Poemas :  Imagina...
Imagina que fueses el dios
de los poetas sangrantes,
imagina los versos infinitos pensándote,
adorándote, vertiendo su sangre.

Imagina que volases sobre
los oscuros pensamientos,
con un gesto, una mirada,
pudieses atormentar a las tormentas pensantes,
pudieses aclarar nuestro cielo juicio.

Imagina que sintiendo los latidos del mar
te sintieran los peces, los moluscos, los crustáceos,…
os sintieseis juntos y pudieseis conversar,
romper fronteras con versos danzantes.

Imagínate rodeado de soñares,
sirviéndolos en bandejas doradas,
imagina las súplicas desechas,
los ruegos dormidos,
los lamentos ajusticiados.

Imagina que mirando al abismo te viese de vuelta,
imagina que os besaseis entre calores
desesperados y fríos vacíos,
que os comprendieseis como nadie
y os aceptaseis como nunca.

Imagina que surcases el arcoíris
de norte a sur, de este a oeste,
en busca de tesoros de oro y plata,
de la suerte imaginaria
de la que todos carecemos.

Imagina los albores del tiempo,
puros, caóticos, desordenados, estruendosos,…
pero pacíficos, bellos, silenciosos,…
voces en el antiguo desolado,
sin nadie que las escuche, apagadas.

Imagina que les dieses vida con tus latidos,
como espectador de lo nunca visto,
como oyente de lo nunca oído,
como palpante de lo nunca tocado.

Imagina, imagínate divino,
dios de cada sílaba silbante,
señor de sonetos y odas,
general de haikus y canciones,
de elegías, de letrillas, de madrigales, …

Imagínate junto a la diosa Inspiración,
dándonos sentido a los mortales,
a tus siervos poetas de pluma perecedera,
desplumándonos con cada verso minuto.

Y mientras se nos caen las plumas tejedoras,
imagínate los miles de poemas olvidados,
sepultados por el tiempo, apartados del recuerdo,
imagina que dolor sentirlos a la mayoría perdidos.

Pues esta es la realidad de tus siervos,
meros peones de tu amante Inspiración,
esclavos, cautivos, prisioneros
de una dicha que a pocos corresponde,
que a muy pocos destaca en este guión.
Poeta

Poemas :  Del impulso forjadores
DEL IMPULSO FORJADORES

Por esa voz que nos escucha, anaranjados,
con los duraznos dibujando silencios,
en los renglones donde naufraga,
la tinta.
¡Qué piensa que siente que imagina!.
Al margen con miedo y asombro.
¡Qué teje y desteje!.
Versos gladiadores, lágrimas sangrientas,
pasiones indulgentes, recuerdos victoriosos,
palabras de anhelos y esperanzas.

Del
Impulso. Pioneras escobas ratificando su fervor,
la muestra que reseña y tiende lazos. Por la
desinformación extensa, por la dosis intoxicante.
¡Tan entusiasta como un charco importante!.
¡Forjadores!.

¡Oh, forjadores del impulso!.
Sin dejar de lado el lodo, del lobo alado.
Expresivo, expuesto, sin contracubierta.
Al desesperanzarse al desadormecerse.
Dirigiendo la semana, meses, años, siglos.
De cándidas inspiraciones invitadas.
En los manojos de noches de pestañas.

Escribiendo, escribiendo, escribiendo.
Del amor de los rumiantes frente al espejo.
Adicto a la lisonja de habichuela voladora.
En la retina hambrienta del halago gratuito.
Por las ventanas que al hombro envidian.
¡Dónde la frambuesa vieja alegre tiembla!.

Penetrada la inspiración por el arte deseado.
Cilíndrico, del buen dátil, que espera negando.
Al llover los versos lácteos muslos reales.
¡Mil incógnitas en la espuela de un lucero!.
Mundos inmundos placeres crueles perdones.
¡Mil incertidumbres en una letra complaciente!.

Del impulso. Imágenes sin forma. ¡Rosados arrojos!.
Forjadores. De historias sin tiempo. ¡Anhelando.
Liberar las cadenas y candados. ¡Indómitos!.
Tan graves, recatados, modestos, tiernos, apasionados.
Alzando el vuelo cuando llueve menos,
bajo el ombligo el fuego congelado,
de sed ahogado por el viento inmóvil.

Forjadores con los años de las noches estrelladas en el piso.
Del impulso. ¡Cuándo siembra sombras!.
Del impulso. ¡Cuándo cultiva luces ciego!.
Porque alegre tiembla una fresa fácil. Penetrada inspirada. En el corazón de las almohadas insomnes.
¡Qué resucitan derramando tinta en versos!.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta