Poemas de reflexíon :  Constructor del tiempo
CONSTRUCTOR DEL TIEMPO

¡Eres tú!.
Tiempo de vida, tiempo qué nace,
qué crece, qué siente.
¡Eres tú!.
La esencia de vida, nace, crece, siente.

Constructor.
¡De ti, de tus días!.
No es de las cosas que se ven.
¡De las cosas qué se van!.
¡Qué se alejan!.
¡Qué se quedan!.

Cronos bajo la piel.
Calendario con sandalias.
¡Chispa transitoria del divino eterno!.
Tú en ti.
Todo y nada, dentro y fuera.
¡Eres la esencia del tú mismo!.
Constructor.
¡Del tiempo de la vida!.

Horas, noches, instantes,
polvo del tiempo, celeste burbuja.
¡Chispa qué vive, flama qué nace,
qué crece, vive y muere a su tiempo!.

Constructor.
Divino.
En medio de su corte.
En toda su gloria.
El constructor del tiempo.
(Bajo la piel de cada hueso).
En el borde de la nubes de los sueños.
El constructor del tiempo.
(Eres tú de ti mismo).

Chispas hay infinitas.
Tiempos circulares, espacios,
que se crean y destruyen.
¡Cómo aquél reloj viviente!.
Al partir y dejar de ser.
Un poco, para ser, un todo,
parte del todo.

Y
A partir de aquél momento,
definitivamente roto,
desaparece de este mundo,
en la ruptura del momento.

Y
Ya sólo será lo qué fue.

En
El vértice del esplendor
En
El reino que cae
En
Dónde
¡Desaparece!
Sin dejar. Ninguna huella.

El tiempo que construyó.
El tiempo qué es y fue y será.
Horas, siglos, instantes eternos,
tiempos que nacen, crecen y mueren

Y
Si quieres verlos
Ni lo intentes con la vista
Ni lo pienses
Ni lo creas.
¡Solo saborea tu tiempo vivido!.
Y
Para
Esto. Aquéllo, y lo otro de todo otro.
Pero
Para... Y abre solamente.
¡El tiempo de tu espacio y la vida vivida!.
Abre
El corazón cómo al cielo.
Abre
El alma cómo la tierra.
Abre
La piel cómo el fuego.
Abre
La sangre cómo el agua.

¡Abre tú tiempo y verás al constructor!.
La esencia.
¡Qué hay en ti mismo!.
La qué es solo tú en ti mismo siempre.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas de reflexíon :  Seguro tal vez
SEGURO TAL VEZ

Tal vez,
y como siempre,
entonces.
Aparecía distinto,
por la boca.
La esencia cambiaba,
inerme.
La misma máscara,
que muda.
¡Entre diferentes pareceres!.
Aspirando a la infinita calma.
¡Entre iguales diferencias!.

Tal vez,
desaparecía idéntico.
Y la voz te escuche, me dices,
por siempre variable,
entre todo lo que duerme.
¡Invariablemente!.
Siempre diferente.
¡Con los ojos abiertos sin alma!.
Sin esencia, sin forma.
¡Más qué arriba!.
Entre hondos recuerdos.
¡Cómo secreto evidente!.
De fugaces días, de jarabe,
nabo, criba, sebo.

¡Visiblemente turbio!.
Con todo.
¡Lo claramente invisible!.

Tal vez.
¡Por siempre jamás el mismo!.
Con las pálidas, enfermizas alegrías.
Con todo.
¡Lo que aplazábamos y cercenábamos!.
Sin hacerlo. Propio solamente.

Tal vez.
Y por mucho tiempo.
Y no deber desear lo que se debe.
¡Uno más ninguno entre otros!.
¡Uno menos de cualquier otro!.
En el pasado sin deglutirlo tarde.
¡Con toda la inmovilidad del ahora!.

Tal vez...
¡Dónde la muerte nace!.
Y... ¡Cada tierno ancestro!.
Es... ¡Permanente!.

¡Hasta qué sin duda todo quede igual!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta