Decir adiós es un good bye. Corazonada, escribe las coordenadas de la coraza de mi corazón perdido.
Viajare al país de nunca jamás. Donde mi nombre es nada, donde nadie me pueda encontrar.
En el rincón del abandono, donde solo hay almas en pena, donde esperan los que nadie espera.
El silencio es muy poderosa, pero es un arma de dos filos. Y cada verso más sombrío que el anterior.
Y queme los textos frente a los ojos que arden, hada. Traza un mapa que me lleve a casa, y tu ahogando mis te quiero. Hada.
Y que podrías esperar de mí, alguien tan frío que podría congelar el sol. Y que podrías esperar de mí, alguien tan feo que ha quebrado los espejos.
Toma mis manos, guíame al cielo. Mira mis ojos, róbame la voz, Hada.
Frío desolador, cual desierto nocturno. Esto debe ser el infierno, una mezcla de los dos.
Mezcle el rosa de tu mundo, con el negro de mi mundo, se lo ha tragado todo. Dejando un gris homogéneo.
Y si el mundo fuese de un solo color, el mundo sería un lugar más simple. Tomare los dulces de colores, para poder ver tu mundo feliz. Hada.
Y queme los textos frente a los ojos que arden, hada. Traza un mapa que me lleve a casa, y tu ahogando mis te quiero. Hada.
Y que podrías esperar de mí, Alguien tan frío que podría congelar el sol. Y que podrías esperar de mí, Alguien tan feo que ha quebrado los espejos.
Toma mis manos, guíame al cielo. Mira mis ojos, róbame la voz. Hada.
Y esta noche de otoño, continuo aun perdido, buscando encontrar lo que nadie ha perdido.
Y te pregunto creyente del señor: ¿Dónde están los querubines de los niños que juegan a morir?
Y no me pidan que dé gracias al señor si me ha dado los peores genes, las peores circunstancias y el haberte conocido.
Sólo soy un hombre muerto, hace tiempo mi alma abandono mi cuerpo. Muerto vivo, carne sobre huesos.
Entre perder y perderme que puedo perder si ya te he perdido.
El árbol se ha petrificado y las raíz es muy profunda. Lo que alguna vez fueron sentimientos, hoy son solo cenizas.
Las sombras que han marcado territorio, en la ciudad baldía del corazón los huesos se han unido al concretó.
Y no permites que te quiera, pero no quieres que te olvide. Y apareces cuando todo esta tan mal. Ahora está peor. Hada.
Y queme los textos frente a los ojos que arden, hada. Traza un mapa que me lleve a casa, y tu ahogando mis te quiero. Hada.
Y que podrías esperar de mí, alguien tan frió que podría congelar el sol. Y que podrías esperar de mí, alguien tan feo que ha quebrado los espejos.
Toma mis manos, guíame al cielo. Mira mis ojos, róbame la voz. Hada.
¿Dónde comienzan tus manos y acaba la verdad?
Con una lágrima nacemos, con una lágrima nos despedimos.
Mis ojos están hundidos. Mis brazos parecen haberse consumido.
Pegaso negro, despeja y transpórtame a ese lugar frío donde nunca sale el sol.
Pegaso negro, no quiero el cielo ni el infierno. Solo el limbo. Siempre tan oscuro, siempre tan vacío, que no puedes ver tus propias alas.
Mis sueños lloraran junto a la fosa común de el soñador.
Y queme los textos frente a los ojos que arden, hada. Traza un mapa que me lleve a casa, y tu ahogando mis te quiero. Hada.
Y que podrías esperar de mí, alguien tan frío que podría congelar el sol. Y que podrías esperar de mí, alguien tan feo y que ha quebrado los espejos.
Toma mis manos, guíame al cielo. Mira mis ojos, róbame la voz. Hada.
Decir adiós es un good bye. Corazonada, escribe las coordenadas de la coraza de mi corazón perdido.
Viajare al país de nunca jamás donde mi nombre es nada, donde nadie me pueda encontrar.
La nada es la perfección, la perfección es la muerte, que es el equivalente de la inexistencia.
Y cada verso fue más sombrío que el anterior. Good bye.
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Poeta
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