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Me cuenta cuentos, leyendas, historias, su mente abreva la imaginación eleva viajando por esas sendas sobre el Pegaso, sin riendas, en cuyas alas se activa la idea más creativa de una niña apasionada, siento mi alma emocionada, élla la tiene cautiva.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 30 de abril del 2023 Dedicada a mi nietecita Mayté Rodríguez Ramos Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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EXPLAYADA...
¡Cuánta luz hay en la nuez inesperada!. Que confunde los ovarios, con una próstata, y engendra desvaríos. ¡Luz hay que la misma sombra ignora!. Y en la misma envidia teje monumentos. Solo sabe amar al vacío. ¡Con tal de esperar ser alguien!. Pero el humilde camino le niega.¡Las pisadas!. Explayada en un grano, no sabe si grana. En Un grano no sabe si grana. ¡Rascando al león las pelotas!. Explayada ni se pregunta. Ni Se pregunta. ¿Qué le está pasando?.
¡Donde demasiada luz hay, pululan los ciegos!. Y en la tierra de ciegos el tuerto es rey. ¡Pero el cíclope es una leyenda!. Y el miope es una realidad, en la óptica del proctólogo, que acaricia una guitarra, y puede tocar las cuerdas, de melodías que desconoces, explayada arena sin orillas.
Sal de ahí si quieres que te vean. Pues habla la pluma más rápido, que el cerebro que la mueve. Y no deben lanzarse cerdos, al corazón de las perlas. ¡La luz inesperada es peor que la tinieblas!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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SIRENA DEL DESIERTO
Por una gota de sueño que ha perdido la paciencia, en un grano de desierto. ¡No es justo desperdiciar arena, arena, arena!. Ni la opulencia de la espuma en su triunfante lozanía. ¡Canta la sirena!
Al fondo del comedor transitorio estaba escrito, bajo el tablero fosilizado, un ángulo obscurecido, por la distancia, en el lento oscilar de un muelle, oleaje lanzado con desdén profundo. Y entre fúlgida luz argenta, recuerda fríamente los tres periodos: Triásico, jurásico y cretácico en su biológica belleza. Pero más aún, en la riqueza de especies del mesozoico, con equinoides, gastrópodos, malacostracanus, peces óseos y reptiles marinos. ¡Vaya, que belleza era aquélla!.
Dobló un poco el cuerpo semiflotante, después de más de tres años, de vivir lejos de la orilla que penetraba, libremente en otro tiempo, las playas del quinto planeta, agitando las manos debajo de la espuma, sonriente, entrando y saliendo al otro lado del cristal mirador, inexpugnable del reflejo deslizándose angulosa.
En ese tiempo se tenía un antiquísimo registro iónico de la historia, de la vida en la tierra, incluso de sus muchas leyendas, que en su primera época la formación fue muy violenta, por la lluvia de meteoritos, impactos que calentaron y volatilizaron los océanos, con bacterias que crecían a temperaturas de setenta grados o superiores a cien, y la vida surgiendo en los mares.
¡Vaya si era una gota!. ¡Qué gota!. Enorme y fuerte, tan húmedamente suspendida, tenía balanceando en el aire. ¡Sí, en el aire!. A tres lagos, una catarata y seis ríos. ¿De qué modo explicaría el origen de ésto?. Donde probablemente, estaban todos preocupados, pero nadie se detenía a prestarle atención.
Ella hablaba poco de sí, y sin duda, hubiera callado sobre la piedra desintegrada, y que había dejado a punto de limitarla en su expansión. Pues anteriormente se decía que había existido algo similar, en el antro de una noche estelar, que se adelgazaba a contraluz como el trino de lunas alegres. Y más allá de una simple especie análoga, especulándose bajo el poder reconstructor del oscilómetro general, en el fuego abrasador de la fantasía mítica.
