¡ALERTA DE CANGREJO!
Cuidado con el siglo de la seca higuera.
Con el hambre de la llanura, calentado,
por cangrejos, lejos, tomando el miedo,
con el océano, en cucharadas.
Es un siglo y nada más.
Dónde cada cuento reposará, por la noche.
En los caballos del cincel de los pinceles,
bajo lentos tiempos sin orillas. Luz ni canción.
Solo caños, canos por los años. Nada.
¡Nada es necesario añadir!.
Allá los plumajes entierran, aterradas escaleras.
Amarillas y muy tiernas las terneras.
Con una cierta plata, seca y fusilada lana.
¡Hay de todos, no hay remedio, hay de todos!.
Entre las arrugas de los higos y nogales.
Con el patrón de los perdones desempleados.
En la garganta de muchas ramas.
¡Raíz, rana qué un gato escupe!.
Del fruto retorcido en las costumbres.
Lumbres hambres de los alambres hombros.
De cierto suyo, gaviota, pedazo un pico.
Uno más, ya lo había dicho el futuro.
Agridulce, semicírculo, bienvenido.
__¡Sedativo zacate de zarandajas!__
Bocacalles cualesquiera. ¡De la pausa causa!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez