Quiero en este soneto simplemente
Decir que los amo, son mi tesoro
Que guardado en el fondo de mi mente
Con mis manos, su mundo yo atesoro.
Cual jardín solitario floreciente
Sus máscálidos recuerdos añoro,
Aquel tiempo vivido felizmente
Ya nunca más, escucharé sonoro
Pero mi alma y mi corazón realmente
Saben que me llevaran reluciente,
El resto de sus vidas, en su lloro
Por eso me pregunto, ¿porque ignoro
Cuanta vida hay vivida eternamente?,
¿Cuanta muerte, puede haber indiferente?.
Por Conrado Augusto Sehmsdorf
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