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Está dormido el mar más allá de las montañas, que sin verlo lo siento pasando como la pena que se lleva con su traje de sonrisa invitada en la amarga despedida; Dormido está el mar más allá de las montañas, como el amor que no habla y todo lo llena, como agua de lluvia que se entrega y llega bendiciendo los momentos; dormido el mar como dormido el ayer, dormido está que yo lo puedo ver con estos ojos cerrados y cansados que hoy dejaron de creer. Dormidos los dos, el mar y yo; más allá de las montañas, él … …esperando; en este agónico laberinto cruce de ilusiones huérfanas de dueños, yo… … soñando. ©Jpellicer2013[i]
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Poeta
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POR EL NUEVO BOSQUE
¡Mira, mira, ya corren los hombres!. Fríos en las manzanas de arena, que las puertas desnudan del alba, sin remedio en la garganta de plata.
Por eso en las tabernas se fijan, las bicicletas de las gordas calles, que manan de los zapatos gastados, secas ramas de los alcoholes primeros.
¡Mira, mira, los delantales amargos!. Son carretas de ceniza y brazos fuertes, con los números tatuados en coro, bosques de ruedas con trajes nuevos.
Por eso de los pañuelos se olvidan, los pañales de las montañas nevadas, que arrastran arcillas intactas, en el brillo del ciervo alegre.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ESCUDOS DE TIEMPO
Van Vienen Y se quedan Unos Otros Muchos De tiempo en tiempo.
Donde. Pasan las espadas heridas, en los corazones memorias, en las almas olvidos, en los mundos los sueños, en las montañas de nubes.
Donde. Pasan las memorias tejiendo, los olvidos desnudando, las playas desenredando, los desiertos descongelando, las mañanas derritiendo.
Van. Entre las arrugas del espejo. Donde Hay dolores en la mesa. Donde la cama come pesadillas. Vienen. Las blandas paredes transparentes. Escudos del vapor de los silencios.
Se quedan muy tarde demasiado pronto. Escudos de tiempo en tiempo. Al cerrar la noche. Las estrellas a pecho abierto. Los días que van y vienen.
Por. El rostro del reloj. Corre cada hora mil instantes. El tiempo del espacio inútil. ¡Qué detiene mil eternidades!.
El escudo. De tiempo... En tiempo. ¡La primera noche de la esperanza!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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HÁLITO AMARILLAR
Sol. Compañero de la ruta. Al borcellar, borceguí, adverso. Arriscada. Va por el océano una sandalia. ¡Abajo del horizonte!. Bañando lentas montañas. ¡Mil palabras dulces derramando!. Con diatriba, diafanidad, diadema. Al oído, luctuoso. ¡Mansa nueva imitación!.
Aún Hay Un Amarillar Hálito...
De viejas estrellas filtrando puertas. Tal vez, de esgrima eslabón. En los rotos puentes. En la sombra azul mortecino. En el valle de las hojas... Vierte al vientre.
De la frágil. Fragancia. Fontana. Del Sol... Hálito, hálito de últimas esperanzas.
Sin El Cristal del rostro alterno. En la ruta del desprecio ajeno. ¡Al descifrar las chozas del arrullo!. En la botella. ¡Al mar, tal vez, encuentre!. La ruta, la sandalia, el compañero. Sin Ser ¡Servil a Sileno!. Y Solo Ser... ¡Muérdago nacarino!.
Con Montañas de horizontes. Más Verticales En Una Sola palabra... Alba, cierta, honorable.
En el alba de honorable lengua. Único Amarillar al nuevo sol.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Saber ser mortal
Saber. Ser. Mortal. Saber, ser, mortal. En los montes de cristal reposa esa flor. De fresca sonrisa y pétalos rubios. ¡Son de perfil cómo eterno marfil!. Cuerpo que pinta atmósferas claras. Y lozanas transparencias pregonan.
Saber, ser, mortal. Mortal. Ser. Mortal.
Los latidos de blancos tonos. Los encantos que mueve con gracia. Esa flor, los ardientes cristales y olas. ¡Son de blandas dulzuras de nácar!. ¡Son de las grandes montañas un gusto!.
Saber, ser. Saber, ser, mortal. Ser, mortal.
Esa flor es tu musical paisaje. Plumaje esmeralda y perlada piel. ¡Hija de la tierra, himno del amor!. ¡Esa flor cultiva las horas perennes!. ¡Dónde mil años crecen verdes y tiernos!.
Saber. Ser. Mortal...Saber, ser, mortal.
¡Dónde se bordan anhelos y puños de soles!. Venciendo el espacio perfume de nube. Cubriendo de mármol el aire libre. Animando en colores el tedio inquieto. ¡En los mantos de inmaculados placeres!.
Saber, ser, mortal. Mortal. Ser. Mortal.
Alegre prodiga su perfume sonoro. Pleno trino y divina desnudez. Con el margen tibio y primaveral suspiro. Escribo en abejas cada miel recuerdo. ¡La rubia sonrisa y atmósfera fresca!.
Saber, ser. Saber, ser, mortal. Ser, mortal.
Tantas veces como reposa graciosa. Las heridas grietas en gotas. Las avispas encendidas del polvo. ¡Es la luz del agua enlagrimada!. ¡Es la voz en flor de la conciencia libre.!
Saber. Ser. Mortal. Mortal. Saber. Ser. Ser. Ser. Mortal. Mortal.
Saber y saber siempre.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ARROGANCIA TRASNOCHADA
Colorado traje. El pecado en la manzana. Cruzando sangres descarriadas, y el corazón en un pájaro.
La...Venenosa...Paz. Aguja...La...Prehistoria. De...Los enanos...Agrios.
Secas púrpuras. De cerdos labios. Olor de sombras mudas. En las uñas de los leños.
Lujurioso el suelo cadavérico. ¡Santifica herejes higos!. Jinete, gallina...Del infierno.
¿Quién se alimenta de lamentos?. ¿Quién la sombra escucha?. ¿Son las momias lirios?. Crepúsculo y fracaso. ¡Diadema carcomida!.
¡Cuánto espeso aliento!. ¡Cuánto canto vano!.
Vegetales añicos de montañas. Bajan en gotas estancadas. Sobre un gris hundido. ¡Imposible!. Tarde malherida.
Eco De Caverna...Eco solo vacuo. De Caverna...Eco vano. De Todo...¡Un traje de manzana!
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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