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EL VIEJO Autor: Constantine Cavafy Grecia 1863-1933
Es el poeta más importante de Grecia en el siglo XX, y uno de los líricos más influyentes de la poesía moderna. Su poemas son generalmente concisos, y van desde íntimas evocaciones de figuras literarias y de ambientes referentes a la cultura griega. Su obra, "Poemas canónicos", sólo fue publicada después de su muerte, ocurrida en Alejandría en 1933 a la edad de setenta años. Ésta es versión de Fernando Arbeláez.Referencias útiles son:https://www.youtube.com/watch?v=C7fEzvV-nLshttps://es.wikipedia.org/wiki/Constantino_Cavafis
El viejo
En una esquina del café sonoro de murmullos confusos un anciano sentado se inclina sobre la mesa, leyendo un periódico, sin compañía.
Y en el ocaso de su miserable senectud piensa cuán poco gozó en los años cuando tuvo la fuerza y el verbo y la belleza.
Sabe que está muy viejo, y lo siente, y lo ve.
Y, sin embargo, le parece que la juventud fue ayer. ¡Corto intervalo, corto!
Y piensa en qué forma lo embaucó la prudencia, cómo de ella se fió y qué locura cuando la engañadora le decía: «Mañana. Tienes todo tu tiempo».
Se acuerda de los impulsos que detuvo y cuántas delicias sacrificó. Ocasiones perdidas que burla ahora su prudencia insensata.
...A fuerza de rumiar pensamientos y recuerdos el vértigo lo invade. Y se duerme inclinado sobre la mesa del café.
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Poeta
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EL VERBO SER
Conozco la desesperación a grandes rasgos. La desesperación no tiene alas, no se halla necesariamente en una mesa servida en una terraza, en el atardecer, al borde del mar. Es la desesperación y no el regreso de una cantidad de hechos sin importancia como las semillas al caer la noche dejan un surco por otro. No es el musgo sobre una roca o el vaso para beber. Es un barco acribillado por la nieve si queréis, como los pájaros que caen y su sangre no tiene el más mínimo espesor. Conozco la desesperación a grandes rasgos. Una forma muy pequeña delimitada por joyas capilares. Es la desesperación. Un collar de perlas para el cual uno no sabría encontrar un broche y cuya existencia ni se sostiene en un hilo, tal la desesperación. Del resto no hablemos. No hemos terminado de desesperarnos si comenzáramos. Yo, me desespero por la pantalla a las cuatro, me desespero por el abanico a medianoche, me desespero por el cigarrillo de los condenados. Conozco la desesperación a grandes rasgos. La desesperación no tiene corazón, la mano queda siempre en la desesperación sin fuerza, en la desesperación cuyos hielos no nos dicen jamás si murió. Vivo de esta desesperación que me encanta. Amo esta mosca azul que vuela en el cielo a la hora que musitan las estrellas. A grandes rasgos conozco la desesperación, de vastos asombros menudos, la desesperación de la altivez, la desesperación de la cólera. Me levanto cada día como todo el mundo y descanso los brazos sobre un papel floreado, no me acuerdo de nada y siempre es con desesperación como descubro los hermosos árboles desarraigados de la noche. El aire de la habitación es bello como palillos de tambor. Hace un tiempo increíble. Conozco la desesperación a grandes rasgos. Es como el viento de la cortina que me asiste. ¡Se conoce semejante desesperación! ¡Fuego! Oh van a venir de nuevo... ¡Socorro! Helos aquí cayendo por la escalera... Y los anuncios del periódico y los avisos luminosos a lo largo del canal. ¡Montón de arena, vete, especie de montón de arena! En sus grandes rasgos la desesperación no tiene importancia. Es un hacinamiento de árboles que una vez más van a hacer una foresta, es un hacinamiento de estrellas que una vez más van a hacer un día de menos, es un hacinamiento de días que una vez más va a hacer mi vida.
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Poeta
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Inconcebible
Por dentro la sombra me alumbra el ojo sediento en la risa baldía del fulgor de la noche cerrada ningún día se escapa del luto ni el último rayo murmura del placer herido al beberlo.
En tanto un pañuelo machaca una lágrima de cien millares de ausentes alientos en las estrellas perdidos con miedo.
__¡ Ah, riqueza de muerte !. Aquí, allá, entre el aire, la tierra y el agua.
__¡ Oh, esperanza !, tú también eres fantasma perdida.
Perdida, esperanza, fantasma, en la mesa que la soledad habita, por las casas, del vacío, de los miles olvidados ; de lengua en lengua, en la mirada que calla su escarcha hasta el cuello del alma enferma.
