensamiento, en lugar de tantas cruces y hombres muertos en el fondo del pecho y donde
las lágrimas no alcanzan.

No, uno no puede menos que darse pena cuando ve su interior expresado en otros hambrientos de sentimientos genuinos de comprensión y hermandad.
Pero después del gran conflicto, estaba en las peores condiciones posibles.

Mis circuitos fueron inútiles. Si bien al principio creí que teníamos la oportunidad,
y como híbridos no podíamos negarnos a cruzar las barreras impuesta por la cruel manipulación de las masas inermes.
Con el espíritu indefenso, con la consciencia
amorfa, solo el lodo de las ancestrales leyendas de muchos planetas y lunas.

Pues bien, uno tiene la mirada fija en los siete pares de ojos laterales y el analizador
emotivo regulador de conductas implícitas, como el ámbar que florece en un vergel.
Y por eso no se da cuenta de lo que pasa a su derredor. La misma historia de abusos, y atrocidad inhumana indiscriminada del grande sobre el pequeño, del lagarto con el cuerpo de hombre, de los gusano habitantes en el fondo de la más mínima consciencia.

Así sucedió que las más grandes y populosas urbes del mundo conocido, se hallaron al fin, sumidas en un silencio profundísimo, inusitado y paralizadas en el íntimo juicio.
Pues la información masiva se hizo a tal grado psicotóxica que prácticamente nadie
quedaba al margen, ésta solo era una masa dañina de sexo excesivo, armas y privación de la vida, la violencia como negocio, y las leyes, solo ruido de herramientas gastadas oxidadas en las mismas esquinas del aire.

Ese es hoy mi problema. ¿Qué voy a hacer?.
Hace varios años que no puedo distender las fibras del espectro electromagnético,
y clonar el sueño ancestral del reposo espiritual prolongado.

Me siento culpable. Y la cortina electrónica es incapaz de filtrar las microvibraciones negativas del pasado solidificado en la mancha macilenta de las nubes diluidas de los pocos humanos,
que aún se resisten a morir, en el fondo diáfano de la brillante geometría del casi extinto humanismo, por más mínimo que sea.

Sin embargo, mi yo ha quedado reducido a algo, ¨algo indefinible¨, no hay analogías
moleculares en las sensaciones, ni dolor, ni placer, ni frío...ni angustia.

La cápsula se detuvo, pero antes de la desintegración creí pensar que alguna cosa
estaba transformando, era una extraña percepción lumínica, comprensiva, total, una
especie de fusión inefable... Muriendo vivo en universal movimiento.
Y es por esto, que partí al infinito. Y pasar a ser quién soy... ¡El último híbrido!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Un acuoso juicio
UN ACUOSO JUICIO

Agua tras agua, en el grande mundo,
limitado y definido,
la humanidad se ha descocido,
del hombre mismo,
que en la gota sueña, cómplice.
Entre desierto y rocío,

el egoísmo del amor escondido…

Entre la brisa y la nube…

Alimentando los anónimos vacíos.
En el corazón incomprensible.
Dónde los trenes detienen las vías.
¡Sin prisa. En las raíces del vapor azulado.

Lento y como líquido péndulo, inclinando al
horizonte.

Tomando al cielo, cuando las calles vacilan.
Y pidiendo perdones insoportables.

Enredando los tiempos en cualquier momento
amontonado, de la silla gato amonedado.
Como gotas que tiemblan entre crasitud y empalago
por todas partes…

Como cataratas resinosas, fragmentarias
y disgregables enamoradas.
Como la llama helada.
La misma discordia escinde un cisma.
Helada la llama como,
divergencia diseminada.
¡Casaca dispareja!.

Se derrite, se apaga y corre.

Más despacio, no llegaba al final nunca,
donde las curvas se iluminan
con la negrura.
Y en el mundo los muros se alargan,
y la humanidad pierde al hombre,

y el humanismo es una quimera,

en el amor que espiga entre fantasías,
perdido enano metido en cualquier ombligo.
Como de los espejos
huyen las paredes
transparentes
y las ventanas
invisibles

de
los reflejos.

Y en el desierto, la mano limpia su sed,
al agua, de la mirada extraña,
al desprecio crispado del engendro,

que tuerce todo, y vende la muerte,

una tras otra, haciendo del olvido el negocio.
Destella mensajero adiamantando tumbas,
rastreando cualquier ala, y petrificándola

en cada camino. Compasivo en exceso y arbitrario.

Entre las voces gemelas de los ecos perdidos.
De fogarada fofa.
De fusilar fragancias vivientes.
Y litografiarlas.
En
El

Silencio. Escuchando el palpitar de las ausencias.
Y como las pasiones. De pandereta y castañuelas.
¡Pasa y pasan!. Fanfarria, gaita y ocarina.
Como las viejas plegarias.
Dulzaína doblada, olifante despistado,

como los nuevos placeres.

Balalaika adormilada y Concertina anonadada.
Entre las huellas del Contrabajo,

y los corazones gemelos del Xilófono, sonriendo.
Hileras dobles por la vida.

Desde el Flageolet hasta la Tuba y Bombardón.
Paralelas dobladas entresijo y recoveco,
que cambian y se aman,
en las manadas de las maletas,
en la cena sin expresión,

en el hambre vertical.

Paralelas quedan las sonrisas paralizadas.
Y en su voz el agua. ¡Canta y sueña!.
Con la misma voz amarilla del desierto.
El desierto del existir ignorada.
El hambre qué asesina el alma.
El ametrallar la consciencia.
El apologista de la amnesia,

que soñó en los pechos,
de los helechos lechos.
Pechos alegres techos,
y turgentes confesos.
Esperanzas absurdas,

y comestibles ya,
en la sequía,
de la vida.

