Poemas :  Zoenen... (Besándose)
ZOENEN… (Besándose)
Holandés-español

Liefde is liefde van fijne zijde
spinnen, spinnen. Het water van een meer,
Door het kussen van de stem van de wind!
In een geheugen. Kijkend naar hem,
schreef zuchten.
El amor se enamoró de la seda fina
hilando, hilando… El agua de un lago.
¡Al besar la voz del viento!.
En un recuerdo. Al mirarlo.
Escribió suspirando

Al áureo fruto. En la sonrisa.
Del tiempo.
¡Blanca nieve!.
De gouden vruchten. In de glimlach
weer.
Sneeuwwitje!.

En la lluvia de los sueños, nubes rosas.
En los cabellos, polen de las pupilas.
El Amor se enamoró, de un lago de viento.
In de regen van dromen, roze wolken.
In het haar, pollen van de leerlingen.
Liefde is liefde, meer wind.

Liefde, geschud.
Transparant, in de stilte.
Eenvoudig te verplaatsen!.
Draaien van een appel,
Wanneer er brand geringste vonk.
El amor, estremecido,
transparente, en la quietud.
¡Fácil mudanza!.
Encendiendo una manzana.
Al fuego de la más leve centella.

In vocht, naakt, dan.
Versus tijd klok breekbaar!.
Het groen, dodelijke, ellende.
Is liefde, gered.
In de cocon, zijde ... Wanneer het droog is!.
En la humedad, desnuda, luego.
¡Frente al tiempo, del reloj, frágil!.
Al verdor, mortal, de la miseria.
Es el amor, guardado.
En el capullo, de la seda. ¡Al secarse!.

Liefde ... de tijd.
Spinning tranen.
Gestoomde herinneringen.
Ijs, meren vergeten, eens herboren.
El amor. Del tiempo.
Hilando lágrimas.
Al vapor de los recuerdos.
Hielos, lagos olvidados, alguna vez renacen.

waar is
Hou van slapen, de gouden vruchten van een glimlach!
en dan.
De stem van de wind kussen, terugkeren.
Donde es.
Quiero dormir, la fruta dorada de una sonrisa,
y luego...
En la voz de los besos de viento, volver.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas :  Plausible parvedad
PLAUSIBLE PARVEDAD
(Neosurrealista)

Por ese amarillo que, inventa un sol,
azul pinta en el bosque un relámpago,
de la ebria muerte,
separando el alba de una estatua,
equivocada, hambrienta y sanguinaria.

Calculando las medidas de longitud estándar, asistidos
con cadenas o con cuerdas, donde la culpa se apodera
de un beso, con la tecnología más avanzada, ofreciendo
al tórax desnudo una protección invisible, e innovadora,
sobreestimando en gran medida la cantidad, de los labios
de aplicación microsuave a la pupila, que tiembla riendo,
con la firme incrustación de vocales, diseñadas y alegres,
preocupadas en formar un pequeño nido entre los muslos,
con las hebras perfumadas, de los hechizos y sus gracias...

Por esa mirada que camina un puente,
de luz estremecida por sus ramas,
blandas siembras de cortinas,
en la piel desesperada,
de la calle, muñeca sin cabeza.

En la primera visita, de la caja de seguridad a los huesos,
en la base del árbol genealógico, además de dibujar ojos,
a los diminutos fragmentos de los años, que indican una
atmósfera nociva, que teme causar pánico, y sufrir muchas
vergüenzas, que desde los edificios altos repiten el proceso
una y otra vez, llevando consigo las máscaras protectoras,
contra los mensajes escritos, de los especímenes homínidos,
desenterrando las pasiones ensombrecidas, por el cielo más
simiesco, con el fuerte oleaje de los cándidos cariños ligeros.

Por la manzana pecadora mariposa,
entregando las caderas comestibles,
del sabor secreto,
palpando al almendro entreabierto,
de los féretros, sin freno, ni refugio.

Para minimizar las molestias, que confirman las corazonadas, al caer la noche que recoge su dispositivo con una red, y un pobre anzuelo, gordo, fresco y listo para freír, la realidad al
mojo de ajo, porque en su cubículo hay un teléfono, que usa los sótanos atados de las manos, por la travesía de los techos cuando entregan las paredes, un puñado de las azules y frescas frutas lustrosas, más o menos una vez cada seis años, con largos
bramidos, y la selva de plásticos dormidos en camiseta, por los obstáculos, que se posaron en la superficie de los sensores.

¡Oh, parvedad a la medida, cuando el agua es redondeada!.
Y es plausible la inundación de los desiertos catastróficos sin entrometerse con el fruto de la paz al respirar libertad los muertos
del amor más puro y viviente.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas de naturaleza :  El eco verdoso
EL ECO VERDOSO

Con
una
desesperación
de caracoles
en
la
penumbra quebrada
el eco sueña, sueña, sueña.

Los filos
de verde torso
del frenesí vestido
por
todas
partes ardientes está
el eclipse ansioso
con
el rabo del ojo
en las esquinas
del alfabeto
en el fango
montando
peces de hojalata
de turbias manadas
desecando cándidas
lenguas
sin descanso
entre la nieve
con muletas.

¡Sublimes escorpiones!.
Hechos miedo puro
pobre, elusión inopinable,
entre las cejas
lapsus
apuñalando las rodillas
del hacha sin fondo.

Es tal vez
aquél
silencio en las raíces
o este herido polvo
de cuero celeste
o aquel gusano gris
suavemente
sobre el hilo
sacudiendo
el volcán que se derrama
concentrado
en los racimos
de las jaulas
aullando
desnudos
los suspiros
de la lluvia
que sube y quema
encadenando al cielo
agujas.

Tildado de muelle
con el
ahínco atemperado
por el techo desnudo
por la cama enlutada
por el solitario plato
por la ropa resbalosa
enroscado
el árbol
a
una
manzana
moribunda
persiguiendo al viento,
que se cubre
las verdes carnes
carnes, carnes, carnes,
con
las
hojas
movedizas.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta