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Subí por esa montaña imponente y escarpada, no me importaba más nada que escalar, lograr la hazaña, pero, al estar en campaña resbalé por una orilla me estrellé me hice papilla, por suerte gracias a Dios desperté, aquí entre nos, todo fue una pesadilla.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 02 de abril del 2024 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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El verdor del aroma se percibe. Una niebla densa y fría cubre nuestras montañas. la nieve en estas latitudes imposible engalanar la cúspide selvática de nogales.
Un manto embellece sus laderas con la blancura del agua vespertina de un ocaso día. Es la niebla del invierno aromatizando una noche fría.
Un nuevo amanecer nos saluda con la calidez de un sol mañanero, que trata de entrar por las nubes y calentar nuestro lecho.
Sergio Antonio nov27/2018
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Poeta
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Varoniles aves
Impregnados, al oírse, tres pálidos varones revistiendo, repugnancia, dogmática. ¡Escuchábalos!... Hechos un haz de matices Con la imaginación virginal vorágine.
Dijeron creo El rompehielos alfombrando En...Undívago diálogo Todo Fue un placer, qué con el amor, se adhiere, En un asir y desasir las horas.
Enarbolados pregoneros de la pradera en la banderola fragilmente atada arriba indiscretos los castaños flaqueaban la inocencia con la vida pagando así anduvieron antes del morir la tarde borrosos virtuosos y vidriosos los ojos.
Con frecuencia la esperanza la razón desconoce temerosa huyendo de la muerte. En el mundo No es otra cosa ¡Qué una trampa!___En la punta del abismo De las aves fieras errantes Aguilas hablando halcones escuchando cóndores amigables compañeros. ¡Tres varones emplumados! Todo cuento amalgamado recordando En el zigzaguear de la memoria...
Lo qué hubo El ensordecimiento previo
Pasado Desanduve imaginando donde estuvieron Emplumados Dialogando...Las solas aves fieras ¡Qué varones parecieron! Palpando nobles el grácil árbol ¡En la expresión undísona del viento!.
En el ayer seremos cazados cada día con la estrechez selvática del hombre la torpeza del ladrillo lejano por el campo en medio de la tarde bruma herida de la noche porvenir a comer ninguna en la desgracia del cielo atormentado en la palabra ambigua ungüento de cigüeña de la leyenda ahilada enajenante abajo vemos ultraje ropaje y embalaje ensoberbecidos rojeando cada celaje esclavizando encarnizadamente unos cuantos a miles de millones. Son Sólo aves del disociar Reblandeciendo, retorcer y torcer palabras, por el nevoso zurcir y atenacear del soez barroso y deshonroso ahombrado parecer de unos cuantos.
Reverenciados y transubstanciados dialogaban.
El águila batiendo soles de agua bajo el vuelo Dijo.
El halcón la luz buscando ahoras pasados y la liebre libre.
El cóndor la cordillera la res recién nacida negra y blanca en las plumas del invierno.
Escuchaba También las hojas, el aire, las ramas En la lejanía Montaña ys desnuda, el crudo frío, En la copa derramada Por tanto invierno Por el viento ensordecido Aquéllas aves, sin su vuelo Sombras heridas destruyendo En las ramas, hojas de los rincones Libres, aéreos nuevos días, esperando navegarlos. Por el cielo dónde corren sueños conquistando nubes Por el inicio del último horizonte Estaban.
Varoniles Aves Varoniles, aves, varoniles, aves. Estaban Estaban...
Ni en aquélla montaña, ese eco, ni éste diálogo, estuvo inmóvil, pendulando, casi nadando, por el escucharlo atentamente...
Por el depósito exótico del tiempo, Saltaba película, espéculo y ámbito fantástico.
Antes que muera, quise contarlo, salvándole.
Célebre triángulo plumajes dialogando ahora qué tradujese lengüajes enhebrando cuento al resurgir arpegio alado...
En la soledad sincera, En la novedad, brevedad y alegoría.
En el pensar de su decir, desanudando, plumajes vuelo garra dolores combates alegría recónditos magníficos símbolos aves dramáticas movimiento incursión ágil demostración salvaje vasallaje carnívoros dóciles titanes espiritualizados permanencia imprescriptible veloz fascinación atacar soltar aflojar temible suave tenaz flexible natural sutil insólitos otras veces.
¡Quedaron atrapados en el futuro! Creo, recordar, cómo fructífero satélite El cometa prismático del diálogo Intemporal caratula. Y Sin objeción, objetiva al objeto, matiz y luz.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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PASTOR DE ROCA...
Hace a la orilla de las rocas. Mucho eco. Tiempo, entre extrañas palabras. Un estrepitoso embudo. Pastor, de musical, círculo encantado.
Un Pastor Hace mucho tiempo. Un pastor hace. ¡Tiempo!.
Estaba en calma el mar. En ramo verde seco el pozo. De pasar ha todo, se decía, En la mar, que... ¡Va!... A dar su voz. ¡Vivimos mientras andamos!
¡Olas de nubes!. Soles de hielo. Luz negra... Aves peces, vigoroso, firme y recio. Ostras nueces, lánguidos, lacio y frágil.
