DESCAMINADO
El camino nuevo, odiado, se niega a ser nublado
debajo del otoño entre los cantos de las jaulas.
Con la esperanza del zapato entre las piedras
tristes acordeones seducidos por el polvo
que espera el fin dichoso en un recuerdo.
En la quietud del lucero en medio de la luna
o como la montaña inseparable corre verde
y escribe en cada espuela su congoja rosa
tan prematura en desengaños bajo la puerta.
Por el olvido que sucumbe ante la tumba
respirando los dolores de una lápida ligera
quedó la calle callada el domingo de descanso
sin quebrarse una costilla del florero gris sereno
el puente de púrpura vestido nieva su perfume.
Más con la soledad de los pinos penan pobres
las horas del mar que reposa en una nube roja
con el ritmo que corre a ponerse a salvo solo
como el tambor habla de la madera del barco
que piensa en la campana del campo frío
en la porcelana de la sombra de la hierba.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez