MORDAZ MOTÍN
El recuerdo, se abrió por la mejilla, amotinada, temblorosa, poco a poco, bajo la mesa templado fortín forzoso panoplia del trasoír y traspapelar en capas lisas empuñando el borde de los caminos donde se divorcian los trayectos de la manos de las lágrimas, briznas de pestañas de las numerosas emociones cansadas donde. ¡Quedó el motín amordazado!.
A Mor Da Zado. ¡Textual de tez tifón!.
Don De Se desprenden avenidas sonoras, por el rumor del verano, y la costa seca, del ilustre retiro, montaraz, y arena con blusa de pregonero, robusto dejando ver las retinas de frágiles, ataduras de una piel nueva. Matraz.
En El retorno, redondo, majestuoso de grises indolencias, fracturada fragua fragante, En el enjambre de torbellinos, llevando las rimas de gomas, lentas y disimuladas, sobre todo.
Sin fantasmas, indiscretos, sin brumas, en la piel tostada del sol, que han dejado los amores soñando, en la ventana del silencio, que ha dejado de inquietar. Sin fantasmas, indiscretos, sin brumas. Tempranal. Tenaz. ¡Del borbotón bordado!. Afable y afanoso.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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