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FINALES POSTREROS
Todo ésto sucedió hace mucho tiempo y, desde entonces a menudo previo al inicio, sin dulcificar la acidez excelsa de las minúsculas amarguras, granuladas, encapsuladas, en gotas y soluciones en suspensión, estando lejos el refresco de las arrugas verticales por el atardecer con menos fuerza. En el taller, desempleado, con el agua que hierve las herramientas en alerta que encienden su tristeza, infiel de mano impía por el rencor de la moneda del blancor relajando un limonero.
¡Sí, en él!. Taller qué hace oscilar el baño de vapor giboso de las calles conmocionadas por el silencio. Estruendoso nadaba un pez abrumado por el óleo colgado en la madeja de lana en aquella pared rugosa. La noche verde aún la luna en su vejez contaba estrellas saltando como ovejas de miradas serpentinas limpiándose los dientes en un lobo qué temían moviendo el aire tembloroso sin inclinar la cabeza siendo imposible reconocerlo.
Entonces el hijo del carnicero se armó de valor y avanzó. Se amontonaron unas tijeras en los escalones como palomas en un peine desenfadado por la larga lista de caballos saltando arriba y abajo para calmarlos. Agitándolos con el acorde suave de agria voz. Por el ingrato silencio de la mirada devorando insectos.
Así el fueron muy felices quedó instalado en el dispensario recomendado por los mandriles cotidianamente iluminados por el uso de las profusas mordidas en un convulso epílogo, confundido con el prólogo a la defensiva con piedras y palos en la mano qué lanzó el primer inocente detectado, retirándose misteriosamente a meditar en un cómodo ataúd sumiso como el honor vendido, y ofrecido bondadosamente al colorín colorado.
Tomando en cuenta ya, el área posteroanterior del raro gris esmalto las auroras de fuego y la más herida luz sin vida dirigiéndose a los pianos. No embargante. Bien se supo lo mucho que lloró la noche desde que sus ojos cayeron al tomar las declaraciones llevando sobre su vestido un cable eléctrico mirando las peladuras del cielo más temprano que de costumbre tocando las heridas frescas en la multitud que quisiera salir de los abarrotes que brotan del asfalto con penetrante insistencia.
___ ¿Es un acertijo?. En ese instante las paredes se derrumbaron entre los recuerdos ya lejanos. Del... Había una vez entre un álbum fotográfico como una presencia amarillenta que permanecía escondida acariciando las condecoraciones perplejas. Del... ¿Qué importa?.
Ese que importa más apetecido con la ostensible emoción jadeante después de recorrer la explanada filosa produciendo el aleteo una figura lúgubre desplazándose en espirales lentas en la parte interior del saco. No está demás.
¡Sí, no está demás!. Diciendo: Debemos tener alguna precaución usando las palabras del dueño de la casa por la estafa lisa y llana después de los genealógicos segundos al asomarse el gato que comienza a lamerse con prolijidad por las calles con un gesto tímido hecho de marfil, sobre una pescadería de una sola pieza al cabo de muchos años, tropezando con los suspiros indolentes en esa parte de horizontalidad que nadie se atreviera a mencionar en una prueba de exterminio.
Así terminan las alegres mariposas en las tumbas caprichosas que plantan peregrinas las espinas estivales en el esplendor de las sombras tutelares en los calcinados precipicios de los claros vitrales.
Porqué las letras no resisten mucho tiempo altas dosis de continua realidad con sus impredecibles reacciones al pasar la eternidad al dar la vuelta a un periódico clima con la amenaza de ciertas divinidades de entrega inmediata, por el esfuerzo de querer reconocer sin remedio a la manzana enroscada, en una especie de eco aprendiendo a vender manojos de verduras al preparar la cena bajo el suelo bien ordeñado que se nota a simple vista de topo tragicómico en la ocupada cornucopia.
En cada final todo volvía a empezar para las casas sordomudas que se extendían con impotente desesperación bajo la forma de una clara y sana rigidez, ligada a una opinión muy diversa según la moda lo demostraba, en las armadas controversias del enrédote frágil velo de la concha impulso e igual indiferencia.
Uniéndose unos a los otros como en una imprevista bacanal que termina de arreglarse, y va a su dormitorio en los alevosos minutos cazadores dentro y fuera con su cuerpo de sirena, ladrona de frescas juventudes por la estrofa impenetrable de la montaña desnuda.
Así ha sido este brebaje de confines, ringlera de remates, pisaverde desenlace. Tanto como cuánto ladra el búho pálido de la fatal jornada, y dónde los mares enredan penas sin fe ni flores pero que aseguran servir de veladoras inestables en tiempos normales, y en la medida de su propia exigencia, por el porvenir que cae sobre ellos. Y... Como siempre. Terminan con el postre.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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DESIERTA SOLEDAD
Por Las Ideas Atormentadas Una gota Del desierto Ayuna La existencia Cuando el vacío salta en la inercia ¡Qué las noches de la corriente desata! La existencia De los mares esculpiendo El cómodo miedo inflexible El sincero llamado de la ausencia El vínculo calcificado de la prisa Desierta, soledad, desierta.
......
Cada una lenta urgencia____Donde. La pereza que lo avala_____Está. La ira herida se irá_______Tejida. En lo grave que se rompe___¡Ahora!. Soledad que vierte. Las pruebas del pasado, inevitable, Serpenteando corales, La razón vulgar del impostor, Escaleras intranquilas, En la necesidad de los gusanos, Aferrándose al pulir de los yerbajos, ¡Falsos atractivos atornillados!, Entre, Las tímidas verdades inventando, Las metrallas asombradas esmaltando.
.....
Soledad, desierta, soledad. Son Las ¡Verdaderas ilusiones explícitas!. En la sombra. Moldeando al imposible. Agradecida. Rival ocasional trivial. Del momento. Evaporada. Una gota. Del desierto. Ayuna. Solo la existencia. ¨Tan perenne al inicio añejo¨ Ayuna. ¨¨Tan auténtico al final tierno¨¨ Desierta, soledad, desierta. ¡Trascendente del vacío!. Indivisible. Desgracia. __Solo sola seca__ ¡Una gota enarenada!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Ese no es el principio del fin, ese es el regreso a ti misma, el regreso a la inocencia, amor y devoción, sentimiento y emoción.
El regreso a tus inicios, a tus raices, mi niña no temas, el viaje astral ha comenzado.
No tengas miedo por ser débil, no seas tampoco orgullosa por ser fuerte, solo mira dentro de tu corazón mi amiga, ese será el regreso a ti misma, el regreso a la inocencia.
No seas timida, no te sientas culpable, no tengas miedo a errar, porque nadie es perfecto, somos seres humanos.
Regresando al principio, volver al pasado, para redimir errores, para aprender de ellos, es el regreso a la inocencia.
Erick R. R. Torres (Angel Negro)
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En ésa vez
Como Un Arete...¡Ohrring, orecchino, earring!
El amor se despierta Por La piel del dolor, en el gris, trabajo ácido, de su ritmo, entre números, graduados del perfume, del cielo interior, qué tiene un triunfo de sangre, con las propiedades de los colores.
En el diario mismo de cada mariposa.
Como Esa Vez pendiente, espera bajar al sol, al piso del alma, noche puntiaguda.
Mucho antes, de haber sido el optimismo de tres martillos, de haber sido la tristeza desempleada, que convierte el ultraje en hospedaje, al contemplar las gotas del vasallaje, las muertes de los cristales.
En Esa Vez, como nunca.
Son las gotas, una convención del humo carcomido, con ojos de infinito fuego, que mira al caer del día, un infinito blanco, una verdadera conjunción de olvidos, que le sirvió como identificación, mudable, en la vigencia del cangrejo, y toda, la espuma necesaria.
En Esa Vez de muchas, otras tantas, hay que... Sienten por donde, se transpira. Por donde... Se respira.
Allá donde, Se. Respira con las agujas de cada nube. Dormida con los colores de cada ola. Hecha antes del inicio. Sin hacerla después del final. Bajo el fondo ignorado. ¡Más allá de la cumbre desconocida!. ¡Más acá de la cercana lejanía!. Entre. Tanto recuerdo. Olvidado como en esa vez.
Cada gota de lluvia, tiene una contraseña, tiene una búsqueda, que tiembla en el cristal, húmedo y turbio, y le dejan divinas, heridas de transparencia.
Son la decoración del agua, que han visto descargar, que meditan, los hielos, que siente, las nevadas, lo que la muchedumbre, incluye increíble, y los ríos ágiles, nada saben. Como Fue... ¡En esa vez!
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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Poeta
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No se como describirte Lo que pasa por mi mente Cada vez que veo tu rostro Mi pecho late mas fuerte Solo una palabra Tuya Me basto para sanar Un corazón destrozado Que no podía palpitar Tu me tendiste la mano Y me elevaste hasta la luna Existirán mil mujeres Pero como tu ninguna Iluminaste mi camino Con tan solo una mirada Diste vida a un ser humano Que ya no creía en nada.
Desde que te conocí Mi vida entera ha cambiado Puedo gritar sin temor Que de ti me he enamorado No se como explicarlo Solo entiende que te quiero Cuando no estas a mi lado Por dentro siento que me muero A mis letras y mis versos Solo tu les diste vida Eras frases sin sentido Ahora son poesía Porque desde aquella tarde Toda mi vida cambió Mi boca volvió a sonreír Mi corazón de nuevo latió Mis ojos se deslumbraron Mi cerebro en ti pensó Mi alma lloró de gozo Pues nuestro amor comenzó.
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Poeta
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