Si quieres creer, creea. Pero, si no quieres creer, tienes razón.
Un conejo y un pollo se casaron. Tanto su familia y también de ella, por razones obvias, siempre han sido contra la unión. Pero los recién casados, después de la boda, fueron vivir en una guarida que el conejo, por coincidencia, había construido en una granja donde había plantaciones de cacao. Así surgió el primer huevo de Pascua.
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Poeta
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