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Prisionero en ti, guitarra, como el genio de Aladino quisiera que me tomaras. Cuánto y cuánto aprendería de tu melodiosa charla. ¡Qué cantor sería si aprendo de tu boca las palabras!
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La noche quiso tragarlas ¡y se tragaron la noche! Noche que duerme en sus vientres como duende en *Salamanca. ¡Pague su crimen la noche, sombra en prisión de madera por seis cuerdas enrejada!
¡Quiero la noche que exhalan bordoneando sentimientos de poéticos latidos, las bocas de las guitarras!
Noche que llora y que canta ebria de vinos quiméricos mentores de la conciencia. Noche que llegando el alba, guitarra adentro se queda con el alma enternecida por tan cálidas entrañas.
¡Quiero la noche que exhalan bordoneando sentimientos de poéticos latidos, las bocas de las guitarras!
La noche quiso tragarlas ¡y se tragaron la noche! Ni *Zupay, siendo abogado, libra la noche encerrada. ¡Ni todo el oro del sol, abre el portón encordado!; *Tata Dios, ¡no quiere fianza!
¡Quiero la noche que exhalan bordoneando sentimientos de poéticos latidos, las bocas de las guitarras!
Glosario Criollo-Quechua: *Salamanca: Cueva *Zupay: Diablo. *Tata: Padre.
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Poeta
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Espejismo...
El espejo se desnudó. Bajo la sonrisa del viento. Triste verde... Alegre rojo. El cielo cantaba en silencio.
Con la música azul y dulce. ¡Un diamante muerto de hambre!. Corre un pez entre las nubes. Soñando el eco boca abajo.
Una camisa de cristal hablaba. Dos gramos de silencio. Tres semillas de reflejos. Una guitarra de espuma.
Atrás del espejo asustado. Arriba del tímido perfume. El camino olvidado. El sueño amarillo.
La paz gris. Con lágrimas de fuego respiró. El espejo sin reflejos. Del tiempo sepultado con relojes...
Descubiertos quedaron los secretos. ¡Con la evidencia de la humanidad perdida!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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SOLILOQUIO DESCARNADO
Porque el silencio muerde al verde solo, más abajo de la onda gris al alejarse, el canto del hielo de guitarras mudo, en la carne del albedrío. ¡Sólo sueño!.
¡Hipnos en su lecho!. ¡Himnos de leche!.
Insistes, embalsamador de tu cadáver, matando el hambre con el apetito, del escarabajo, que dice tragar fuego, y escupir apagada hasta la sed, después de estar ahogado. ¡Vaya buena aurora!.
Harpócrates se ha inmolado al primer ensayo, en moriscos azulejos, en la mudanza del tortura,r la noche, tan mínima, tan breve, tan ajena en exceso. Sin rendirle culto al ritmo, ni a la espuma, de los abrojos, no se vende, no se compra, ni por las buenas ni por las malas, nada espera del odio o la envidia, ni enemigos tiene a pesar de todo, pues los enemigos él los selecciona y desemplea a voluntad.
¡Oh, soliloquio, monólogo de ventrílocuo!.
Porque... La muerte yace herida, y era el final creído cierto. ¡Oh, sorpresa!. El fantasmagórico efecto. A distancia vuelve, punzante dardo en la cola de la serpiente, que a sí misma se devora entre las melodías sonoras del panal seco, esmeralda labranza eutropélica en la impenetrable letra, que bien sabe ya del desaprender con exasperación, y al mismo que enardece innova, más que sea próspero en el oprobio nimio encolerizar insondable y que está más allá de victoria y derrota.
¡Descarnado, descarado, ni siquiera conoces, cual es tu rostro, antes de que nacieran tus padres!.
Soliloquio triste vas vagando, entre los dramas, ontogénicos, ni Y ni X, no llames a la llama, menos a que tu incendio apague, lo sabe el viento aquí. Pues él ya regresó a donde tu apenas vas, voz plañidera tal vez decapitada ilegible. ¡Soliloquio descarnado!. ¿Vas siendo voz que eres desorejada?.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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EXPLAYADA...
¡Cuánta luz hay en la nuez inesperada!. Que confunde los ovarios, con una próstata, y engendra desvaríos. ¡Luz hay que la misma sombra ignora!. Y en la misma envidia teje monumentos. Solo sabe amar al vacío. ¡Con tal de esperar ser alguien!. Pero el humilde camino le niega.¡Las pisadas!. Explayada en un grano, no sabe si grana. En Un grano no sabe si grana. ¡Rascando al león las pelotas!. Explayada ni se pregunta. Ni Se pregunta. ¿Qué le está pasando?.
¡Donde demasiada luz hay, pululan los ciegos!. Y en la tierra de ciegos el tuerto es rey. ¡Pero el cíclope es una leyenda!. Y el miope es una realidad, en la óptica del proctólogo, que acaricia una guitarra, y puede tocar las cuerdas, de melodías que desconoces, explayada arena sin orillas.
Sal de ahí si quieres que te vean. Pues habla la pluma más rápido, que el cerebro que la mueve. Y no deben lanzarse cerdos, al corazón de las perlas. ¡La luz inesperada es peor que la tinieblas!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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TIMADOS ADULTERANDO
Dicen, dicen: Cuando lo hubimos embaído, porque...
Azul corre el sonido del tiempo envuelto, en las caricias del insomnio, con los últimos fragmentos del recuerdo, de las cuerdas fabricantes de violines, y guitarras, y soledades, y silencios.
¡Y hay de aquél que esté embayendo!.
En el vagabundeo de las paredes, por los bosques de palomas anaranjadas, en las nubes de fresa bajo la lluvia, de la miel del agua inquieta, de la historia mutilada luz, evaporada y cruelmente guardada.
¡Porqué sé que embairías al mismo exánime!.
Ellos, ellos, que así satisficieron su aliento. Entre los heraldos prohibidos y serpentinos. Responden: ¡Que embairíamos al aire mismo!. En las hórridas brumas de vidrieras áureas. Entreabriendo los después que nadie satisfaría.
Oyendo, oyendo. Las sórdidas razones. La credulidad intemperante es desatino.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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¡Oh...Insatisfacción!
Insalubre. El aire Desteje Deshila Mefítico.¡Sepultando lo salutífero!. ¡Oh, a veces, muchas incontables veces!. Insatisfecho...Insidia transparente. Porqué... ¡Derrama su nieve su fuente!. El invierno del follaje sediento, del fuego que la razón ha quemado. Porqué... ¡Porqué nada lo satisfizo!. Siendo época del escaparate artero. Donde bien adornado el gancho anida. Y menos... ¡Menos porqué lo satisfaría de más!. El penacho adherido de rodillas. Donde abrumado el arnés se engalana. ¡Con toda la ternura de la inmediatez!. Insatisfecho del aire mismo. Helecho hojas de viento. Torbellino insaciable. Como las cuerdas del cráter. ¡Hacen lava dulce!. ¡Más aquí, más allá!.
¡Oh...Insatisfacción!. Del Silencio que las guitarras baña. En los arados qué ya no escriben. ¡Aquí, aquí... Muy aquí... Excesivamente!. Y Aún A pesar que le satisficiere húmedo el sol. Hay, ay, ahí, ay, hay. Textiles en las botellas de leche. Donde el pecho carga sus muertes. Y la vida el aguardiente congela. ¡Toda la consciencia del cielo paja!. Insatisfecho Porqué nada lo satisfizo. Y más lo satisfaría de menos. El techo bajo la mesa fácil. A pesar que le satisficiere húmedo el sol. ¡Por dónde el camino huérfano marcha!. Entre las hojas encantadas igualmente. Así, así...¡Arenoso es el desierto ahogado!. Aunque ¡Así arenoso satisfaré la nieve ardorosa!. De Todo Lo Insatisfecho inscripto. ¡Quedándome! Entre tanto verbal escondrijo irreparable memoria. Entre la desnudez qué vibra seductores mares. ¡Memoria insípida del encenegarse!. Sin Poder Hacer nada... ¡Oh...Insatisfacción del gulusmear!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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FINAL INNATO (Neosurrealista)
Tomando al mar en un vaso los tigres afrontan la horda de países que amenazaron, que de tantas veces asesinaron, los metales atardecidos y el rumor domesticado entre los fantasmas encadenados en el almacén despavorido el tiempo matemático del trágico equilibrio en las guitarras del espanto hundidas deshojando sagrados soles, lunas y tierras indefensas, al ver campanas y motocicletas
Flagelo del mismo azote. Ficción de filantropía. Férvido flanqueo del alma. Innata imagen ilusa. Al insuflar interinatos. ¡Catástrofe negada!. ¡Hay, hoy un mañana, manchado de ayeres!. Entre los nervios orquestales. Una raza de sonámbulos instantes. Y las fórmulas elocuentes del plomo. Al principio del poliédrico sentimiento. ¡Mineral fruto en bruto!. La espiga impávida se aleja.
Con el acuario en las uñas del otoño. Final balumba de los escombros. Innato divieso dividido. Final ignominia ignota. Innato patíbulo patético. Final botaratada brumosa. Innato tobogán y tolvanera.
En las alas de las botellas. Los aceites morenos danzan. Los cuchillos en una gran jarra. ¡En la tonada rodante del viento!. Un suspiro milenario calla. Un racimo de vidas perdidas. Y el hielo de fatigas en desorden. ¡Antes de nacer a las tristezas de tajo!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Grita por el zorzal...
...Gritar, gritar, gritar... Schreien Gridare Crier ¡Cry out!
El grito triturado en bicicletas. La pelota. Con la rectitud de las guitarras. La muñeca. Con los cereales de las sirenas. La canoa. Grita enamorada del cofre. Como un grito gratis del acrobático colegio. Dónde... Hay ecos eclipsados del optimismo. Ensimismados. En la integral, kermés del kiosko, gimnasta, suave y profundo trapezoide. Evaporado. Cuando estalló de labios la palabra desmayada, exigente, exigua.
Y nunca tuvo, lo que hubo confesando, persuasiva, mas sonrisas, más atomizadas, profusión de profesiones, ni hubo nunca más ya basta, en el vuelo, en el velo, en la vela, acerada...¡La sonrisa por el buque!. Siendo sombra, siembra de otras sombras. Siendo infértil la baraja cicatriz del cesto. Siendo artificial la pausa solución sombría, en la yesca, en la yema, en la yarda al zarpar la zarza, el zumo del zoquete.Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Felinos temporales...
Por los felinos infelices del regreso Asoman las guitarras callejuelas Temporales encantos temblorosos ¡Colinas envidiosas! Montañas de pocos ¡Años sanguinarios y esteparios! Temporalmente felinizados Pliegues del quejido Murmurantes Desfelinizados mañana.
Por Qué Nada Cambia El Mal En Bien... Más de infinitos repetidos cabritos. De los labios bermejos terciopelos diamantes. ¡Nunca más nadie podrá cambiar lo uno en otro!.
Fel___Inos___Tempo___Rales___Charales. Inos Temmmmm... Po Rales... Del rompe y raja peregrinos.
Lo sincrónico coexiste extemporáneo y temporal es la vida de cualquiera del todo ¡Qué vive! De la raíz al fruto Hojas, ramas, sombras, plagas, humus. de las sutiles almendras de las cuatro pianolas de las ventas empeñadas de las venas empañadas por los pañales de los pequeños granos.
Todo eso apenas está en las ramas matutinas en los milagros obligados en los hundidos temblores en los paraguas mordidos.
¡Sombras abajo las puertas alumbran! El tiempo gastando cristalino vigoroso El tiempo de los relojes desempleados Apenas del resto un episodio.