__¡Real!__
Cuando la vida vale menos que la muerte
y se amerenga el desconsuelo,
y se carameliza la crueldad,
y se confisca el descontento,

cuando el amor muere. ¡La cordura es el absurdo!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  El fúnebre amarás... (Experimental)
EL FÚNEBRE AMARÁS

El fúnebre. ¡Amarás!.

Llenó de eco los grandes huecos,
los ideales envejecidos.
¡Ataúdes de libertad amarga!.
El negocio, vende, al hombre... ¡Muerte viva!.
Con
La extraña musicalidad, enmohecida.
Con
Ausencias qué traspasan, ahogando.
¡Allá, en el fondo de este espacio!.
¡Aquí, en la misma esencia del tiempo!.
Por
¡Dónde el umbral apila, enseres!.
El
Caos
Como
Morada. ¡Amarás. Amarás. El fúnebre amarás!.

Al encarnar quizá las pesadillas.
Los dioses, arrepentidos, ajenos al clima.
De la tradición rehenes. ¡Fúnebres!.
Del polvo, humano manantial, inagotable.
¡Arruinado descendiente, de las tinieblas!

La misma oscuridad.

Falleció aquella misma noche.
Entre las velas de cera.
Al favor de las estrellas desfigurando.
Al llamado de la puerta humilde.
Entre los harapos desmoronados.
¡Una hoja del calendario!. E-l-d-í-a.

Elfun...Ebre...¡Amar...ass!
Con
El
Otoño escritor de los veranos.
Digno invierno de primaveras.
Del cuadro, en el vestíbulo, abriendo.
¡Las cartas al bostezar!.
¡Las piernas torneadas por el jugo!.
El
Desconcertado. ¡Triángulo, de naipes!.

¡Amarás, la muerte qué perdonan las rodillas!.
¡Amarás, al más hermoso fúnebre y tierno, desconsuelo, con la miel más lúgubre en la hiel!.
Y
Hasta el claro disturbio.
de los pantalones nuevos,
y las mangas del tallar,
los pliegues menos apresurados.

El
Fúnebre
Amarás
Está...
En la ventana sentada.
En la puerta recostada.
Donde.
El sofá en la cama preveía cavilaciones.
Inevitables sombreros bebiendo.
¡La confesión sorprendida de los trenes!.
¡Las barras bautizando mandarinas!.
¡Las estrellas conserjes del cementerio!.

.¡Amarás!.

Entre
Tres nuevos nombres. ¡La misma cosa!.
Entre
La sana costumbre de atacar.
El barniz digno del mismo engaño.
¡La libertad!. De partículas, innecesario.

¡Ah!. El fúnebre. ¡Amarás!.

La envidia del mismo abismo.
De las libélulas talones.
¡Del oportuno sable ignorante!.

Los millones, decapitados, cañones, multicolores.
Al gorjeo monótono empedrado.
Las maletas del abejorro de moda.
Y la pólvora, elegante.¡Embargada!.

El amarás, fúnebre, amarás, fúnebre.

Ante los ojos evidentes de la ceguera.(Semillones).¡Mejillones y aguijones!.
Fun
Ebre.
Al cómodo ceremonial incinerando.
Al esfuerzo destrozado.
Al vecino, débil, en la impiedad.
¡Indecible!. Jugando al dios embalado.

Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas surrealistas :  Tejiendo sentimientos
TEJIENDO SENTIMIENTOS

Tejí al sentimiento de gratitud dentro del marco virginal del ave que mejor habla
por la estrofa
incapaz de ser animal
por el desarrollo de la mano
transparente
cual si fuere un nido, un sonido articulado poco a poco, fermentado, incubando al dolor, forzosamente, sin darle aliento, mejorado,
y obligado a trocarse en un alado pensamiento,
cultivando, emprendió, sin ayuda un largo, y estimulante vuelo, surgido salvaje y suave,
hacia el olvido.

Tejiendo
Melodías desconocidas
Con las faldas de los volcanes
Joyerías y galerías enlagrimadas.

Así son los enemigos, de las piedras, una pesadilla de gorriones que dejan libre, al dolor, de quien lo embellece.

Tejiendo muletas a las emociones de los cabritos del año siguiente,
del curso natural de laderas meridionales,
y la utilidad más inmediata,
tejiendo ideas absurdas, en los instrumentos de caza y pesca, un sueño del curso difuso de colmillos musculares y la inutilidad más lejana.

Sin el engaño exclusivamente honesto que se extiende al despedirse.
Tejiendo
Con la sonrisa de la primera sabiduría falsa bajo el secreto litro.
Sentimientos.
Sin la magnífica y escrutadora mirada de la feminidad intacta dócil.
Tejiendo...
Con la intención, agradeciendo los límites, transpuestos francamente.

En la magia de platos de peltre de respaldo, y con atuendo de etiqueta, verbal dueño del tequila, malabarista que al camello suministra jorobas,
de pueblo con pinturas, y murales clausurados como turistas, por la tristeza móvil de la mesa, descocada, y agitada danza, hecha verso, y propietario de este negocio que no parece ni casa ni letrero.


Telar de sentimientos que se lanzan al mar viviente.
De la manadas de monedas que corren.
Por los campos bajo la piel.
De los hombres.
De los ahoras.
Ensimismados.
Tejiendo.
¡Solo egos!. ¡Solo sentimientos a los vapores!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta