Nocturnidad enigmática (Texto Experimental Neosurrealista)
Cuando la noche se estira en la quietud de las nubes la luna dialoga emocionada con las estrellas qué melancólicas la ven.
¡Cómo aquéllo que hubieron olido dolidas!.
Ampliamente ilustradas en el cuerpo de los sueños, con las modalidades de lo sagrado, revelado en el sol, como uno de los más importantes problemas de la historia, además de la verdad, que embellece el cielo dejándolo suave, manejable y con brillo, presentando una modalidad real y auténtica, en la heterogeneidad de las hierofanías, como la función de la transparencia en el agua, que se regenera por las inmersiones del alma, de origen celeste, como instrumentos del polvo, con la fórmula enigmática, arcaica y meteórica, de la noche.
Como si oliese a olivo que duele Como si hubiese olido la duela Como si oliesen la suela... ¡Por los suelos de los cielos a mano! Noche deslumbradora ¡Como una espléndida centella núbil!.
En las mismas concepciones de la vida, y de la realidad mortal, de lo transitorio todo, en un grano, dónde fueron depositadas las montañas, y la simiente del motivo de los mares, que acaban por recuperar la forma del aliento, en el ser soberano, sin origen ni final, esfera del amor en absoluto, atemporal, atado de manos, cuando se le cree atrapar, con las palabras de la naturaleza en camisa ligera, y pantalones, de cañones y monedas, con el sabor de las espadas, y el salario que cubre su tobillo, en el lugar dónde entran las rodillas, saludando a los sombreros y los cetros.
¡Oh, enigma candoroso de rostro nocturno! ¡Oh, razón que dormita y palpita obscura! ¡Cuántas amarguras se encontrarán abiertas! ¡Cuánto amor de espontánea combustión! Encadenados, los encantos celestiales esperan. Los candados y eslabones de la existencia genuina.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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