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“El humor se queda solo . . .”
De luto está la comedia esto nada lo remedia, se nos murió Polo Polo en mis versos lo acrisolo.
Sufridos centros nocturnos tan vacíos y taciturnos hoy se encuentran harto tristes extrañarán cuentos chistes.
Del humorista famoso que hace stand up en el foso de los grandes que se han ido, él solo los ha seguido.
Década de los ochentas y también en los noventas en México Polo Polo era como el Dios Eolo.
Sus albures bien soplaban chicos, grandes, lo alababan, fue rey del doble sentido por siempre el más consentido.
Ya que tuvo propio estilo, pues, jamás soltaba el hilo de su original rutina algo “inocente” genuina.
Parecía como un chiquillo contando el buen chascarrillo de manera detallada nunca le faltaba nada.
Se le recuerda en los bares: “El cantar de los cantares”, “Keops”, el “Marrakesh” ilustre, a los que dio tanto lustre.
Los “nightclubs” abarrotaba su presencia le alcanzaba para agotar los boletos en los shows, en sus eventos.
El Hall del Hotel Crown Plaza muy pronto lo hizo su casa, multitudinario en pleno lo mantenía siempre lleno.
Le pedían todos los días “La lechería de zacarías” así como “Dando y dando pajarito volando”
También “El chico temido”, qué lástima que ha partido hizo grande “El viaje a España” que fuera toda una hazaña.
Por las más de cien mil copias vendidas cual cornucopia se quedan sus grabaciones de “Musart”; van oraciones.
Lo acompañan a otro puerto, murió Leopoldo Roberto García Peláez y Benítez sumo contador de chistes.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 23 de enero del 2023 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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“Pachuco “Topillo Tapas” con tu ingenio nos atrapas.”
De la actuación un titán Don Germán Valdés “Tin Tan”, bisonido musical tañe el mote del carnal.
Mira al cielo, . . . al infinito, “tintanear” es exquisito con bigote estilizado busca ese sueño anhelado.
Larga pluma en el sombrero, “tacuche” de caballero le sienta de maravilla, el saco toca rodilla.
Su figura destacable luce camisa impecable color claro, luminoso, lámpara su ser glorioso.
Como genio que arrebata porta vistosa corbata de seda fina, destello que le ciñe poco el cuello.
En solapa del señor un pañuelo, linda flor perfumando los olores de sus millones de amores.
Prendido lleva el botón, bombacho su pantalón los tubos a los tobillos, bastillas pliegues sencillos.
En pies, zapato lustroso blanco, pulcro, portentoso, agujetas liga al quiebro, la suela pinta de negro.
Saliendo de aquel bolsillo la leontina del “topillo”, cadena exhibe colgando va contenta tintineando.
Sube pronta a la cintura acentuando su apostura, aferrada a una presilla, a Marcelo y “Su Costilla”.
Lenguaje tiene por credo “tatacha de otro laredo”, “si ya sabanas” cantar “paquetes d’ilo” bailar.
Cayó “la chota” mí rey, “guachar”, “el chante”, “ese”, “okey”, “simón”, “jaina”, “silabario”, “órale”, en su diccionario.
Actuar bien improvisando, enamorarse besando, todo eso, más su tonada, es darle a la “tintaneada”.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda México, D. F., a 12 de agosto del 2009 Dedicado a Don Carlos A. Zorrilla Regalado Reg. SEP Indautor 03-2010-032412383400-14
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Poeta
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Crucificaram-me de gênio... É crucificaram, sim! Porquê, uma vez gênio, não posso fazer:
Água com açúcar, feijão com arroz, papai e mamãe... Só tenho que fazer “genialidades”...
E agora José? Perguntei ao Drummond. Aí ele me respondeu: O problema é seu e não meu... Se vire!
Aí eu me virei... E me travesti. Me transcrevi em duras linhas...
Fiz um monte de bobagem para acabar com a sacanagem de querer me “genializar”...
Mas não adiantou... Até piorou! É, eu sou mesmo “um gênio”... Será que eu sou?
A.J. Cardiais
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Poeta
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Um soneto bate em minha porta numa hora imprópria, errada. Tentando não perdê-lo por nada, eu jogo-o numa rima torta.
Tanta coisa assim me invade sem “se tocar”. Quem se importa? Para ele, hora imprópria, morta, tanto pode ser cedo como tarde.
Mas de que reclamo, se este é o prêmio por dizer que o amo?
Tanto faz: Hora, dia, ano... Quando morto: um gênio! Quando vivo: um insano!
A. J. Cardiais imagem: google
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Poeta
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Um soneto me bate à porta numa hora imprópria, errada. Tentando não perdê-lo por nada, jogo-o numa rima torta.
Tanta coisa assim me invade sem “se tocar”. Quem se importa? Para ele uma hora imprópria, morta, tanto pode ser cedo como tarde.
De que reclamo se este é o prêmio por dizer que o amo?
Tanto faz: hora, dia, ano... Quando morto: um gênio! Quando vivo: um insano!
A.J. Cardiais 06.02.1990
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Poeta
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