___Aquéllo debía ser cierto__ Sobre todo en las realidades paralelas simultáneas. ¿Porqué entonces nadie la clasificaba como versión de anfibio racional?. Pero ahora, en este ahora sin rumbo, en la opaca quietud del espacio expandiéndose, en los campos energéticos de tiempo comprimido. Donde nadie parece dispuesto a investigar más sobre la enormidad de esa gota. ¡Vaya gota del origen y del destino!.
Haciendo girar su aleta, ascendió con lentitud al punto brillante, de la oleada vibratoria sin disimular el desconcierto todavía, con los ojos secos que terminó de frotar con lentos movimientos, como había hecho, y visto hacer sobre una piedra semejante, justo antes de su expansión. En épocas de cosechas nunca olvidaba hacer réplicas entre cánticos estridentes, desde el principio repitiendo lo maravilloso de las leyendas tomadas demasiado a la ligera, y muchas olvidadas, como en esa producción semestral, ancestral, celestial. En la superficie de la esfera una bella joven salía de la luz, al principio de no más de diez centímetros, y al descender por la sombra, se dilataba creciendo a su tamaño regular humano. ¡Bueno, semihumano, hasta la cintura delgada y su cuello azulverdoso, oscilando al ritmo de las olas marinas, descritas en las leyendas de la tierra a tres siglos luz de distancia!.
El crepúsculo es corto, y los velos de la noche se precipitan solo en la línea que sus huellas habían dejado, indicando la dirección por donde ella había venido. Como el amor anónimo y calladamente triste en el enorme sosiego de las primeras galaxias, en la primera tarde, donde arde una flor profunda, con el esplendor grabado en los inmortales rasgos del espacio nuevo, con al exposición a las partículas atmosféricas, y al envejecimiento de la luz, con el corrimiento hacia el rojo. Al mirar en torno suyo, todo le pareció solo confusa niebla fosforescente, a veces parpadeante. Ni siquiera la gota estaba ahí para orientarse, el dolor en las piernas aumentaba y tuvo que detenerse y descansar. El suelo era pura arena movediza en la leyenda de la sirena del desierto, en la universalidad del lenguaje mítico, en el mismo licor de la sabiduría naturalista, en el mismo origen de la sismología solar, en la memoria inmaterial de infinitas vías lácteas. Y él... ¡Sí, él, en ese quinto planeta solo dudaba de sí mismo... Sudoroso en el desierto dormido!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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EL DEBER DE JUGAR
¡Qué de trompos y balero!. La rana. Y canicas. ¡De bolsillo!. ¡Es tan peligroso no jugar!.
El niño... Cuando niño ¡Cuando debe! Amiguitos. Caballitos y ... ¡Respeto!. ***Disciplina, salto y.. ¡Columpio!*** ¡Qué de cuentos y leyendas!.
En los bolsillos. ¡Muchas de ellas!. Niños y niñas bellas. Bellas ilusiones. Bellas sonrisas. Bellas inocencias.
Y en las canicas. ¡Honores!. ***Victorias, charcos y sapos*** Y en el habla... Del juego. ¡Elocuencia, amistad, alegría!. Tanto dado... ¡Como recibido!.
¡Qué de indagación!. Y... ¡Descubrimiento!. Una hoja. Un insecto. ¡Luz y sombras!.
Un fantasma. ¡Sin tos!. Sueño de dueño ¡Dragón y castillo!. Y otros con otros. ¡Brinco y grito!. Virtud de abeja. ¡Por el juego!.
Y participar. ¡Cuándo se pueda!. Y cuando no. ¡No desearlo!. ¡Qué de juegos!. Y deberes.
El niño, la niña. ¡Cuándo niños!. ¡Cuándo deben!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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RESPLANDOR ÍMPROBO
En la carne del silencio donde la noche anida la historia sin letras en la hoja del perfume ya es, sin dar explicación, la ausencia infinita hoy siendo, alguna vez lámparas acariciando al sol en la piedra sin leyenda, en la sordidez del país invisible, que la música lúgubre traspasa hueca del insomnio de los tigres y la luna decora vana, estrellas en los mantos dulces del océano rojo, con el doble de horizontes ya perdidos y lejanos al tocar los ruiseñores bajo la cama dormida hoy como ayer y en todas las mañanas hechas tarde por las ternuras inocentes bajo tierra coaguladas por las sillas tétricas menospreciadas miles.
I-M-P-R-O-B-O___¡Resplandor!___I-M-P-R-O-B-O
Por lo que tenue describe el canto. Al caer del día. Y el cuento vierte dúctil candileja. Al cerrar la noche. La franqueza incurable del silencio. A pecho abierto. En las ciudad esquina del absurdo. A fuego lento. Del profuso y amplio redentor desgarro. Hasta no poder más. Porqué estremecen los caminos.
¡Resplandor!____I-M-P-R-O-B-O____¡Resplandor!.
Son los caimanes del encono desgranarse, al espesor usual del vano fluir, del teatro reconocible sonrisa, en las costillas del ataúd miles, son las transparencias injustas, en cada letra que partícipe es, --cudriña la consciencia honesta, del sombrero terrible sin paja. ¡Sin voz indivisible!. ¡Sin luz desgraciada!. Aunque despacio se expresa con gracia ágil.
¡Ímprobo resplandor!____¡Resplandor Ímprobo!.
En la mezcla rara del susurro indefenso, dónde largo habita el olvido oculto en miedo. En todos los perfiles incurables, dónde el cementerio despierta ciudades muertas, En todos los endémicos parlantes, dónde el agua turbia corre rauda. En la mezcla de los gestos del escenario forzado.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Por Amusia...
Danzando el silencio abraza Melódicas Las pródigas palabras El regazo ¡Corchea copiosa! La piel, la vida, de violetas tulipanes De los pueblos ¡Muesca ominosa! De las almas Aromas del fervor qué intercede Leyendas afónicas monótonas Al final de la estrofa qué ruega La sinfonía del corrugado boscaje Al encendido semblante suave Por el reino de la nada sacrificada
¡Solo sonata facticia! ¡Sólo fabordón expósito! Corchea de muesca sinfonía Patética sordera del alma En Los Caminos empedrados de las tardes dilatadas Está La dura pena encuadrada... ¡Ya! ¡Danza desnuda danza!.
Por entre poderosa lejanía los densos sueños Amusia... Dónde solo ya florece Lúgubre la música qué del ayer fué ¡ Hoy de amusia qué al corazón desata! La sangre de intensidad plagada, nota a nota, Miel... Mansión... ¡De las musas invitadas! Rescatadas Del traslúcido suspirar de los caminos En la memoria qué suspira
Al fondo delicado fósforo Del silencio En la estrofa dura El regazo En la letra suave ¡Abraza, oh, abrasa, abrazo, y brazo! En la tierra gris de la renuncia Patética suena la sonata del soneto inconcluso El fuego lento paso a paso humedecido Al final Al cielo enredado en llamas
¡Desnudas! Enrojeciendo los discursos del beneficio ¡Danza! Al sendero entretejido inesperado ¡La música del silencio aislado, monótono meloso! Iluminando Solo a la luz qué ciega la mínima obscuridad pálida... De besos las cadenas del estanque, de marchitas esperanzas evaporadas del engaño iletrado de palabras musicales y vana sinfonía...
Amusia De la miel Silencia piel De Las Golondrinas en trance ausentes ¡Del regazo de las musas qué desata! Inspirando a los topos el vuelo de los halcones sonrosados del boscaje muesca ominosa copiosa la ternura eliminada en primer término... Del... Doremifasol Solfamiredo La yerta melodía del alfabeto intacta tinta Del cuerpo hueco desalmada melodía reptante...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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REVIVIÉNDOSE
Por Un Latido Cualquiera Llueven Pálidos Los tiempos Danza de silencio Perlas, laberintos, camas, ardillas y velas. Por Una Pupila Se anudan
Desnudas mariposas Espinas algebráicas, manos, juegos y miedos. Reviviéndose Libremente Se renaceAl un ísono crepúsculo del círculo Al flexible fénix del saltamontes Reviviéndose Intactos prohibires desenroscándose Las semillas destejen sus calaveras Entre incógnitos polvos celestes El alma desgrana su flamaRevi viéndose
En Un Latido Cualquiera De pasados agrid ulces Se decoran los vuelos Tormentas abovedadas, instantes congelados Reviviéndose Se humedecen las arenas en un cerillo Leyendas de ceniza y m arfiles almendrados Donde La Piel De La Tarde. Alumbra con su música el espejo. Reviviéndose en la esencia del reflejo Reviviéndose los muertos tiempos raudo Queda Uno Más En Sí.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Nos dirigimos al Oeste, hacia la tierra legendaria, río arriba, para poner los pies en tierra.
Nos encontramos con el destino, rumbo a un mundo desconocido, donde la luz y la oscuridad, son parte de nuestras vidas.
Tierra legendaria, aun siento cuan cerca, estamos y estaremos, dentro de este mundo.
El viaje esta por terminar, es momento de prepararse, de poner los pies sobre la tierra, avanzar a nuestro destino.
Erick R. R. Torres (Angel Negro)
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Poeta
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LEYENDO UN SUEÑO
En una hoja miró a las otras. Letras, verdes, enciclopédicas en trocitos, leyendo las palabras parecían amontonarse de varios siglos, debido a lo nuevo. Esperan, tomar, del interior, las añoranzas, sinceras, siete días a la semana. ¡Esperan!---Tocar el corazón del ser. Amalgamando al destino con destreza, humana, letras, sonidos, ideas. ¡Esperan!---Tonos gramaticales de colores, múltiples, en un hermoso lenguaje, interior, de los humanos, deseos, de unión, activo e indicativo, amando al gerundio. Aún al pleonasmo, considerando, abolir al defectivo, no negando al infinitivo flexiblemente. Esperan, tolvaneras, claro es, al sistema de sonidos, en las hojas árbol de la vida. Verdes, aún esperan tonificar, la razón, humana, toda. Leyendo como sueñan.
Letras qué podían estar seguras en su riqueza y prosperidad, murmullos comparables a montañas reunidas al despertar del otro profundo sueño, más bien, parecido a pesadilla continua, qué al despertar nada entiende sino con las armas, el poder del abuso, quita al débil lo poco qué le queda y en otros tiempos apoyó, sin embargo, después despertó. Del sueño hablando, entendiendo, sus rítmicos sonidos, algunos siglos después. Leyendo, leyendo, viejas leyendas. Cada año qué pasaba era lo mismo, el árbol el dictador
abría la boca, ahogando en sangre palabras, palabras de otros dialectos, y léxicos adversos a sus inauditos instintos, y a los lenguajes hacía bárbaros, terroríficos, En otras palabras acusadas de mala fama, tratando de sobrevivir olvidadas muchas, y escritas pocas, ya extintas infinitas. Y remotas. La noche regresaba, frustrando los intentos de la luz, luz del mismo ser qué sueña, ser, tener un solo sol sobre una tierra hablándose a sí misma, en los múltiples alientos de la humana arcilla.
¡Esperan!__Tocar aún la razón, más humana, sin abuso de cañones, ni la pobreza hecha a fuerza. Una vez, tal vez, antes de... ¡ Babel !. Babel parecía en el ajedrez, dos enroques y un jaquemate, perpetuo peón sacrificado, de letra, gramática, ética, en la defensa india, siciliana y variante del dragón karo kan... Tablero, tablero, en la hoja, se filtraban los renglones, descansando en esos lugares qué abren puertas y descubren los rostros del soñar, la humanidad una sola. ¡Voz en ése, libro qué a diario, se escribe, en la tierra toda, por ahora.
¡La leyenda sigue viva!. Babel, más allá del papel vive y respira en los cañones libremente dictadores, solidificando subterráneos confusos. Libre, libre, de seguir fabricando, esclavos, exterminando, confundiendo, abusando sobre infinitos millones desempleados, tristes, desarmados, aterrados y enterrados. Leyendo, se despierta, y se anudaban las ideas, grotescas,las tinieblas amasaban, estatuas, lápidas, incendiando sus trabajos, y el trabajo moría rápido, húmedos sus ojos, vacías las paredes, ¡lecho inexorable de los valores, hechos añicos!, fraternalmente, afónicos, igualdad del fango adverbial declinación, sirvientes, los archivos, inflexibles. Así fue... Ese día que leía, dormida la noche, bajo la almohada de una mañana del futuro, desconocido, antes, de ése día. Al tomar el libro, sus viejas esperanzas renacieron al leer: [size=xx-small]La lumo vibras en la nobla koro Eĉ en la cindro sublima pasio humanisma Humanizes! Al la sama flash Rokenrolo la rigardo En la venteto la oceano nestoj A kosma ovo Lumo de la homa koro! De la tuta homaro ... Kiam tiu espero iĝas Kiam vi atendas reveni litmus Kiam vi atendas tuŝi la tuta homa animo Kiam vi atendas ankoraŭ multaj, multaj!. Sueña que sueña. Sueña que sueña, ese día, esa noche, habla de también entender ésto otro.
La luz vibra en el corazón noble. Aún en la ceniza. Pasión sublime. Humanístico. ¡Humaniza!. Al mismo destello. Estremece la mirada. En la brisa. El océano. Anida. Un huevo cósmico. ¡Luz del corazón humano!. De la humanidad toda.
Al que esperan torne. Al que esperan tornasol retorne. Al que esperan toque el alma humana entera. ¡Al qué esperan todavía muchos, muchos!.
Luego, guardó su libro y durmió, soñando en una hoja ver su nombre. En un libro de la vid ¡No éste de la muerte, y todo lo demás ya sabido!. En un lenguaje universal. Aunque bien lo sabía, del más allá.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Sueños Lapislázuli...
Sueños tener de lapislázuli frágiles y dignos besos explosivos...
¡Sueños Lapislázuli!
Sin adioses angelados… entre venerables ventanas halagüeñas con los éxtasis transitables ciertos verdades leales amables que iluminan el mismo sol…
El mismo eterno instante soleado de cada mañana verde de cada tarde amarilla de cada noche azul profundo que respira dulces almohadas y siente sueños rosas...
Por Eso Eres la música, del fuego y del agua Eres fluorescencia De fascinación miscelánea De la miel efervescencia Eres Fluorescencia Agua Fuego Música Eres eso y mucho más, de la miel efervescencia...
Sueños Lapislázuli esféricos y ondulantes…
Que gozan y desean, historias y leyendas, en las justas manos del tiempo entre calendarios y relojes redentores…
No quiere plazuelas de magos, ni pasajeras venturas, ni sol de tierra ni tierra desolada ¡Sólo pasar del después al ayer! Con sonrisas resbalando Con las manos de cascada Con laureles goteando sola espera…
Los Sueños Lapislázuli
Espera solo los sueños fragantes y las tradiciones sagradas, Relampagueando Aunque Esté Sangrando cada nube repetida hirviendo diariamente por donde se deslizan sanguinarias las estrellas con sus alas entre leopardos transparentes en cada plegaria de un sólo camino transparente Leo, y veo pardos los cielos hirviendo con las estrellas aladas, heladas, sangrando. Por eso… ¡Sí, por eso!…
Ningún pedazo, se queda del alma, indemne, ¡Quizá! ni gozo fugaz…
Ningún pequeño mañana olvidado, es sólo dulzura…
Es La lección rica de pasión, de bondad y compañía…
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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