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La “diplomacia” cincela la cuarta transformación a tratar de migración fue a Washington Rosa Icela por el acuerdo que anhela llegó sin hacer respingo por allá en el suelo gringo se vistió, pues, de jarocha y con gracia que derrocha se bailó el tilingo lingo.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 01 de febrero del 2025 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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Donald Trump tiene empinados a Claudia y a su “gobierno” que acepta en “modo fraterno” los vuelos de deportados y envía treinta mil soldados hasta la frontera norte como apoyo de soporte para frenar a migrantes, anda en tratos denigrantes la “soberanía” sin porte.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 28 de enero del 2025 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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Siete años van del amaño del “gobierno” mugrenarco se les anda hundiendo el barco con Trump se irán para el caño, al país le han hecho daño la pura desgracia impera el desempleo más lacera y, sin oportunidades, va a sufrir calamidades el mexicano a otra tierra.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 22 de enero del 2025 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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Son más de siete millones de pobres venezolanos, muy entrañables hermanos, que dejaron sus regiones con graves tribulaciones a causa del cruel Maduro al que le hicieron conjuro buscando la salvación de su vida en migración rumbo a otro país seguro.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 30 de julio del 2024 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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“Más veintiocho lesionados ciertos . . .”
En Chihuahua, en Ciudad Juárez, solo tristezas, pesares, en el Instituto Nacional de Migración, irracional.
La corrupta porquería brota, aflora, día con día, la que se ha expuesto desde antes en relación con migrantes.
Que estaban, sí, detenidos en tipo celdas, reunidos, tras las rejas bien cerradas con las llaves extraviadas.
Según los datos más ciertos ya son cuarenta los muertos en una estancia provisional por un incendio anormal.
El momento fue dantesco, el rimar esto aborrezco, mas, tenemos que decirlo para jamás repetirlo.
En tan crueles recovecos murieron guatemaltecos, infierno y fuego los dueños de infelices hondureños.
Unos, pues, se “achicharraron”, otros solo se asfixiaron, ¿dónde están las pinches llaves?, ¡qué estupideces tan graves!
Quedaron veintiocho heridos por los hechos padecidos responsable es el “gobierno” y surge el pretexto eterno.
Acostumbrado está López a estas tragedias tan torpes, ya experto en dar condolencias, mugrena es muerte, indecencias.
La detención temporal de migrantes es inmoral a más de inconstitucional, tal práctica ya acabó mal.
¡Dios bendecido alabado!, es otro crimen de estado al que nada lo disculpa y Andrés a los muertos culpa.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 28 de marzo del 2023 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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ENTRE MAREJADA IMPÁVIDA
Por el sobresalto de la hidra, el sobresalto de la hidra que al ángel deja helado, que se mofa de los trombones, la hidra, fuma del jardín melones, por las más numerosas, migraciones, sobresaltada.
En Tre Mar Impávida, marejada.
La Hidra...¡Con hidrofobia de hielo seco!. Entronizada. Muestra. Los brazos de las abejas. Los dedos de las diademas. Pétalos, metales, sílabas pálidas, y magnéticas plumas rotas.
La Hidra por los campos duerme con los afanes terrible. La Piedra impura aspira de las bestias el surco infértil.
La Fibra tiene un ritmo imantado muy raro y multiplicado. En La hidra terrible, piedra infértil, vibra en lo que duerme. En Lo que impuro aspira. En Lo que imanta raro.
¡Con los afanes de las bestias multiplicando!.
Sobre un alacrán en gotas, quemadas por los años, entre inagotables lavanderas como enredaderas, siglo aterrado como una fruta seca, por el que fue ignorada copa, por el que fue tierra fragante.
Entre Marejada Impávida
La muerte polvorienta del superficial pantano que triunfaba, que carcomía, que relucía, es aquélla voz de abismo, de verdugo.
La hidra de la piedra hierve Fervorosamente petrificada.
Como vil reptil de añil, sobresalto subterráneo, de hidra, de piedra porosa dulce, que al ángel hurtó las alas, y al habla dejó mudando, los retorcidos castillos, los agitados perfumes, los frágiles castaños, y de la tribu, perdió el sentido más puro, más edificio, más avenidas fatales. Sin Esperar En voz alta, audífonos ensordecidos, de patios abandonados, lo que anunciaron del bebido conjuro, del dinero resucitado, una sepultura.
De las cálidas pupilas una quimera teje la negra tarde mil mixturas miel con la piel de hiel en un innoble temblor audaz del mar salado, mar temido, mar herido, mar perdido por la espada, del pez, vela, buscado, perplejo símbolo en el último adiós hidrante.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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