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Cuanto tiempo ha pasado de aquel lejano 27 de octubre de 1958 Recorriendo calles mojadas, he sentido frió en viejas madrugadas He muerto y he nacido, salí de pozos profundos y de pequeños techos Saltando charcos en desiertos secos,eh sentido en mi cara el viento muerto Cuanta gente queda en el recuerdo con el paso del tiempo, se olvidan las miradas Se recuerdan sus sonrisas, se recuerdan mis lágrimas, muchas de ellas saliendo de mi alma Se fueron viejos amigos que jamás volvieron, se fue mi madre y mi padre un atardecer de Mayo Hermanos que dejaron quieto el susurro del árbol, cayendo las hojas año tras año Pero aun así, hay retoños que ha nacido en verano, de un amor fortalecido por raíces duras Que de la tierra salen, se mesclan con el aire y se llenan de luz, que iluminan la vida Que lejano 27 de octubre de 1958, en aquella clínica del gran Buenos Aires.
Por Conrado Augusto Sehmsdorf (kurt)
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Poeta
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DEL BARRO CELESTE
Cuantas calmas caben. En el fondo de una flama. Cruzando el río de los años puentes. En el riesgo provechoso del ahorro. Excelso compartir del grano. Brilla la semilla. En la cauta locura del imprudente. Opaca. En la rima de la rama. Apasionada. En la rana de la rueda.
Una Gota En El Océano En La Voz de la creación. La muerte resplandece tras la mortal ignorancia. Aplastando los errores de la vida.
Al Renacer En la flo.r Y a la verdad dejando libre. El amor no dicho. En la escritura del aliento. En el perfume del tiempo. En el eterno mañana.
Del barro. Entre la puerta qué entra. Celeste. La mirada ventana. Del barro. En el dormido suelo. Celeste. De las calladas paredes. Del barro. En el techo sin plegarias. Celeste. En el lecho de las memorias.
Antes Del ningún día Retorcido y temporal ¡Qué la honda punta pinta núbil!. Del hogar. Los años de latidos. En los hermanos humanos humos divinos. De los seres del siempre.
Después. De cualquier día. En la esencia de la ausencia presentes. En la misma esencia de la vida y de la muerte. Del eterno instante. ¡Una burbuja!. Somos. En las estrellas inventoras de la tierra.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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PRIMERA EPÍSTOLA DE CHICOMOZTOC
A ustedes, a los últimos Los que fueron En salir.
Del hijo, origen, siete, Lugar de las cuevas vientre. Lugar del también.
¡Amado pedernal, oh, pedernal!. Del sagrado vientre. De la luz, brote de Ilancueytl.
Son también... Tenoch, Otomitl, Mixtécatl. ¡Cómo los hermanos mayores!.
Son también, ustedes, los últimos en salir. Como los hombres del antes. Como los padres del después.
A su flor llamaré lo mismo. Inexorable. ¡Al descalzo qué al calzado esplendoroso!.
Como serán. ¡Bien lo sé, del todo y del nada!. Qué yo engendro.
Nobles frentes ó secos pastos. Pastores de acuosos verdores. Deleitosas sombras y corderillos en cruz.
¡Enciendan del campo las nieves!. Las nieves del campo. Enciendan...Las nieves, las nieves.
Aún sin cetro ni corona. Al esqueleto que ya es. Al pies de arena gigante.
El polvo anida en la frente. Tirano siendo a su vez. La muerte misericordiosa de la vida.
Es dádiva. Bien lo sé, sé del bien y del mal. ¡Oh!. Amada dualidad de mis entrañas.
La grandeza despréndesete. ¡Más allá de ese lúgubre momento!. Brotándote. ¡Libertad, libertad, libertad!.
¡De piel a hueso!. Ala y fuego por el cielo. Libertad que surge. De la obscura noche.¡Libremente!.
Del antro, templo en ruinas. ¡Libertad del cerca y del junto!. De mi aliento, lejano, desconocido, allá y acá.
A mí, aliento. Más sublime, más humana ¡Fragoroso ve como un sol!.
Ve como un sol de los muchos infinitos. ¡Hacia el mismo abismo!. Solo es una ilusión. Si antes tú pensamiento crucificas. Invencible.
Ve con el sol, en el fondo de tu aliento. Y tus ojos antes en el corazón. Ingenuo. De la noche sigue siempre al día que florece.
Y de la misma noche florecerá tu canto. En el cerca y en el junto donde estoy. ¡En cada pétalo, y adiós, nunca jamás!.
Chicomoztoc, el primero, espera, está contigo siempre, en el corazón eterno, y los hermanos somos todos, piensa, existe, muere.
Chicomoztoc de fuego, agua, aire, tierra, es la misma esencia de mis huesos, si lo quiero, y ningún humano con tormentos ama.
¡Nadie hay que le perdone!. Eso es falso. Es la causa de los hielos, nieves y vapores igual. Del nopal sale nopal, y del mal el mal siempre. ¡Nadie hay que le perdone!. Soy mi ley. Y la cumplo, si quiero, solo, yo puedo. Y al bien daré bien, como también al mal la ley.
Desde aquí, en la raíz de los trece cielos. Brota el agua clara a los ríos que corren. Y de la sangre brota sangre siempre. ¡Así es!.
Y digo, cerca y junto, ¡Si, quiero, quiero, y si, no, no!. Las entrañas me traspaso del injusto. ¡Tú misma vida si quisiera yo viviera!.
Pero quiero. ¡Qué al mundo!. Hagas nuevo.
Así lo vi, así lo oí, así lo escribo.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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(Leida en la sesión que el Liceo Hidalgo celebró en honor de Doña Gertrudis Gómez de Avellaneda.)
De los tres cielos que recorre el hombre de la existencia en la medida impía, cuando la gloria me enseñó tu nombre yo estaba en el primero todavía. La pena que del pecho hasta el abismo lóbrego desciende, y del cadáver de un amor deshecho finge flotando en derredor del lecho la aparición bellísima de un duende; la sombra a cuyo peso aborrecido muere el placer y el alma se acobarda, tratando de evocar en el olvido el recuerdo dulcísimo y querido de los besos del ángel de la guarda; todo eso que en la frente deja un sello de luto y desconsuelo, cuando en el alma pálida y doliente no queda ni la fe que es del creyente la última golondrina que alza el vuelo todo eso que de noche baja hasta el corazón como una sombra, y que terrible y sin piedad ninguna sus ilusiones todas despedaza, aún no era sobre el cielo de mi cuna. Ni la pálida nube que importuna se levanta enseñando la amenaza. Dichoso con la dulce indiferencia del que al amor de su callado asilo ha vivido a la luz de la inocencia, acostumbrado a ver en la existencia la imagen de un azul siempre tranquilo, yo entonces ignoraba que, más alla de aquel humilde techo que sus caricias y su amor me daba, clamando al cielo y suspirando en vano desde el rincón sin luz de la vigilia, hubiera en otro hogar una familia de la que yo también era un hermano... Mi amor no sospechaba que existiera más ilusion ni cariñoso exceso que la mirada dulce y hechicera de la santa mujer que la primera nos anuncia a la vida con un beso... Y hasta que al ducle y mágico sonido del arpa que temblaba entre tus manos, dejé mi rama, abandoné mi nido y te segué hasta ese árbol bendecido donde todos los nidos son hermanos, fue cuando despertando de la calma en que flotaba la existencia mía, sentí asomar en lo íntimo de mi alma algo como la luz de un nuevo día.
Tu voz fue la primera que me habló en la dulzura de ese idioma que canta como canta la paloma y gime como gime la palmera... las cuerdas de tu lira, como la voz de la primera alondra que llama a las demás y las despierta, fueron las que al arrullo de tu acento sonaron sobre mi alma estremecida, como si siendo un pájaro la vida quisieran despertarlo al sentimiento...
Tu nombre va ligado en mi cariño con los recuerdos santos y amorosos de mis tiempos de niño, con los placeres dulces y sabrosos de esa época sonriente en la que es cada instante una promesa y en la que el ángel de la fe aún no besa las primeras arrugas de la frente; tu nombre es la memoria del pueblo y del hogar adonde un día fue a estremecerse el eco de tu gloria y el trino arrullador de tu poesía; la evocación de todo lo más santo en medio de mis noches desmayadas, que aún tiemblan a las dulces campanadas, de aquellas horas en que amaba tanto...
Y así, cuando yo supe que abandonada a tu dolor morías, y que en tu muda y lánguida tristeza renunciabas a ver junto a tu lecho, quien, al rodar sin vida tu cabeza, recogiera el laurel de tu grandeza y el último sollozo de tu pecho; cuando yo supe que en la huesa insana te inclinabas por fin pálida y sola, sin que el adiós de tu alma soberana se enlutara la cítara cubana ni gimiera la cítara española; al darte mis adioses, los adioses de la eterna y postrera despedida, sentí que algo de triste sollozaba de mi dolor en el oscuro abismo, y que tu sombra que flotaba arriba, al extinguirse y al borrarse iba llevándose un pedazo de sí mismo, y entonces al poder de los recuerdos borrando la distancia tendí mis alas hacia el nido blando de los primeros sueños de la infancia; llegué al rincón modesto donde tus dulces páginas leía a la fe y al amor siempre dispuesto y allí de pie frente a la blanca cuna donde en sus flores me envolvió el destino, busqué en su fondo alguna que aún no cerrara su oloroso broche, y en él hallé dormida, ésta con la que el alma agradecida viene a aromar las sombras de la noche.
Deuda en mi cariño contraje desde niño con tu nombre, esa flor es el cántico del niño mezclada con las lágrimas del hombre; esta flor es el fruto de aquel germen que derramaste en mi niñez dichosa, y que al rodar sobre la humilde fosa donde tus restos duermen entre sus piedras ásperas se arraiga recogiendo su jugo en tus cenizas, y esperando en su cáliz a que caiga la gota de los cielos que le traiga la esencia y el amor de tus sonrisas.
