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BRONCEADO PATALEAR
El bronce de los ríos livianos brilla. Al aproximarse la imagen. De los tres elementos. La mayoría de los campos, de perfil.
-(Monada del monociclo)-
A las viudas hojas en los museos. ¡Valiosas joyas fieles!. Al violín de menta, al esfumarse. Mano a mano, viejas palabras, sin esposas.
-(Hacendera hegemonía)-
Contemplando leones ágiles gacelas. Al breve lienzo almacén de calles, los momentos de visitas cuarteadas, habitaciones, de parques, girándolos.
-(Cornucopia del corno)-
El frío de campanas, impotente balanceo, crece suspendido en las nubes, dócilmente, pausado, franco ardor. ¡Tejido suave al hierro afilado!.
-(Palestra pintoresca)-
Dos veces estridente el tinto canto, cae solemnemente acumulado, cazador, al encuentro, de glaciares, con el himno delicado de ademanes.
-(Vanilocuencia de vareta)-
Las uñas abandonaron al humo, sin asombro, del sufrido prójimo, ya, imagen, desteñida mano, al rostro del muro añejo.
-(Patalea bronceada la zalea)-
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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MONÓLOGOS ANESTÉSICOS...
Ayer moriré con lápidas de yugo, y los pétalos, libres de los otoños, donde los miedos huyen solos.
Con los dedos de la hoguera, en las cadenas, en los vidrios, en la cuerda que defiende la miseria, del derecho sagrado de la vida.
¡Derecho sagrado de la vida!.
Libre... Cielo el ayer fue. En la plegaria ingenua. En el polvo de los dogmas. En los años de las quimeras. A la sombra indiferente. Del crepúsculo en la tierra...
Hijos petrificados de la historia. El derecho a vivir. No Es vegetar en la cueva de una concha. El derecho a ser libre. No Es en la sombra impuesto. El soplo rebelde del bolsillo. No Es el estómago sumiso. El pensar digno servil de la cadena...
Mañana vivieron la carga desatada, del tirano desempleado, en las vitrinas, en los museos, bebiendo las palabras crucificadas, pálidos sonidos degradados, el pasado esclavizado, en las manos temblorosas, ahogadas lágrimas sedientas...
Hoy pueden plantarse las raíces. En las hojas, en los ojos. En los blandos inmutables. A pesar del mensaje de mil balas. Al pasar abaratando cada miedo. La consciencia prostituye. El perdido precio. De las estatuas. De los héroes. ¡Torturados y amenazados!...
El derecho a ser feliz. Es Del humano arcilla. No Del cántaro verdugo. No El derecho a ser sirviente. Es Embellecer al mismo cielo...
Y La Grandeza del humano. ¡Sin ruegos, sin humillaciones!. Libres y humildemente justos. Igualmente distintos hermanados...
¿Quién esperamos qué sea lo qué... Nosotros somos ?... ¿Tiene ya la conciencia dueño y precio?. ¿Dá derecho el arma, a matar al desarmado?. ¿Pueden... pensar las rodillas un corazón descalzo? El Supremo Bien... ¡Es lo qué beneficia a todos!. ¿Es tan difícil, entenderlo?. Ó ¿Es imposible?. La Colmena en una hormiga, y en una abeja el hormiguero. El Mar en una gota, el cielo en el corazón. La Humanidad en cada hombre... Solo.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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