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ODA AL ASOMBRO
Aquí allá en cualquier parte.
Se vende se cosecha resucitando intempestivo. Perdidas las sombras en la arboleda infernal tortura las noches han visto el tiempo andando en el reloj invisible la paz agonizante dentro de las campanas mudas las espigas del campo desangrado de amarillo gastado por el aplauso duro del esqueleto durable del trino en la corriente con asombro del silencio.
Flotando fúnebre metal con sus semillas vanas coléricas en la sangre del viento por las calles desoladas, temerosas, secas, de los apellidos que las miran viudas, huérfanos, multiplicados.
Asombrados los relámpagos el fuego pulen con abanicos de lodo de lado a lado quieren conversar embalsamados con espinas repetidas perforados destrozados muchos en las esquinas con guantes que ya no aguantan las estatuas que ríen que encubren que oprimen al corazón de la intemperie indefensa y desarmada la luz envejece por tanta vela inútil que solo nadie ve ciego muerto en el mar muerto.
Ahí donde la sorpresa solo duele repetida por el pueblo que sacude al vestir a cada una con el recuerdo con la esperanza quebrada furiosa callando cotidiana como ancla en la piedra en la vida de la luz cercenada.
Asombro...¡Oh, asombro! ¿Qué sería sin ti? Bebiendo la inquietud que mata tranquila indiferente fría de un lado a otro escribiendo al sombrero de la sombra que sobra sobre la obscuridad sobria debiendo estremecerse en las hojas de mil libros de la vida hecha añicos fragantes fragmentos frágiles del impacto adormecidos conmigo contigo con muchos a veces ninguno te evoca al día siguiente tan cotidiano te han hecho negocio...¡Asombroso!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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EXPÉDITO EXOTISMO (Texto Experimental Neosurrealista)
Por la opinión pura y dura, que muta que muele la crítica exhibicionista en la desnudez que desnuda cruda en el agua húmeda a su manera.
Aunque los radares suelen recomendar a los aviones, menos inútiles, que el polvo en el cuerno de la liebre, de un rinoceronte que se derrite. por buscar las lunas en las esperanzas, que han sido una fuente prolífica de valles, que extraen el jugo de una hierba en lata seca, mediante inyecciones de discursos, que han estado demostrando los ratones al laboratorio asustado, los tejidos de los guantes rugiendo por el inconveniente .Una tarde me lo dijo, un ruiseñor escuchó su canto en el espejo qué olvidó tocar el arpa .
Entre las primeras horas que los gatos usaron, como perros hechos de plomo, que tienen la fuerza del barro, y apenas empiezan el jueves, que impide la reproducción de la luna en los martes, y curan las semanas con vacunas, que estimulan el apetito del domingo, al quedar ciego un poco mudo, al recibir un pequeño cheque todos los días, que se presenta un eclipse controlado, con su timbre rojo, entre los empeines de las prisiones en zapatillas...
Por el amor que vende aceites al suspiro perfumando flores en la otra cara de la luna.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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AGALBANADO ZAMBOMBO (Texto Neosurrealista)
Aquí dormía la noche por la tarde enamorada de un guante con el frío sublime liso altivo en la ceniza de un sí rastrero honesto.
Un sí con el poder de robar. Un no al engaño ausente. Un nunca al honor viejo.
Y en consonancia con la eliminación manual de las moscas, y los productos importados para el descortezado de árboles, entre los que se cuentan las novelas que han seguido sentadas en cada silla y el miedo a las ovejas, que han hecho un cosa gris a la espada maltratada con toda la calamidad de ver crecer las papas y los rábanos desde abajo...
Destacan por otra parte, los vestidos musculosos en los juegos con sal de uvas, los teléfonos solitarios organizando conmovedores mensajes a los gusanos que no se dejan de mover como el tocino en su auto, con los marsupiales aplaudiendo al campo magnético templado en el ambiente del acarreo de los aerosoles, sin olvidar los marcadores fluorescentes, dónde es posible encontrar las diferencias con las arañas rojas en las erupciones de aranceles amenos, y los primeros primates de níquel, con las más modernas técnicas de cultivo del azufre con plomo, entre casas y chozas que sacan la lengua a los pisos de basalto, y sedimentos del clima al fallecer las capas tectónicas, por no tener saber del cuidado del aire, y dejar que se elevara la toxicidad de los cubos puntiagudos con el magma endurecido...
¡Vaya encorbatados! Son el conjunto de la vocación iconoclasta que está fabricando pasta, pastel y plástico en el mismo nivel temático que resta importancia al agua tibia, lejos del determinismo y la teoría del reflejo, por el culturalismo desbordante de los dedos incomprensivos en una tarde de comitiva menos elitista que cualquier mañana vana, anulando la vieja certidumbre más exigente de trapos, si bien, menos instrumental cuando se cambia el suelo y el tapete al márgen del nombre que alcanzó la primera madurez del escarabajo con la gracia displicente, y la claridad de las uñas de suaves colmillos embusteros.
Bueno, sentadas las bases en la punta de los patrones enigmáticos de los terremotos, es necesario pensar en el arrastre atmosférico sobre las naves espaciales que solucionan sin preocupación la mínimas injusticias de los satélites en órbita, en tanto se enfrían los huevos del desayuno, por las corrientes de convección causadas por el calor ascendente que impulsa el dinamo de la más pura consciencia humana encargada del cuidado micótico. Aunque, desde luego, cualquier lágrima puede haber sido causada por el polvo en el aire, sospechoso de los datos en el laboratorio de los rábanos, y las reducciones drásticas en los paneles solares y las turbinas de algodón.
Así que, por este simbólico zambombo, hay esperanza para la cera... Así como, para las mesas que optaron por dar un paseo e identificar los focos fundidos sin prenderlos, y con la manada de elogios de las granjas y el ganado, y el mayor sombrero de los ácaros en la población de aviadores , y la matanza de cadáveres con luces intermitentes ruidosas. Para eso es el soporte matemático, que pone en duda el rojo de la sangre, el dolor por la muerte infame y la buena voluntad del apropiarse de los bienes ajenos, dentro de la mayor legalidad estadísticamente menos improbable.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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TRASOÑAR SOPICALDO (Texto Neosurrealista)
Como fiera mariposa afiebrada, espera caminar como una cobra. Allá donde el cobre vale oro. Porque...
Respecto a la relación interindividual de los automóviles, con base humanista, se ha estado logrando la manipulación marginal de los guantes, después de tomar las distintas luces y posiciones amorosas, en las situaciones de los techos inclementes, y las opresivas teclas ricas en aminoácidos esenciales, lentejas con gran responsabilidad social, ajonjolí tímido, habas de buena fe, y el mejor garbanzo en gotas para evitar los asaltos de sabiduría con leche.
Aunque ahora, la gran preocupación se debe a los refrescos injustamente embotellados con el plan telúrico de los semáforos, que bien infestan con sus virtudes aromáticas, la destreza del patio para custodiar la basura por una membrana gris, y leñosa a la que se le agrega vinagre, sin alimentos, con cemento y limonada del cementerio de origen animal, ni preocupaciones por las dietas de las últimas encuestas encueradas, aplicadas en las rodillas de la abundante bibliografía del huevo.
También se ha considerado, y sobretodo, con el alto anuncio del trasoñar endemoniado, acabar con toda la falsedad compatible con las agendas del mercado, azulado y un poco ácido, con un paquete reductivo, y rejuvenecimiento plus después de pagar a crédito el aire respirado, con la amapola del primer cerillo con fiebre entre la gran venta monstruosa de diez pies cúbicos de ilusión, en el estómago de un tigre en compañía de cinco manos piramidales tapizadas en vinil en la cena de acero inoxidable.
¡Vaya sopicaldo!. Bien incrementa la capacidad lisa de la versificación rectangular, terminada en color de aceite en cuarentena con un poco de huracanes y espeso chocolate, incluidos los cojines decorativos por una noche descuidada, en ceremonias que se ven, y celebran desde hace siglos midiéndoles los isótopos a las conchas, cuando despiertan en las cuevas cubiertas con cobijas en el ámbito del parabrisas, y empañado por la cercanía más crítica de una lombriz apasionada.