Entre nosotros como ustedes dices, cantas, gritas. en las ranas de los charcos limpios de los pantanos su metamorfosis, gozando.
Atados a la soledad del cielo Sin estrellas Amables Vapores escritura del agua seca, para cultivar lágrimas en los volcanes, y no morir, inquietos como fantasmas, entre arañas enlazamos verbales huellas de los conmigos contigos, impalpables abrazos del sueño, junglas de plástico, felinos primaverales, cáusticos mamíferos en los viajes de caimanes, por el fulgor del fosfórico veneno, lianas de mineral sonido, leopardos invisibles, buscando el eco. ¡Muy arqueológicos felinos!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Tormentosamente...¡Fértil, Sí!
Cuando Recuerdo La Impiedad por los, las, ellos... Cruelmente humildes. Fantasmas. En al ánimo, intranquilo. En el desánimo del tigre rosa. Una cadena, cada espina, día y hora. Y por eso. Tal vez. La leche tibia, la carne y los aromas. Del hambreado pueblo. ¡Que teje ahora su trabajo con el sueño!. ¡Qué siembra la esperanza bajo el suelo!. Y espera, en la renosa cueva inviernos. Tormentosa... Mente... Fértil. En la llave. Vuelo. Del la unión de las hormigas. De las abejas. De los desiertos almendrados. En su voz. Su voz. En la razón por el silencio de la noche. Donde las soluciones. Aparecen sin estrellas. Aparecen sin estrellas feroz y atroz hielo.
La llave. Fértil, piensa, siente, actúa. Unida. Luz entre los montes y los solos polos. ¡De cierto candado!. En la rauda huella. En el grave corazón. ¡Impío tuétano de frío!. ¡Atroz, fatal, revuelto!. En el estómago. ¡Cómo envejece!. Cada cobarde. ¡Sórdido ladrón!. La corola moribunda. En la pureza del jamás. Un jamás, será, solo. Posible, posiblemente, mente ágil, pecho fuerte.
En la pureza Del Será Ya el arpa una guitarra. El olor del bálsamo confuso. El halcón una tortuga. El olivo, monótona burbuja. Espina. Turbia. ¡Herradura sin caballo!. El hambre con su perro... Sí si, el hambre. ¡No la siente, en la carne ajena!. En el hermano, en la pobreza de las hojas Amarillas, en el otoño, en su tierno arrullo. Triste, triste. Historia sin saberse.
¡De qué le sirve al hombre el hambre sin la carne del alma qué no siente, qué la historia nada le enseña, porqué no la sabe ni por ella se interesa!.
Triste Es La Historia sin saberse.
Oculta De La riqueza Insulto bulto Sin tra Bajo... Vanan... La misma nieve, deshojada. ¡Párpado, líquido, engañado!. Vientre derramado en la tormenta. Desnuda. ¡La cama herida!. La paja. Amarga el ojo. ¡Con la retina del olvido!. ¡Qué nada hace!. Y... Sí puede. ¡Qué siembra solo. ¡Arena!. En cada playa.. Un placer. Inútil. El aire. El sueño de los higos. Las noches en el zapato roto del camino. Desempleado. Empleado de la angustia. Rico en inútil esperanza injusta y cruel. ¡Vil, servil, fúnebre linterna!. Como gusano se arrastra. ¡Sin unirse!. ¿Cómo se hace una red para atrapar al viento?. Sin unirse, los cinceles. ¡En la escultura crujientes!. ¡En el laurel!. De todos ellos. Sus huérfanos lamentos. Pueden soñar despiertos. El sueño lúcido del corazón y el alma. De la razón que siente. Donde. Solo, las plumas. Hacen del vuelo el ave. Y se liberan, libres, acciones y pensamiento, planes fraternales, hermanos eternos de la tierra. Las nubes por el cielo. ¡Hacen de la lluvia, fértil tierra. Si, sí...Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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