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NECRÓTICAS ALGAS
De pajas mil veces absolutamente verdes,
al suelo indescriptible del rabillo, se anudan, negras páginas, desnudas,
playas, espectrales, indefinidamente, automóviles, de gesto fiero en la mirada,
sin conmiseración, descongelan los talentos, lentos, huesos.
¡Terribles carreteras y cicatrices!. Artesanos vagabundos y un ataúd gratis, efusivos los platillos honorables, compañero de un pálido despacho, primero adorable trayectoria, luego. Al anaquel entre las urnas, en el desdén de las cenizas. La brisa hecha trizas. Algas, algas. Espaldas, con toda la presencia de la nada, de moda, entre, los cabellos poligonales un estambre, encima, necróticas costumbres y noticias lánguidas, azules, al orgullo de las truchas, lechos, topos y patatas, contando, transeúntes acariciantes, pompas y jabón, Al gas, aceitosamente verde, mil carretillas, atrás.
De Los fantasmas de las noches muertas, De Las tardes de los arroyos inoportunos, Del lado opuesto. ¡Cantando las muletas a los turbantes!. Y Resignada, la bajada, la vajilla, en la bolsa negra. Necrológica ecológica. ¡Algas, naden, algas!. Sin la sirena.
¡Qué para entrar se calza!. Y para salir se escarcha, en los trámites las mangas,
en un vaso frotado, de huellas apuñaladas. Al Gas Negro En las cucharas de trapos. En los tropos de cachucha. Oleosos. Es el nigrotrigo, un tigre anémico,
Sólo del trigo de bombones imaginados. En la médula, inicial de una escultura.
Y toda la bebida de verticales verdes. Abanicando. Las caderas.
Algas triangulares. Bellas algodonosas.
Nadando muslosas. Los espléndidos carriles. Al morir las necrológicas.
En el amor ecológico. ¡Más lógico, eco, esmeralda, más diamante, del rubí palpitante!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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PACÍFICO ATLÁNTICO
No velas en los barcos. Las lunas, los domingos. Cada semana... Semilla. Un mes, una milla... ¡No nudos desnudos!. No veles las flamas. Velando los rostros. Las caras son risas. ¡Son cantos, sonatas, sinfonías!.
No flamas en velas sin barcos. ¡Novelas!. Del mar, ballenas, delfines. ¡Principios submarinos!. En el mar tez de pescado. De verduras baratas y gatos. ¡Qué quita un jarabe por el aire!. Una vez. Cada seis horas cucharadas. O gotas de lluvia, trenzada. En el bosque. Mudo el mar, tez de miércoles. Y lechugas.
No velas, ni flama. El gas inflamado. ¡Ceniza, cenizo!. Ceniza, ceniza, ceniza. La bandera como la paz de novela. Bandera Como La Paz De... No vela... No barco. Ni en la paz de lengua. ¡Paloma!. Blancasi no, fuera gris en el mar. Atlántico, pico, pacífico. ¡Solo muerto!. Candado, el dado cadenear cualquier barco.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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