Esta actitud da lugar a un cambio de planteamientos en los panteones de vegetales, cuando el hielo se torna tibio, y puede ser peor con el cultivo de la papa, y en el parque de diversiones anillado de langostas en las praderas angostas con manchas de artemisas atrapando los ojos de una calabaza sin semillas. Pero, desde una visión más técnica que carnívora, particularmente cuando se cierra el concurso de la revista que ha asumido la dirección en la producción de motocicletas, y escobas para los reportes del clima de las cavernas que solicitan participar como fotógrafos de las olas que podrían interrumpirse, cuando se cae de la cama por el mayor contenido de sal en el café.
De esta manera, no resta mucho que decir, salvo que si pueden venderse portafolios, después de la potencial e interminable relación de catástrofes, que se escuchan con la cara rolliza de los bosques impenetrables, que han sido visitados por un día diminuto, influidos por la moda de las últimas calles diseñadas entre los hielos polares, con la mayor trayectoria en el equipo editorial de los gatos, y sin causar graves daños al papel de baño. ¡Oh, trasoñar!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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LASTRE DEL DICTERIO
Enemigo. Ya no duermas, que las tumbas son baratas, y los guantes adobados están en huelga. ¡Qué importa que la luna nada sueñe!. Y que el reloj el tiempo pierda, en la piedra parda pobre, si morimos y vivimos como un hilo, de conchas enroscadas y asustadas.
Las noticias, están desayunando las mentiras, indigestas del escorpión en minifalda. Ya van hacia el pantano. ¡No desmayes!. Camina. Siente. Salta. ¡No mueras!.
Solo hay dolor en el suelo. Y en la memoria sabores olvidados. Borracho el viento atrapa redes, con la dentadura de las mariposas, que ya los fusiles lloran, donde las balas se arrepienten.
Lastre... ¡Sí, lastre, lastre!.
Porque las colinas, los cerros, y todos, los hijos de las montañas, aún ellos viven, envueltos con la bendición de su muerte, gratuita, que estimula la máxima certeza, y su presencia majestuosa. Más allá, de la raíz patrocinada, y el cañón bajo la lengua.
¡Oh, dicterio, delicia culinaria de la noche!.
Las casas tienen su tristeza en servilletas, y la taza del café conversa con la escoba, quitando al tiempo las preocupaciones, y al elixir los muertos ocupados, con la eficiencia de un minuto en la sonrisa, y el jardín automático con huesos.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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DESVIVIRSE ENCANCIONADO
Goteando La Paz Muerta Vive dormida En Cada canción, con el orgullo de su desnudez, se ha quitado sus pieles somnolientas para tener solo letras trituradas. Porque ellas estorban, la unión, del manantial inclinado del tiempo y su campanilleo de intranquilos frutos ahogaría la vestidura de los suspiros.
-Pfad, sentiero, sentier, path, senda- Sendero sólo a las súplicas precioso.
-Heilmittel, rimedio, remédio, reméde, remedy- ¡Perdidamente perspicuo, vacuo pertinaz!.
La vanidad de probeta vive de vergüenza ante toda infancia sacudida, soñar, pobre benignidad impía. Aquí endebles tienes a los gazmoños sentados a tus nefandos pies. Deja solo hacer al insensible audaz la recta vida y sencilla, como una calavera de caña, para que la llenes de los huérfanos vacíos, y mil plásticas consciencias.
Dicen que dijeron: Los relámpagos arrinconados. Embalsamando vitrinas. Desviviéndose frenéticos. Cantos que muerden ráfagas. Del viento en guantes. Del rojo cielo frío.
Encancionado El Corazón quemado dejó al camello inútiles corbatas, desequilibrada confusión hogar deshabitado veraz, minucia mezquina ignominia maligna carencia, contumaz intolerante libidinosa cadavérica, consciencia lenguaje reptil, amenazante. ¡Desvivirse!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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