PINTIPARADO ESTRAGO
Las campanadas al viento contaban,
sus mieles los sueños amargos,
vestidos de abejorros fascinados.
¡Enlaminados del menoscabo!.
Al escoscar el raciocinio dislocado,
más que desdoro mengua el despliegue.
Al unísono al amarillar el galema.
¡Tan pobremente gigantesco!.
corroborando al patíbulo una congoja.
¡Pintiparado estrago pintiparado!.
Campana tras campana disímil.
Desanudando lo mínimo en exceso.
Por el itinerario endilgado taladrar.
Al intríngulis desprotegido despotricando.
¡La andanada antitética!.
¡Del áspero péndulo estólido!.
Traspapelar envilecido.
Del espíritu estafermo agarrotado.
Campaneando inconmovible.
¡Estrago pintiparado estrago!.
Por la caduca consciencia expulsada.
Al viento contaban los sueños amargos.
Sus noches denegadas.
Sus calabrotes perdidos.
Un descalabro consentido.
Una partícula inestable.
Un esparcido repeluzno.
¡Artífice que forja la trama!.
Encamapanadoramente siniestra.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez