Sepultando infiernos
En
El
Injusto
Regocijo.
Vibra el injusto vencedor desastre.
A dar de nuevo pena.
Raquítico espectro del pálido sustento.
Dondelmanto las tinieblas encierra,
en la vaga resistencia, el brazo fuerte.
Ni es oro, parado.
Ni es plomo callado.
¿Porqué la virtud debe seguir,
gimiendo escondida, valentía,
martirio en la consciencia?.
¡Armónico el trabajo
la luz enciende
victoriosa!_____ Cualquier esfuerzo.
¡Libre el pensamiento
la paz difunde
glorioso!_____ Siempre combatiendo.
En la mesa el comer falta.
¿Acaso viviremos inmóviles?.
El hombre sin honor se acaba.
El hambre desnuda los colores,
la cara vida, en su pañuelo látigo,
escarcha el corazón babeante,
pantalones oprimidos refunfuños,
en las pieles agitadas de las brasas,
en las multitudes llenas de amargura.
Ocioso el brutal rico escarlata,
marejadas, días, semanas, sombrías,
las persianas mordidas, sumergidas,
los timones, exaltados con horrores,
los candados llueven como plagas.
¡El festín de la injusticia es el tesoro!.
En
El
Anoche
La cintura entreabre
Vientres inconscientes
Desalientos infatigables
En
Las
Historias olvidadas
Las revoluciones
Brillan mudas
Y la tormenta
Telarañas rompe
Al infierno sobrecogido. ¡Sepultemos!.
Autor: Joel Fortunato Reyes P[erez