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Las letras se habían ido No sé que hicieron mientras estaban ausentes Tal vez solamente descansaron O planearon regresar con más fuerza Sea como fuere, una vez más están aquí Y es hora de saber para que volvieron
Escribir era fácil teniendo la inspiración correcta Me agrada el pensamiento que esto guste a alguien Aunque muchas veces dudo que exista aparte de mí.
Hace años me decían que escribía bien y eso me animaba Pero todo pasa y cambia, “Todo por servir se acaba” No sé si aplique en este caso, aunque espero que no.
Ahora hay razones nuevamente para plasmar letras O vuelvo a pensar que así es, eso no me preocupa Me gusta escribir y pienso que lo hago bien, Aunque esté errado en mi conclusión Lo seguiré haciendo por gusto. Porque que lo que me importa es sentirme bien Y si alguien se puede sentir identificado Eso es lo mejor, porque así sirven más las letras.
Quiero compartir pensamientos Porque compartir sentimientos no se me da Y sé que hay veces en que las palabras Expresan sentimientos por sí mismas Por eso aprovecharé su bondad Que he explotado leyendo Pero ahora aportando.
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Poeta
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DESENCARACOLÁNDOSE
Y así fue al tiempo quitando, las ideas y la cabeza, un alfiler al cruzar la calle, sola, por el sonar____¡Desencaracolándose!. Saludando las campanas, desarmando los carneros. ¡Al frente del gesto!. Que grita. Escapando, acelerado, la esquina, herida sincera, doble novela. ¡Lámpara en vidrieras!.
¡Qué repiten y repiten___Polvo al polvo!.
De la tienda. (Tundra en tinta). Vendiendo los recuerdos. Tabernas ojerosas. (Asados caracoles). ¡La sed embotellada!. En el tranvía del desayuno.
Al Fondo De La lluvia____Un caracol. Al tocar la puerta. El espejo, en la escalera. Reflejó, una, una, una. Distante luna____Un caracol. _¡Sin serlo!_
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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El teléfono
Objeto de diferentes formas y tamaños Donde hablas y escuchas toda clase de ruidos Hasta los más extraños. Desconocido ayer, imprescindible hoy.
Tu sonora alerta Erizas los vellos, y estremeces los nervios Recorres la gama de la duda a la desesperación por contestar
Algunos bajan el volumen Hasta casi no escuchar Otros se alejan Para poder hablar
Cuantos secretos en tus circuitos Guardas, misteriosas palabras Han cruzado tus perímetros, Para templar las neuronas auditivas.
Recónditas ideas, Han dado la vuelta al mundo En 80 milisegundos de tonos Buscando vivaces tímpanos
¿Quién?, no guarda en su memoria, El día que contestó el teléfono Para recibir aquella noticia Buena, mala, trascendente para la vida
¿Quién?, no guarda en su memoria, Aquel adiós tonificado Aquel llanto Escuchado a la lejanía.
Tengo mi teléfono y mi día, Como todos lo tienen, Tengo mi día y mi llanto Que habita en mi alma de por vida.
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Poeta
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