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SURGIENDO AL TRASCENDER
Entre pantanos y panteones un loto late frágil en la demora de sed un lustro cuando pudo y debiera ser un sol en la mañana dichosa solo miel en la piel sangre caramelo y leche de gloria el lecho en cada cirio clarín astro y dulce flor y astilla del castillo peregrino brote y flama que rueda y embelesa un vuelo vano donde sucumbe la tumba pronto y acude cada espejo al descanso tan descalzo como fúlgido diamante y deja al jazmín en plácida laguna. En su inmortal secreto el siglo sigiloso incontenible se derrama y altiva cumbre perdona estéril ya doblando al viento triunfante con el viejo compás de las olas y los ríos añoran y agitan fuego…
Cuando hiciere lo que hacemos en la esperanza sembrando sueños y en el sueño durmiendo estrellas y en las estrellas bebiendo nubes y en las nubes cultivando rosas. Por dormir al sueño hecho día con las noches desnudas hojas del árbol un otoño y mil moños del trébol un verano y un durazno ardiente sereno y calmo cuento en el bosque sin miedo y grato. Deshuesando al dolor y sufrimiento con la fuente de la paz fragante con la mano del hermano alegre con la espuma del vivir vivo en el claror clareando cada vela cada piel cada latido cada pié donde espera un farol su luz y la sombra deja de ser asombro.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez.
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Poeta
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VI MI LID SIN FIN
¡Sí, sí!. Vi, mi lid, sin fin. Y, ni mi iris inhibí. Y vi... ¡Mi lid, vivir! Y sin ti. Viví mi fin.
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¡Id sin mí!. ¡Id!.Y vivid sin mi lid. Viví mi fin. Id sin mí, ni mi lid. ¡Insistid!. Y vivid.
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¡Vivid, vivid!. Sin mi fin inhibir. Mi lid vi vivir. Insistí. ¡Y vi mi fin!. Viví mi lid... ¡Sin ti!.
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Sin mí. Vi, ir, mi lid. Dí___ ¡Sin ti, viví!. Dí___ ¡Insistí y viví!. Sin mí. ¡Vivid!.
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Imprimid mi lid. Si, vi mi fin. ¡Y viví!. ¡Mil iris, vi, ir!. Y mil bilis viví. Y mil iris, sin vivir.
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¡Vi, mi vil símil!. Y mi vil lid, incivil. Sin infringir mi iritis. Sin insistir. Sin ring, ni vid.
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Id... Id. ¡Id sin mí!. Sin mi lid. ¡Id y vivid!. Y vivid, vivid, sin mí.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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La letra perdida
Por el humo de los signos. Figura del milenio hueco. Sonido ahogado por mil idiomas. ¡En un absurdo de cadenas y de hombres!. ¡Se ha perdido!. En el mundo, inundado de escritorios. En el capital de letraduría. ¡Se perdió!.
La tinta en sangre seca. Ecos del vacío. Sola se ha perdido. Tal vez, un poco, tal vez. Y Solo con un poco de eternidad, vuelva y se encuentre. Y Solo con una muerte infinita, una vez, de muchas, una vez. Con El Rostro del tiempo solo. ¡Letra muerta!.
¡Por dónde llueven los cuandos!. ¡Cuándos del quién sabe!. ¡Y qué muchos lo saben y lo ignoran!.
La letra perdida. ¡Va latiendo hombres!. En la noche. ¡Blanca mariposa!. Luz. ¿¿¿Luz???. ¡Del milenio nuevo!. ¡Qué será en el ayer un vacío infinito!. Qué Será En El Ayer ¡Un vacío infinito!
Y_Y...Y... En el hoy. ¡Vivimos, en vano, vivimos!. En el fugaz futuro. Sepultando alfas. Resucitando "ohoho" omegas. ¿Hay acaso quién lo ignora?. Aniquiladas las consciencias. Las cadenas de los bolsillos. ¡Gozan unos pocos, muchos sufren!. Muchos mueren. (O los mueren). Y la humanidad se pierde. (O ya no existe). Con Esta letra. Del silencio.(Gratuito zszszhhh). ¡Por siempre, nunca, por siempre!.
En el mañana del hoyo negro. En la sangre de letra sagrada. ¡Aniquilada!. Por el océano de mil galaxias. ¡Aquí en la tierra, el hombre, solo se asesina!.
(El hombre que asesina la humanidad).
Fracaso divino de los polvos. Arcilla hambrienta de los diamantes. Y La letra, sin ser, siendo celeste. ¡Se ha perdido. Un poco, tal vez, un poco!
Y el hombre libre. ¿Cuándo, cuándo?. Solo en el ahora... ¡Qué ya no existe!. Y ¡Qué jamás será, lo qué ayer fue!. Y ¡Solo un poco de cualquier cosa!. En La letra perdida. ¡Muerta letra!. Y Solo sin ser nada. ¡La humanidad muere!.