De Roca Porosa A veces____ ¡Todo cambia!. Siempre____ ¡Lo mismo es!.
Y tras la sombra vana, el sol, empero, va. Hasta el precipicio hallar, sin, correr, siendo. De los altos montes y frondosos, rodeado. Los que con asombro miran, solo, luz, íntima. A donde los pasos inciertos, encaminan. ¡Desfigurados!. Preguntábase. Rocoso. El mar junto. ¡El pastor a sí!.
¿Qué se hicieron los fuegos encendidos?. ¿Qué las verduras y las ternuras?. ¿Qué se hicieron?.
¡Sus olores desvestidos!. Con. ¡Sus amores investidos!.
¿Las músicas, a dónde, se fueron?. ¿A buscarlos, dónde, iremos?.
¡Oh!____ Pastor, pastor, de rocas. El cielo rocoso y tormentoso, a veces del paisaje, oleaje, solo es el boscaje.
Un carruaje, una montaña, mañana en la playa de una rena y reno del invierno entre una roca nevada en la orilla de los segundos y últimos minutos, rocas al pastor.
Carne de roca en el alma, luz del vaivén y nublado, doblando tiempos encarnados.
Llevaba ya ingenuos deseos por las mejillas el corazón empedrada popa macilentos , barcos en los pantalones, alzando. En el tiempo ecos y rocas... El vuelo meditaba con recio ánimo el ritmo lento de los vapores y el glaciar del divino estribor y mundos novelescos obeliscos.
En las rodillas, una fiera rezaba buscando la llave con el horizonte bajo las bonanzas idas devoradas bañadas islas torpes violetas balanceos en las albas desoladoras.
Un Pastor Hace mucho tiempo Un pastor hace. ¡Tiempo!. En las rocas y de rocas. ¡Tiempo!.
En las rocas ovejas, abejas embalsa madas, húmedas ó menos todo él, día, roca, millares en masa mes a mes más locura y más enferma las almas al borde ingratas noches, quemaduras, vértigos, habitación de snudas trenzas las espaldas crudas tristezas crepusculares, huracán en rojecido por el gemir embalado de sus corderos y ataduras frágiles.
El Pastor de roca Entre la rueca Rueda por las orillas y los huecos. Hilos, ecos, piedras y más piedras. Recordando.Los relojes del boscaje. Moviendo de los árboles las copas. Qué...De fatal impulso siguen el destino. ¡Aborregados!.Del río claro verde sobre, él, margen. ¡Carbonizados!. Las cenizas entre flores ocultas. ¡Enlapidados!. Por la rápida tormenta uno mismo. ¡Apedreado!.
Hace Mucho Ese pastor Miró los dentros En él Sinfín De ¡Sombras y escombros!. En La Historia de su pueblo. Encorderadas piedras. Y Ahora Seguirá como ese día. Por el eco ¡Trepidando!. Estos tiempos Lo han... D e j a d o. ¡Para siempre... Petrificado!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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DESADORMECERSE INEFABLE
El soñar es una fuente donde la realidad emerge, con el amarillo del verde y el azul sereno, con el blanco nevado y el rosa cerezo.
El soñar es un escudo dónde la pena perece, con la suave brisa de las olas del tiempo, con la tierra cultivada de las nubes soleadas.
El soñar conoce los laberintos del día, y recuerda los relojes silencios, y recuerda las tormentas danzando.
El soñar mece montañas y acantilados, y cicatriza los filos heridos nublados, y cicatriza los crepúsculos agónicos.
Lo demás huye por los olvidos. Humedece las llamaradas del agua. ¡Busca, encuentra, termina, crea!.
Lo otro hace del sufrir tesoro. De la sombra un fresco refugio. ¡Concha, pétalo, perla, verano!.
Lo habitamos un instante de pronto. Revistiendo figuras agrupadas de cera. ¡Círculos, perdidos, vanos, vidrios!.
Lo profundo brilla libre de rostro. Tejiendo cristalinos mundos blandos. ¡Labios, pupilas, perfumes, sandalias!.
¡Soñarse a sí mismo soñando!. ¡Transparencias inmensas!. ¡*¡Mundos únicos invisibles¡*¡
.-.-.Soñarse los sueños.-.-.
Del Claro Infinito. Inefable dormirse- Inefable soñarse Inefable. Despertarse... ¡En el sueño infinito!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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COMERCIANDO SEDA
La seda de la gran montaña. Tejen Los caminos las sandalias. Ruedan Los caballos delante, carros. Corriendo Las aguas bajo las aves. Vuelan Los días, soles y lunas son. Iguales...
En la gran montaña. Tejidos ruedan. ¡Sandalia a sandalia!. Los caminos, los caballos. El agua bajo. Vuela igual corriendo. ¡Rueda y rueda!.
Los caminos de la ruta. Seda. Son en el comercio. Blancos cabellos. Esfuerzos, peligros. ¡Alegrías multicolores!. Recuerdos...
Sequía, lluvia, frío. Los días y noches. Siempre. Vivos. ¡Mientras viva!. El Hombre ¡Qué los vive!. Y Hace Con Su vida. ¡Subida la montaña!. ¡La seda!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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