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Las promesas que hicimos Todo aquello que nos prometimos Se lo ha llevado el viento, Sin piedad, ni remordimiento.
¿Recuerdas la casa de madera, que junto al río te iba a construir? ¿O aquel Inmenso jardín lleno de vida, de niños, flores, mariposas y abejorros?
Todo sería hecho por nosotros, por Nuestras manos y nuestro cariño. Así quedó grabado en el umbral De mis esquizoides sueños.
Por las tardes yo, salgo a mirar el Paisaje y mirando, el sueño amodorra Mis sentidos. La frialdad del abandono Fui rumiando, a golpes de martillo.
Yo hice la casa, en derredor sembré Las flores. Están las mariposas y las Avecillas, mas por ahí no se oyen risas de Alegría, ni la tuya, ni la de niño alguno.
Delalma 7/09/2020
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Poeta
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SOÑAR DE UN LÁPIZ
Dormido, dormido. En los paisajes de un lápiz. Tenía, tenía y tenía. Tenía un sueño. De martillos. De martillos imantados. ¡Qué dibuja sin orillas un reloj!. ¡Qué miran los peñascos de las venas!. Ríos, valles y montañas, sin cuerda. Un lápiz, un lápiz... En la campana insomne. Empapeladas superficies.
Soñar, sueños, soñados, soñando y soñando.
Un Lápiz sueña... Desdoblando cicutas moradas. Moradas, en la mora, morada de infinito lápiz. Por él... Borrador. Arrobador. Limpio. ¡Cáustico, selvático, efímero!. Todo un lápiz.
Soñar, soñando qué sueña.
Soñar qué sueña, un lápiz, sí. ¡Un lápiz sueña!. Soñar qué sueña... Y si alma tuviese, se conmovería. Sé, sé. Ser algo alguna vez. Lápiz, pluma, ave, carbón. Entre vaivenes, sobresaltos y traspiés. Cuando, abajo. Flota. La madrugada clavada. Y quedaba en la mano una mancha. Después de náufragos intentos. ¡Montañas!. ¡Montañas de cartón!. Ríos de papel, valles. Valles sin orillas, dónde un reloj delira. Emborronando el paisaje. Por el lápiz. ¡Qué dibuja superficies!___¡Reloj sin cuerda!.
Y seguía soñando, soñando y soñándose un lápiz.
Dormido, dormido, un reloj delira. Ceniciento. Azucenas inmortales y serenas. Con la luna de fuegos dulces. En la manecilla. De minutos y segundos. Un ceniciento reloj delira. Inmortales y serenas azucenas. En la mano. Un borrador. Arrobado. En él. Intento aislado. ¡Qué paisaje limpio!. El de la mano. Con fuegos de dulces. La luna. El lápiz.
Lápiz de minutos, lápiz de segundos. En La Manecilla. ¡Un reloj delira!. Martillos, martillos, martillos. ¡Martillos imantados!.
Lápiz en su tinta. Náufrago sin mancha. Por el cartón de intentos. ¡Qué sueña!. Por la mancha del dibujo. En los paisajes del viejo lápiz. Dormido. Un sueño, amartillado de lira. Lira qué delira. Un reloj... Imantado por los ayeres. ¡Doblados, tejados, huracanados!. Con las venas de las madrugadas. Con los peñascos flotando bajo.
¡Ah!. Si fuera sólo sueño. Embriagado el horizonte. Esbelto el brazo, el pecho. ¡Color alambre!. ¡Perdón sin piedad por las rodillas!. Del grafito. ¡Pared audaz. Del agrio azahar!. Nada, nada más pegajoso hollín. Fatal collar.
¡Ah!. Si Sueño Si, sí, sueño fuera solo. Nuevas. Campanas. Flotarían. Nuevas campanas, flotarían las madrugadas.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Barquitos fantasma
Duermevela enrojecida cueva De remotos agujeros Los filos sin punta untados ¡Yace el sapo! De mundos chiquititos. Dónde Las Flechas. ¡Carnes hielan!.
En El Blanco vilo de un cerillo Cuevas qué cautivan con el vuelo ¡Qué pene el alma! ¡Qué pene, qué pene! Fantasma... El barco ¡De pulmonía!
Cómo fantasma... ¡Apenado! En las venas ¡Del mástil! Y Las Caderas... ¡De un clavo! ¡Frenético, plateado, platanar!
Y las sierras, abejas del cachete ¡Perfume del clavel! Saliente... De faena débil ¡Cuando... Pene, el fantasma? ¿Quién lo sabe? Blando... ¡Se aleja por las noches...! Bañado. ¡De martillos!. Y jinete.
Duermevela. ¡Resplandor de coliseo! Colérico, discípulo, endiablado.. Pretérito. Pretexto. ¡Enrojecido!. El Fantasma ¡De barquitos...!
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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