Los alfabetos lloran y nadie los socorre. ¡Solo hay lenguas dobles de los absurdos!. ¡Hay Lenguas Dobles. De los absurdos. Dobles lenguas!. En La Perdida letra. ¡Pérdida irreparable!. En la campana doblada de la tarde. ¡Ocaso y muerte de la razón humana!. Por la noche inconsciente. Del instinto abominable destructivo. Codicia, abuso, miedo, terror y horrores. Donde Todas las letras perdieron el sonido. El Aliento y cualquier significado. ¡Claro y verdadero!.
La letra se ha perdido. ¿Cuál?. ¡No lo sé aún la busco!. ¿Dónde?. ¡En muchas partes, tal vez, en muchas!. La letra se ha perdido.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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Poeta
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Pensar de Orión
Si El huracán enloquece Por Tener más de lo que necesita. ¿Que le queda?. ¡¿Cómo inmóvil, rueda, el raudo vacío?!.
Piensa A veces en sus rayos y truenos El viejo Huracán (Maya) En La constelación Transformado... En el más allá.
Aire en el purgatorio incapaz de defenderse del hambre y de la sed con la insatisfactoria relación maligna, incompleta, entre las cosas que dañan, la tortura del alma de cañones candorosos en los pobres cuerpos que envilecen una a una las mismas horas zurcidas y a las almas de vestuario verdadero y del poder cerrar la cera, flama, vela. Donde se afanan las cuarentenas nerviosas se retocan a los pobres de solemnidad barata vivificándolos. ¡Cómo híbridos huracanes!. De Tropical perturbación. Y atmosféricos latidos en el noble pecho humano.
Y Las nubes se dispersan En la bóveda de jade, y son cada vez menos, detrás de los horizontes, solemnes y más pobres, desapareciendo tardes, lo que ya es bastante grave, gira del regreso, débil por el suelo, que un solo hombre todo un año marcha, o una sola mujer por el día galopa, y ambos contemplen cuantas gentes van por las riquezas muriendo, sin tomar reposo aún bajo mil techos distraídos del horizonte. Híbridos, huracanados, en el hueso pisciforme.
Donde lo montes, se levantan, y suben a las cumbres escarpadas. Prisioneros de los estandartes al octavo compás inundado de rincones iluminados, pretendiendo, apresar la luna, semejantes a una corriente que pasa, por el agua pensativa, oculta entre bambúes, donde sauces silenciosos observan, los lagos donde la luna se refleja, y que salen, de este sueño que cuentas.
Y piensa, dice, sueños crea...
¡Que la ortogénesis es incontrolablemente interna, válvulas de amores, perfumados odios de sillas, y salones destrozando, platos, en las juergas de claveles, y como él, de una pierna, cojo, el rayo con el trueno, en una dirección determinada del perdido rumbo inmóvil!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Desesperación...Helada voz
Permaneció la voz, la llama. ¡El bosque!, Parado, transformado. Bello. Inmóvil en el cielo. Con el rocío de los claveles. Los abriles. ¡Marzo y mayo!. Ojos. ¡Primaverales!. De nieve, buena y gentil. ¡Piedra!. Con alma noble.
Cayó hermana de la tierra. La pena. ¡Sin padecer!. La llamada. Noche. Fiel al cielo. Llorando cada estrella. El tiempo, sagrado compañero. Día pendular___ Entre momentos.
En circulares estaciones. Mil quejas, amores. ¡Pasiones ardorosas!. Pedazos. Latidos del corazón.
En los imposibles que persiguen. Lo transitorio de la vida. Más. ¡Más!. Fantástico que perenne. Profundo mal. Perdida la consciencia. El mundo mudo. (No muda, ni cambia, ninguna palabra). El mundo. Inmundo. (Ahora, se inclina, declinando su consciencia). ¡Antes, cárceles, del alma el cuerpo teme!. Morirse. ¡Como cuándo! (Nadie sabe). El mundo se inclinaba. Cada día. Con más problemas. Y... Permaneció parado inmóvil. ¡Con los ojos de piedra!. Cayó la noche. Llorando el día. En mil pedazos. ¡En lo más profundo!. En el mundo. ¡De lo inmundo!.
Uno solo nada ha aventajado. Dos. ¡Después buenos!. Ven, sí. Dos. Tres. !Pasados candados. Ser, eres. Cuatro. Futuros dudosos. ¡Dentro!. Cinco. Mañanas encima. ¡Fuera!.
Imposibles. Sin hacerse. Uno mismo. En cada día. ¡Arenoso bosque!.
Una hoja en mil. Otoños. Mil retoños. Sin raíz. ¡Zarpa ninguno disperso!.
Nada. ¡Después!. En los pasados. !Futuros! Entre las cinco mañanas. Las Cinco mañanas. ¡Cinco otoños perdidos!. Imposibles. ¡Bosques dispersos!. Y... ¡Encima buenos candados!. ¡Dudosos!. Uno a veces. De pasado. Cada día hace.
En la desesperación. Hielo en la voz. El hilo pierde (Hiel, hilo, hielo). Helada en el bosque. En éste mundo, inmundo, con desesperación.
La voz, hila, hiel, helada en el bosque. Desesperanzada espera sólo un árbol. La voz. Labios. Secos ecos desesperados. En la voz. La Voz, el hada en el bosque, alada y salada desespera.Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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