¡ No, no !... A la muerte, no lleves tantos, ¿ A dónde se irá tanta vida perdida ? Tan inútilmente, como la pobreza se extiende, y el mismo olvido, vive entre calles y techos...
Inconcebible Donde solo vive más la ausencia abundante Inconcebible Con la muerte presente en la luz y la sombra Inconcebible... ¡ Para quien no lo sabe ni vive !
Autor : JOEL FORTUNATO REYES PEREZ
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Poeta
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H.U.M.A.N.O.I.D.E.
Porqué del viejo, futuro son los, vasallos ocultos al tiempo nuevo. Al escribirse con el agua siendo arena, los amores inesperados los primordiales, reparos los encuentros en peligro. El viejo futuro ya no habita su casa, estando la sed que aclama sola.
Humana no es. Desnudándose. Entre los ojos puros.
Al descubrirse el pelo anaranjado, en la curiosidad del higo. ¡Dónde suena verde el viento!. Al recuerdo gris donde se aferra, el barro mirándole plástica, en la física codicia perdida, al vestir la izquierda de la música salada.
Desnudándose. Entre los ojos puros. Humana no es.
La mirada la mesa enajenada la enarbolada conexión, una vez desunida imperturbable delicada, una vez impermeable deseada intrincada. ¡Con los ningunos hechos presentes!. Entre pasados por hacerse. Pesados los algodones y vapor el plomo. ¡Cuándo los días de nuevo se añejen!.
Entre los ojos puros. Desnudándose. Humana no es.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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SIN TRASPILLARSE
Cuando la lira triste queda. Por el solemne escarabajo arriba. Al rigor de verse aprisa apresa. Al barco del no volver. Las huellas duerme escondiendo. Al arrecife blando. Al inoportuno bosque coronado. Del edén que se repite cruel.
Cuando La Lira Triste Queda Alcanza de la cumbre al campo En la muchedumbre
Iluminando las palabras obscuridades. Aquéllo... ¡Qué adormecido sube y atraviesa!. Tan frecuente al cielo insomne. El valle estrecho presuroso. ¡Qué preside al momento culminante!. Ambrosía del amor sólo, sólo ambrosía. La eternidad, del sin embargo, breve. Diáfana la pobre mesa mece al hambre. En el perfume pequeño parecer. Ambrosía del amor solo ambrosía. ¡Aunque fuese ficción pequeña!. Y en los años, historia, hogaño. ¡Esperará!___ ¡Oh, sí qué sí, en la templanza!. Porque la luz nunca verá su sombra. ¡Más perdida la situación sufrida menos!. Aún descansa de la mejor tormenta. ¡Qué cae de la miseria ciega!. De los círculos qué escandalizan. ¡Por lo qué esto fuera si hiere!.
Una vez... La calma rauda ruede. Con soltura. En la estatua curiosa del verano. ¡Dónde la vereda se olvida!. En la resistencia sin figura. Cuando La Lira Triste. Queda ¡Los anónimos pintan cíclicos!. Y las calles por conocer acechan.
Al estanque del anhelo. La lira del claustro. ¡Renacida!. Y entre las escarchas que maduran. ¡Exigentes!____ El silencio mudo grita. Fugaz rama del pañuelo. Elaborando bárbaras carencias.
¡Siendo entonces lo qué había sido!. Del comienzo con gran fuerza. ...Distinto el alto fondo...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Não sou poeta de gabinete... Vivo pongado no dia a dia, recolhendo os fatos.
Como os garis recolhem o lixo, eu fico recolhendo os entulhos das ideias, para fazer reciclagem.
Ideia pouca é bobagem, nas mãos de um artesão popular...
São pedacinhos de letras, que se tornam anéis; são contas não pagas, que se tornam gargantilhas...
São tantas ideias simples, desprezadas pela sociedade burguesa...
E o artesão vai recolhendo uma por uma... No final do dia, o poema está na mesa.
A.J. Cardiais imagem: google
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Poeta
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INSOLACIÓN...
Por allá camino cerca encontré el sol solo me dijo poco menos que luz de la divina consciencia poco más que luz de la vida circular poco menos que riberas. Dices, del mar solar, somos. Desolados, asoleadoramente ensombrecidos. ¡OH, insolación!.
Es... En unos, las cruces, lirios. En que otros las llamas danzan. Cenizo el[polvo. Los pendones de cenizas. Ciertas donde nacimos. Inciertas donde morimos.
Pues. En clara aurora la cara enflora. Encarecida aún la misma muerte. Compañera cercana. La cruz. Solar. Del suelo suela sola. El Premio a la tierra es. Me dice el calor frío.
En los años que nos viven, las sonrisas que nos quitan, los abusos que nos dominan, al filo enarenado. ¡Escudando!. Y escuchando, andares y caminares.
El hemático dislate. Desmemoriado desdecirse. La menta y saborea. El engaño Agrio El rebaño Ante la mesa inerme. Ausente. La silla del ayer llena. ¡Cada techo entre mil lechos!.
Des Habitados. Caminos. Alimentos del vacío Sin un después. Sin un más nunca. Sin ser ya nada en cada ahora. Los años nos mueren extraños, los retoños desenraizados, bajo los cielos inundados, inundados, inundados. De Las Ausencias al amparo. Perenne aridez del nuevo suelo. Solo insooolación.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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ARÁCNIDO EMBELESO
Casi luz la luna en la pared,
araña reflejando el lago, (Extraño) en la pintura el cuadro. (Triángulo).
La luna menguante, bajo el pincel, soñado anoche, casi luz. (Amable amar extraña). La luna fue pintada. En la pared...En el lago...En el cuadro.
Un beso. Embelesado lunar que luego araña. Un beso. Y luego... Desayuna la cama duras almohadas. Amorosa pareja la mesa servida. En el fondo bondadoso. ¡Bullangero del hambre!. En la cumbre tímida, benigna del apetito. Embelesado. Como...
Descienden las sombras de la noche. Cien espejos en un reflejo. ¡Qué cayó sobre él tranquilamente!. De la pantalla. Del hambre que desesperado comía. El sol el viento el agua el desierto.
Embelesadaraña. Hojeando las palabras los párpados. las pestañas las ramas del otoño. Primor de red, embrujo y seducción. Cuando hay_____Una curiosidad. ¡Insaciable!. Y verde al embeleso imaginando. El arácnido. Al sangrar el azulastro suelo. Y Con el amarillo amarillar la paja. Y el rojo enrojeciendo al aire. Con el arrullo gris celeste.
El. Insecto. Enamorado. ¡Páramo de un día en la promesa escrito!. Donde alza las aletas un elefante. Olores acurrucados en velas apagadas, lleno de sed parecía flotar, en el tintero sin decir palabra, del triunfo ausente un intruso. Enamorado. De la viuda alegre. (Negra negra de mil venenos). En el último beneficio, del más acá... ¡El beso enreda rudo!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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OSADO POLAR
C O ORO OVO O
Aovado caminar lejos dorado Al vislumbrale silencio Al sueño sucumbirse Del vulgo barro Ruleta trémula .¡Generosa!. Ingratitud Gratuita Osado Polar Osado
C Bruma Merma Ova A
La primera puerta paralizada Dónde la angustia se desinfla En la tela grotesca espinada El O Oro Ovo Salió al margen impaciente Donde lujosas violetas rumoran Los dientes de dalias y tulipanes Los remordimientos suavemente oro A la mesa de afeitar tocando plata A la enzarzada serpenteante garra Polar Osado Polar
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Amorfa morada
La nueva pobreza el diseñador ha terminado de acertar en él, último círculo, ¡qué lo mira compartir en el bolsillo! respirando, humillada, lástima, la madrugada nomás de verlo, ortiga, en un manojo de murciélagos, certificados, en un clarín de burdel, domesticado, en un fraude de sospecha, inmóvil, en un bastón de maletín, ¡terminado a mano, en la orilla! de un relámpago cicatrizado de un ladrón canino ¡al final balín felino!
Entre Los rompecabezas, chicles despistados, Pellizcos de radares equivocados, Boletos de fantasmas apiñonados, Públicos de recámaras silbando... ¡Adarom afroma!
Escuchó, vestido de puntitas a las ranas incalculablemente cayendo burocráticas las faldas milenarias y volcánicas ¡trompos perplejos y baleros incluso!...
Goteando, los techos, los suelos... ¡Gotosos!
Más el ungüento reprimía saciado muy suavemente envenenando metido en la perfumada puerta menos píldoras en la naríz.... ¡Adarom afroma!
Un nimbo de voces en el borboteo se amontonaban subterráneas, escrespadas, desmadejadas, paradas, intermitentes, con la cara triangular de las esquirlas con la visión silencia de las uñas ¡en la mesa del sinfondo!... ¡Adarom afroma!
La casa admiraban familiares agrietados, los cabellos arrugados en la ceniza los esqueletos en la cocina los curiosos en la calle... ¡Siendo, siendo infintos los asfálticos latidos!
Sin forma En la medianoche En la esquina De los instantes descalzos De los panteones adornados.
Al final Sin forma... (Formales muy formalmente deformados) ¡Violeta... De pared al techo! Al fondo Del mismo ¡Pecho!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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