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AMERENGADA INOCUIDAD
En esa realidad que ha cerrado la puerta, en la sierra nonada por menudencias, la negrura es intachable mízcalo, peyorativo malévolo insignificante, postinero procaz insufrible, ¡Qué encuentra agotado el vacío!. ¡Qué libera al mundo que pensó!. Sin creerse murrio, intacto gruñido. Sin saberse decadente, pelele vacuo. Amerengada. Inocuidad.
Por las ascuas desgajadas del insomnio. kiosco en ruinas huracanado hospedaje. Del consuelo contagiado del contrabando. Del óxido apadrinado de ínfimos pórticos. Del hielo perturbado bajo la mano vacía. En esa realidad, en esa realidad, se ostenta. Conmiserarse de la gazuza infame hartura. ¡Sí, sí!... Aligerándose al deslomar al sol. En el impreciso crucilabrio intransigente. Amerengada. Inocuidad.
¡Vaya, vaya, sí que sí!. Es la estrictez anacrónica del gusano tundido. ¡Que asfixia a la lividez misma!. Perplejo. Al caracolear atribulado en petulancia. Al atragantarse desparpajado el cinismo. ¡Pobre cacumen abundoso en coprolalia!. Conturbándose trastocado de azoro ingenuo. ¡En esa realidad que ha perdido su ausencia!. Su figura, su repudio, su respeto, su esbozo. Amerengada. Inocuidad.
Entre eso del estorbo usurero. ¡Demudándolo gazmoño infernalmente!. Por encizañar y embolicarse aventurero. Entre el escamoteo de una rapsodia. De un desenfrenarse animalado. Textil termómetro tertulia torpe. Dispensa disturbio doloso drama. Zángano zopenco zozobrando. ¡Convicto de sí y por sus huesos encarcelado!. Insigne. Inicuo. Del amerengarse crapuloso, inopinable.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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¿Quién dijo?
A Mor Qué el convivir no implica acuerdos A Mor Qué nada cuesta esfuerzo A Mor Qué ningún efecto adverso se deriva del aplicarlo.
¿Quién dijo? Menos que nada una tarde.... ¿Quién morirá tú muerte? antes de la primavera después del verano de ese gran momento de la gran partida de esa suave forma que se aleja rápido del espacio ¡Cuándo se va el aliento, con su verdadero dueño!.
Si buscas para peinarla una nube afortunada caminos hay que se cuelgan de los rayos en flor, por el rostro del viento dónde los recuerdos viven más allá del tiempo innovando detalles cada día en la tierra.
¿Quién dijo? ¿Quién eres tú sin ti? y el nacimiento del universo. ¿A dónde va?, después del ciclo de la vida, sin la humanidad... ¿Qué es? Sólo las palabras Sólo las ausencias Sólo la fabulosa opción de devolver todo a quien ha dado todo.
¿Qué parte de la vida es más esencial ahora, ser ó tener, pasados y futuros. Pantallas voluptuosas a un paso de la muerte cada segundo, mil veces, equipo de audio a un paso de enfermarse, con la inspiración violenta, de los nuevos dispositivos, vestidos de moda, de programas extravagantes.
Con todo lo que necesitas del mismo albo Caos fino lino.
En la voz del pálido titanio En la fragancia del coral En la pasión de porcelana. ¡Que te viste!. Y sea una luz muy tenue de traje, que te pueda escuchar en tanto existas, una mano que te da el brazo sin causarte somnolencia ni distraerte, del duelo, del cuarzo, roble, mármol y granito, disuelto en el momento, con el mismo traje, del tiempo libre, del viaje múltiple, textura íntima... ¿Quién dijo? Con el insomnio intramuscular. la verdad sin agitación asociada.
Camuflado ¿Quién dijo? Con el atípico trastorno del notable triunfo de la urna calcinada. Enmascarado. ¿Quién dijo? Con el amor transdérmico que siempre hay un progreso continuo. ¡Fascinado y magnetizado, embaucado y desorientado!.¿Quién dijo qué tú eres la propiedad de alguien?. Con los impuestos aplicables Con el hospedaje del cuerpo Con el desayuno respirado Con el precio del dinero....¿Quién pensó tus ideas antes de tu nacimiento?.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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En ésa vez
Como Un Arete...¡Ohrring, orecchino, earring!
El amor se despierta Por La piel del dolor, en el gris, trabajo ácido, de su ritmo, entre números, graduados del perfume, del cielo interior, qué tiene un triunfo de sangre, con las propiedades de los colores.
En el diario mismo de cada mariposa.
Como Esa Vez pendiente, espera bajar al sol, al piso del alma, noche puntiaguda.
Mucho antes, de haber sido el optimismo de tres martillos, de haber sido la tristeza desempleada, que convierte el ultraje en hospedaje, al contemplar las gotas del vasallaje, las muertes de los cristales.
En Esa Vez, como nunca.
Son las gotas, una convención del humo carcomido, con ojos de infinito fuego, que mira al caer del día, un infinito blanco, una verdadera conjunción de olvidos, que le sirvió como identificación, mudable, en la vigencia del cangrejo, y toda, la espuma necesaria.
En Esa Vez de muchas, otras tantas, hay que... Sienten por donde, se transpira. Por donde... Se respira.
Allá donde, Se. Respira con las agujas de cada nube. Dormida con los colores de cada ola. Hecha antes del inicio. Sin hacerla después del final. Bajo el fondo ignorado. ¡Más allá de la cumbre desconocida!. ¡Más acá de la cercana lejanía!. Entre. Tanto recuerdo. Olvidado como en esa vez.
Cada gota de lluvia, tiene una contraseña, tiene una búsqueda, que tiembla en el cristal, húmedo y turbio, y le dejan divinas, heridas de transparencia.
Son la decoración del agua, que han visto descargar, que meditan, los hielos, que siente, las nevadas, lo que la muchedumbre, incluye increíble, y los ríos ágiles, nada saben. Como Fue... ¡En esa vez!
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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Poeta
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CUENTAS PROFUNDAS....
Penetrantes Pendientes Satis Factoria Mente...Descongelando fuegos extintos.
Y Como... Sin saber, cuentas, tres veces, del pasado viviente y del mañana, que muere, múltiple, disperso, y... Confu so. En la profundidad inquieta, del verde mar, alegre, el cielo naturalmente cultiva el blanco de las estrellas, por la tarde lenta, más bella, que nunca, la una como la otra, se habrá de dar, en un acto, de voluntad pura. Y me dices, siente, piensa, actúa, cuando escuches las montañas, en los deseos eliminando grutas, más allá, de la hermosa paz, más allá, que cada noche, cada estrella guarda, en tus sueños, que crea diariamente tal arte, sin dueño, y que solo hace, que su perfume trascienda todo concepto, tibia furia, y el reloj sin tiempo, es de rosa, horizonte gris a veces prolongado, ¡Hospedajes incógnitos incólumes!.
Blanda, rosa dulce, inquisitiva, generación que ya florece, y soporta cinismo, y petulancia, lo que trata, de voz en lecho y pecho, es un arroyo la voz desnuda, llama desigual y desconsuelo, de amor insensible, nueva luz de la escoria, que se aviva sepultando más y más. Te marchas, al fondo, te marchas, dando vueltas, con círculos amables buscando, tus propios ojos. Me dices, creo, con ilusión, tan cercanamente lejano, en el vivir nunca dejando el fluirse ni rendirse, sino a sí mismo, derrotarse, cuando quieras amar la verdad pura, con pasión espontánea, naturalmente lo mismo dentro que fuera, del cielo y del infierno, que nosotros, dices, precisamos, artífices del radiante fondo.
¡Cuándo, al vivir, hay que hacer... Cuentas profundas!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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