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El caballito de palo siente pena compungido su maderamen fornido de tristeza tiene un halo, quiere ser un buen regalo, mas, no como mecedora, de manera imploradora y ya como en un desface pide le quiten la base pa’ correr a toda hora.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 26 de marzo del 2024 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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“Es mi vida, . . . me fascina.”
Friulina es mi conejita de peluche favorita, me la regaló la abuela porque voy bien en la escuela.
Dios la puso en mi camino, es de color blanquecino con ojos bolitas negras, cuando te miran te alegras.
De naricita chiquita así como su boquita, tiene dos largas orejas, si la cargas no la dejas.
Porque te da más ternura te transmite dicha pura, de esta niñez es esencia su algodonada presencia.
Mi vida la necesita, viste franela rosita, trae puestas sus alpargatas de conejitos muy gratas.
La apapacho en mi regazo me regresa suave abrazo, es un verdadero encanto, le cuento cuentos, le canto.
Mientras me quedo dormida dando al día su despedida los juegos los hace amenos acompañando mis sueños.
Le comparto de la almohada de la cama y su frazada, así mi querer enciende, no me habla mas me comprende.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 21 de marzo del 2022 Dedicada a mi nietecita Mayté Rodríguez Ramos (cascabelito) . . . Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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D.I.S.G.U.S.T.A.D.O En el puente que un río salta, turbio y lento, y donde nada correcto, está, un pez dorado, por el sol deshidratado, que apaga la vela, del buque, un juguete, perdido anoche.
Renacuajos con uniforme señalan la salida; prohibiendo a los gusanos los arrastren junto al lodo, inquietos como palomas, contribuyen con carbón que muerden rancio.
Parados en los huesos, los burdeles desempleados, igualados con el polvo en su pantalón ríen, con poca gracia disfrazan los yerros, examinan los gatos y saludan excitados.
Y por el callejón estrecho al aire sienten, distraídos, los últimos murmullos de la tarde, lejana, una mariposa, dibuja un clavel en la mano del joven que lo piensa.
Así fue, descrito el punto, igual que una raya, encima del lago seco, en el eco alegre; el canto se repite, salado, el sudor, con la piel baila de espalda al lápiz.
Sobrecogido, un alacrán, se vuelve lágrima, en el árbol angustiado, del patio solo rugiendo día a día, más despacio por el piso desenfrenado entre la yerba.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Negro atuendo el mío para la noche negra. Brazos abiertos a la fantasía que me traía vampiresas de la luna, sin restarle pasión a las felinas noctámbulas que me esperaban tras las cortinas del “Augusteo”, aquel salón, contoneándose a mi arribo, aros de fuego fatuo mis ojos y fusta de imposición sensual en porte yo, atuendo negro en la noche negra y mi copa de estrellas destellando, elevándome sobre toda competencia, llenándome de universo el corazón. ¿Quién, quién vivió la noche bruna como yo?, si ni hoy, hallo filosofía nochera que alcance los tobillos de mis botas negras. A veces abro mi compartimiento del ayer y contemplo mis juguetes negros.
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Poeta
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INMEMORIAL ESPERANZA
Gozosa de morir la noche sin estrellas. En el paisaje de mil soles. ¡Un poco de instante, un poco de sombra!. La noche sueña con otro cielo. Las palabras otras letras. Los libros hojas sin otoños. ¡Y la sangre palpitando por el viento!.
Al fin, los márgenes inexorables faltan. Y el camino cultiva música lejana. ¡Dónde había peces apuñalados!. Y las palabras solo encendían silencios. ¡Dónde la eternidad naufraga!. Y los puentes son juguetes impostores. Al principio de los años enmanzanados.
Muchas veces el sueño quiere ser bueno. Entre pesadillas de robles heridos. ¡Hermanados con las hachas fusiladas!. Y los fonógrafos anudando las rodillas. ¡Entre los perfumes ácidos de guerras!. Hermanadas con la dulce paz ardiente. ¡Y la constancia de carnales alas!.
Gozo los finales de muchas veces. ¡La muerte de los males encarnados!. Los paisajes sin alfileres y frutos nobles. ¡El odio no debe ser perfecto!. ¡La fe solo debe dar certeza!. ¡Ah, mi sueño predilecto agito!. Pero bien sé... ¡Qué solo soy un polvo!
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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