TEJIENDO SENTIMIENTOS
Tejí al sentimiento de gratitud dentro del marco virginal del ave que mejor habla
por la estrofa
incapaz de ser animal
por el desarrollo de la mano
transparente
cual si fuere un nido, un sonido articulado poco a poco, fermentado, incubando al dolor, forzosamente, sin darle aliento, mejorado,
y obligado a trocarse en un alado pensamiento,
cultivando, emprendió, sin ayuda un largo, y estimulante vuelo, surgido salvaje y suave,
hacia el olvido.
Tejiendo
Melodías desconocidas
Con las faldas de los volcanes
Joyerías y galerías enlagrimadas.
Así son los enemigos, de las piedras, una pesadilla de gorriones que dejan libre, al dolor, de quien lo embellece.
Tejiendo muletas a las emociones de los cabritos del año siguiente,
del curso natural de laderas meridionales,
y la utilidad más inmediata,
tejiendo ideas absurdas, en los instrumentos de caza y pesca, un sueño del curso difuso de colmillos musculares y la inutilidad más lejana.
Sin el engaño exclusivamente honesto que se extiende al despedirse.
Tejiendo
Con la sonrisa de la primera sabiduría falsa bajo el secreto litro.
Sentimientos.
Sin la magnífica y escrutadora mirada de la feminidad intacta dócil.
Tejiendo...
Con la intención, agradeciendo los límites, transpuestos francamente.
En la magia de platos de peltre de respaldo, y con atuendo de etiqueta, verbal dueño del tequila, malabarista que al camello suministra jorobas,
de pueblo con pinturas, y murales clausurados como turistas, por la tristeza móvil de la mesa, descocada, y agitada danza, hecha verso, y propietario de este negocio que no parece ni casa ni letrero.
Telar de sentimientos que se lanzan al mar viviente.
De la manadas de monedas que corren.
Por los campos bajo la piel.
De los hombres.
De los ahoras.
Ensimismados.
Tejiendo.
¡Solo egos!. ¡Solo sentimientos a los vapores!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez