TRASOÑAR SOPICALDO (Texto Neosurrealista)
Como fiera mariposa afiebrada, espera caminar como una cobra. Allá donde el cobre vale oro. Porque...
Respecto a la relación interindividual de los automóviles, con base humanista, se ha estado logrando la manipulación marginal de los guantes, después de tomar las distintas luces y posiciones amorosas, en las situaciones de los techos inclementes, y las opresivas teclas ricas en aminoácidos esenciales, lentejas con gran responsabilidad social, ajonjolí tímido, habas de buena fe, y el mejor garbanzo en gotas para evitar los asaltos de sabiduría con leche.
Aunque ahora, la gran preocupación se debe a los refrescos injustamente embotellados con el plan telúrico de los semáforos, que bien infestan con sus virtudes aromáticas, la destreza del patio para custodiar la basura por una membrana gris, y leñosa a la que se le agrega vinagre, sin alimentos, con cemento y limonada del cementerio de origen animal, ni preocupaciones por las dietas de las últimas encuestas encueradas, aplicadas en las rodillas de la abundante bibliografía del huevo.
También se ha considerado, y sobretodo, con el alto anuncio del trasoñar endemoniado, acabar con toda la falsedad compatible con las agendas del mercado, azulado y un poco ácido, con un paquete reductivo, y rejuvenecimiento plus después de pagar a crédito el aire respirado, con la amapola del primer cerillo con fiebre entre la gran venta monstruosa de diez pies cúbicos de ilusión, en el estómago de un tigre en compañía de cinco manos piramidales tapizadas en vinil en la cena de acero inoxidable.
¡Vaya sopicaldo!. Bien incrementa la capacidad lisa de la versificación rectangular, terminada en color de aceite en cuarentena con un poco de huracanes y espeso chocolate, incluidos los cojines decorativos por una noche descuidada, en ceremonias que se ven, y celebran desde hace siglos midiéndoles los isótopos a las conchas, cuando despiertan en las cuevas cubiertas con cobijas en el ámbito del parabrisas, y empañado por la cercanía más crítica de una lombriz apasionada.
Esta actitud da lugar a un cambio de planteamientos en los panteones de vegetales, cuando el hielo se torna tibio, y puede ser peor con el cultivo de la papa, y en el parque de diversiones anillado de langostas en las praderas angostas con manchas de artemisas atrapando los ojos de una calabaza sin semillas. Pero, desde una visión más técnica que carnívora, particularmente cuando se cierra el concurso de la revista que ha asumido la dirección en la producción de motocicletas, y escobas para los reportes del clima de las cavernas que solicitan participar como fotógrafos de las olas que podrían interrumpirse, cuando se cae de la cama por el mayor contenido de sal en el café.
De esta manera, no resta mucho que decir, salvo que si pueden venderse portafolios, después de la potencial e interminable relación de catástrofes, que se escuchan con la cara rolliza de los bosques impenetrables, que han sido visitados por un día diminuto, influidos por la moda de las últimas calles diseñadas entre los hielos polares, con la mayor trayectoria en el equipo editorial de los gatos, y sin causar graves daños al papel de baño. ¡Oh, trasoñar!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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