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Poeta
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Desacangrejarse
Tal vez. Piensen___¿En dónde? En La Identidad compartida del gradual desprecio____Marco En la diversidad____Retorcida En la infamia____Plena
¡Tal vez piensen desacangrejarse!
Al embarbecer el bosque_____¿Cuándo? ¡Son relevantes los gusanos! Con la manera de ser____ ¡Deshaciendo! Solo____¡Literatura del cementerio! En La Manera de pensar___¡Absurdo! ¡Tal vez piensen desacangrejarse!
Al impregnarse airado__¡Ya! Del Humanoide del jumento__ Añejo congrejal. En La Manera de actuar______¡Acuático sanguíneo! Y Y Y ¡Imitando huecos a los agujeros!
Tal Vez___Piensen___¡Ya! Basta vestidura bstr usa caiga. Más allá de la constelación del toro. ¡Nebulosa!.
Pues__¡Acangrejados!. Pensar tal vez__Desacangrejarse. Ya van de cuatro antes patas en dos lagos a charcos Uno a uno, muchos casi en montón de lo qué en vano quedó Amanecido tardío Añoso sexto____El cangrejal enrojecido.
¡Ah!____De blandas espadas fundas duras los paraguas del cedazo pálido re flejo descaminando las bajadas tortugarios vidriosamenta huecos. ¡Acangrejados!. En un rápido quién sabe. En un espeso no sé. ¡Tal vez piensen desacangrejarse!. Los cangrejos dormidos de los hombres. Despertarse. De las pesadillas fluviales. Sin transfusiones de crustáceos. Corrientes aguas dónde vive. Un Río De las orillas proximidad. ¡Carnívoro en descomposición!.
Piensen hermanos cangrejos en las sombras. De los hombres con el deshacer dos celestes. Espirales inspirados y aspirando al cambio. Astral arrastre líquido fugaz perenne olvido. Emplayado rumiante después enconchado al des Cender del sol las horas piensen hermanos cangrejos en las sombras de los hombres.
¡Des-a-can-gre-jarse!. A lo largo de las espaldas al frente. Retráctil. Piensen sientan hermanos____Cangrejos. A lo largo de las sombras hombres. A lo ancho de los escombros de nuevo. Contráctil piensen desacangrejarse.
Más mínimos reversos Dispersos Menos máximos transversos Difusos Ilusos___Recipientes. Sextuplicados. __Añejos___¡Rojo sanguíneo!___Hervidos.
Y En El ¡Desacangrejarse! Tal Vez ¡Vivan nuestros recuerdos!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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CELESTIAL...MENTE Está escrito, pero, sin letras, y la tinta fue la espuma. Debe saberlo el mar. Estar, aquí y no lejano. Junto al papel, que con sangres palidece.
¡Cada hermano!.
Y mañana, será otro. ¡Día!. Más bien escrito. Aún esperando, vestirse. En los inviernos, pasadomañana. Dijiste:
¡Hermano, hermano!.
No hecho siglos añicos, el milenio. Ha hecho caso omiso. ¡Existido y conocido, cada crepúsculo!. Ni dejado de mirar al cielo. Existe, siempre, un orden temporal. ¡Nunca es sinónimo absoluto!.
¡Entre hermanos!.
No morirá cada pasado. Puede revivir, renacer. Libremente. Dar mejor herencia y puerta. ¡Círculo!. De flexible creación unísona. ¡Ser de humana sinfonía!.
¡Todos hermanados!.
¿Debe la salamandra, ser murciélago, a cualquier hora?. ¡Si ve fénix y salmones!. Ya se quiere comer la tierra.
Piensa hermano.
Más, el alfa y el omega. ¿Qué analfabeto reconoce?. Un polvo sin historia escrito. Polvo Sin Historia Escrito. ¡Un cielo estrellado!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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El dolor de una lágrima
Es su cuerpo seco y olvidado Humedad de piel transparente Lenguaje y levadura Fuego de flor serena ¡Qué pide dormir siempre!
¿Hebt u kinderen?... ¿Ustedes no tienen hijos? Sabe que allí desaparece Sabe aprender de la lluvia Enamora el mar su hermano Sabe que al secarse vuela Y cultiva párpados y redes Con los escombros alegres
¿Wo kann ich bezahien?... ¿Dónde debo pagar? Pregunta al rio su lenguaje Y busca luz en las palomas Y nace manantial rocoso Desciende por tinieblas De rotos instantes ausentes Y escribe poemas con el mar
¿E lei signore, che desidera?... ¿Y usted señor que desea? Descubriendo secretos sufrimientos Hace de su dolor la lluvia Y fecunda las polvosas almas Deja sus frutos Y viaja conmigo.
Fertilizando y fertilizando Los desiertos fertilizando Y la existencia, ¡Oh, la existencia existe! Y por allá el desierto Lágrima que se duele Con su dolor de lágrima...
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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