En la aguja quebrada por el flogisto de las burbujas del olvido, en el soslayo de la mirada en la que imbuyendo mentiras el exarca de los sueños planea su macabra urdimbre, existe un cerco de ideas espinadas pero atractivas, ¡ como ortigas nauseabundas pero seductoras ! ¡ cómo ásciro que busca un pie desnudo que ya no quiere ser virgen!
Es que la juarda no se quita con una sola seda: mil casquetazos de satén harán falta como mínimo. Entonces empieza a tejer tus horas vilordas con la chispa reencontrada de tu albur, otrora invencible. Deja que el cacarro de tu pluma y el trispasto de lo aprendido reinen otra vez tus escapes creativos.
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Poeta
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