Poemas de desamor :  Aquel Llanto

Tras nuestra despedida, (aplazada una vez más)
como anhelada redención conciliatoria y hasta feliz
al menos de mi parte, hicimos el amor.

Casi al final, mío, empezaste a llorar en silencio.
Lloraste por tu cuenta como a veces. Lloraste sobriamente como nunca. Te pregunté el porqué
y me dijiste algo referente al amor a salvo.

No me dijiste la verdad y no sé hasta hoy
si lloraste por ya no amarme
o porque me engañaste con alguien más y te remordía.
Si te arrepentiste de no irte por lástima de mí, de los dos
o de no irte. O si no sabías lo que querías, o todo junto.

Lo que sí sé, es que no lloraste por amor a salvo, ya que poco tiempo después
nuestros años de convivencia se partieron en dos
como una foto nuestra y sin más tema
nos despedimos para siempre.

Pero con miras
de hasta el fin de mis días, me persigue la incógnita
de aquel llanto que aún sin saber su motivo
me convenció que tu entereza
de ‘pareja indestructible’ renunció
por algo que jamás me revelaste.

Y eso es lo que me tiene mal; perder sí, pero
sabiendo el motivo de aquel llanto
cuyo mistero tiene la clave de quién fui y soy
ante tus ojos y se me antoja que a los ojos del mundo.
Si descifrara tu impulso podría subsanar mi error, pienso,
porque no puedo andar por la vida
fallando de ese modo.

Pero por compasión, temor a más prórroga,
simple desinterés o lo que demonio sea,
no me ayudaste y me hiciste más daño todavía.

Sé que en alguna de mis conjeturas
y en aquel llanto tuyo está el secreto
de nuestro fin y a no ser ya de tu boca,
únicamente la intuición de otra mujer, imparcial
si es posible, tendría, creo, la condición de esclarecer
ese misterio que a veces me ahonda buscando
mi propia vertiente y la halla y la libera
y no sé si mi lágrima tiene razón de ser.

Mientras, aquel triste enigma tuyo
seguirá manando de mi congoja y yo reflexionando
sobre lo que no entendí de nosotros en tu desamor;
aquel llanto que hoy me importa más que vos.















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Poeta