Luto viste “Macorina” ya murió Chavela Vargas, la “Llorona”, su madrina, vierte lágrimas amargas.
Guitarra queda sin cuerda que lástima que se pierda, do, re, mi, fa, sol, la, si, do, se fue su ser más querido.
Extrañemos a Chavela que, en la bohemia, fue vela, que digo vela, fue un cirio, cantadora hasta el delirio.
Ha de andar con José Alfredo que fue su cuate, su credo, se nos fue cual blanca hada ¡qué nadie le juzgue nada!
¿Estará con su Agustín?, sus copas no tienen fin, se le hizo fácil la gloría nos llevará en su memoria.
Un gabán muy lucidor la cobija con fervor, allá en el cielo bendito brilla nuevo lucerito.
Sus ojos cual par de alhajas dejarán pronto sus gafas convertida en angelito, habitando el infinito.
Vuelen cenizas a Tepoztlán desde el merito Tenochtitlán, Garibaldi brinda ofrenda, que todo el mundo comprenda.
Su pérdida irreparable, ¿qué es la muerte sino un sable que lacera el sentimiento dando paso al sufrimiento?
En un rincón del Tenampa fiel cuadro muestra su estampa, brazos en lo alto, triunfante, voz que se quiebra elegante.
Por hoy, que no haya tristeza al contrario fe, entereza, su grandeza luz destila ¡va su adiós con un tequila!
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda México, D. F., 06 de agosto del 2012 Reg. SEP Indautor No. 03-2012-083012362100-14
|
Poeta
|