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Éste que ves, engaño colorido, que, del arte ostentando los primores, con falsos silogismos de colores es cauteloso engaño del sentido;
éste en quien la lisonja ha pretendido excusar de los años los horrores y venciendo del tiempo los rigores triunfar de la vejez y del olvido:
es un vano artificio del cuidado; es una flor al viento delicada; es un resguardo inútil para el hado;
es una necia diligencia errada; es un afán caduco, y, bien mirado, es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.
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Poeta
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R.E.F.O.R.Z.A.M.I.E.N.T.O. ((Fractal-nihilismo multifacético))
Como fardando el libro que remudia la vieja sapiencia, maestría desguazada en los tiempos de una biblioteca esmirriada, disgregando oropeles y elogios mustios al escritor no sazonado, prosigues a escalfar lo que pudiese ser cocido al fuego lento del aprendizaje estoico.
Y digo que dices, sin formular un incorruptible vituperio, tan imprescindible en la ocasión como gárgola justiciera, endriago que asesina lagoteros excedidos en la lisonja perniciosa, digo dices que es mejor la carantoña para esa nimia letra pueril, ¡fútil! que decir las verdades que transformarían en malparto necesario una entrega (¿literaria?) del poeta congénitamente negado… y sigues digo, insistiendo que la horda es refinada, que el puercoespín carece de hirsutismo, que el fisóstomo no es escurridizo… Y así, en aluviones de refuerzos positivos no aprende ni tan siquiera la dendrita más efusiva.
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Poeta
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