El inhumano disfrazado de humano indulgente rige destinos desde su cúspide de gobernante. La jauría fue soltada por él a nutrirse del débil: el pueblo. La jauría es humana pero viciada y roba y mata y viola a su prójimo, ya que por su índole atorrante odia al trabajador, y menos su trabajo, codicia de él hasta su mínimo fruto.
Esto al inhumano no le preocupa porque los ancianos molidos a golpes no son sus abuelos, los comerciantes muertos y/o sobrevivientes no son sus padres o hermanos, los niños y niñas vejados, muertos, drogados y en la prostitución, no son sus hijos.
En fin, es el modo en que el inhumano subvenciona gratuitamente a su jauría y recibe compensación encima: además del apoyo corrupto de intereses creados por parte de sus iguales de clase alta, cada individuo de la gavilla proviene de una familia por lo general indigente y numerosa y cada integrante de ésta vota el régimen del inhumano a favor de su pariente y por parte del botín.
Lo mismo hace una gran porción cándida del pueblo, o interesada en el acomodo, o desentendida simplemente y tal suma de votos mantiene al inhumano en la cúspide y al pueblo-víctima, auto enrejado después de retirar para siempre sus sillas de la vereda, su confianza hasta en los conocidos y su alegría.
Quien somete a su pueblo a algo como esto alegando acatar derechos humanos, (mal impartidos por él) es un delincuente más que ampara en ellos su acción de delinquir y odia también a sus gobernados.
Un dictador encubierto y falso que en su juventud revolucionaria sufrió la cárcel sin que la masa moviera un dedo por él, ya que ésta no lo requirió ni armó, el que me juego piensa que un pueblo “carnero”* que no tiene su instinto ni propósito, no merece otra cosa que padecer y morir (aunque su gobierno resultó tan o más corrupto que el sistema que tentó derrocar). Es su venganza de todos modos, contra la majada que finalmente un día le creyó y lo encumbró. Así de simple.
“Carnero” (en glosario de jergas y modismos de Argentina): El que sin voluntad propia sigue las inspiraciones de otro, etc.(TG.).
Nota: Si no existieran los pueblos “carneros” del sustento y la paz de sus familias, no existirían las familias ni la paz (con creces) ni tampoco los gobernantes; porque de existir, su brillo inhumano duraría lo que el fogonazo de un tiro. Así que, mucho ojo gobernantes; a ver si un día el pueblo se “aviva” o se degenera en masa. O peor aún: harto de dar vidas a una "democracia" asesina, por “carnero” demanda gobierno militar.
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Poeta
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