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En esta décima expongo de López su despedida de manera decidida tuvo “fiestón con bailongo” de verdad no me repongo de saber su mala entraña y su tan baja calaña se divierte en un fandango mientras que están en el fango en Acapulco hay cizaña.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 30 de septiembre del 2024 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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Ya tomada la protesta vámonos para la fiesta al centro de la Ciudad con su majestuosidad.
Cielo limpio despejado gran banquete preparado, “Amlofest” felicidad, alegre show, variedad.
La plaza completa llena emotiva tal verbena, Andrés Manuel, Presidente, fue dichoso entre su gente.
Los pueblos originarios se reunieron, muy gregarios, en el Zócalo escenario del culto al neo-mandatario.
A los dioses consagrado después de que fue sahumado con bastón de mando en mano, inmerso en su ser humano.
Dando al pueblo fiel discurso repetitivo sin curso López altivo, encumbrado, dijo orgulloso, extasiado.
En paroxismo grotesco: “yo ya no me pertenezco . . . soy de Ustedes, soy del pueblo . . .”, ¿qué ocurrirá en su cerebro?
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Ciudad de México, a 03 de diciembre del 2018 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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“. . . suenen parches y clarines.”
Feria que honra a San Fermín glorificado . . . sin fin, patrono fiel de Navarra, mártir de la fe bizarra.
Pamplona se cuece aparte sede del taurino arte, Pompeyo, su fundador, por designio del Creador.
Fiesta, júbilo, alegría, seis de julio, mediodía, la Casa Consistorial sobria de rancio historial.
Balcón del Ayuntamiento, contengamos el aliento, voz envuelta de promesas: “Pamploneses, pamplonesas”.
(grito), ¡Viva San Fermín!, (grito), ¡gora San Fermín!, estruendo del chupinazo que preludia un agasajo.
El “Riau-Riau” siempre se extraña, costumbre que nos hermana portando rojo pañuelo la gente cumple su anhelo.
Respetuosa procesión, San Fermín una oración, religiosidad, fervor, la paz, candoroso amor.
Las danzas tradicionales con trajes originales, gigantes y cabezudos muchos de ellos “sombrerudos”.
Lindo recital de jotas escuchen que bellas notas, las mulillas, caballeros, que desfilan muy sinceros.
Suenan Bandas Musicales sus tonadas celestiales, sublime Teatro de Calle, toro de fuego, . . . no falle.
Las luces artificiales centellas, truenos cordiales; ¡las ocho de la mañana! el corazón es campana.
Cánticos de los ancestros, suelten toros, los cabestros, “encierros” de largo trecho que no haya humano maltrecho.
Sorteando cuernos y retos, más de ochocientos metros, muchos pies trotan de prisa, sudor en la frente . . . brisa.
San Fermín destreza, suerte, si no las heridas, muerte, peñas van comprometidas entusiastas, encendidas.
Marejada, corredores a la Plaza entran Señores, ¡qué vivan los Sanfermines!, arenas que son jardines.
España, la madre patria, su cultura, su prosapia, leyenda, verbena, magia, ¡qué venga la tauromaquia!
Las velas, pañuelos, mantos, albricias se vuelven llantos, “Pobre de mí” entristecida la canción de despedida.
Hemingway, en su novela, esta pasión nos revela, “Fiesta” descrita por pluma tinta que jamás se esfuma.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda México, D. F., a 10 de junio del 2015 Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
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Poeta
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“El célebre Tata Vasco vio bailar viejo tarasco.”
“La Danza de los Viejitos” bastones, máscaras, mitos, con su traje peculiar lucen, brillan a radiar.
Que lindos esos atuendos dignos de hombres estupendos son por todos admirados los “uarharis” encorvados.
De Jarácuaro su alma, usan sombreros de palma, les cuelgan varios listones de Michoacán son pendones.
Gabanes rojos colores, grecas negras, ¡son señores!, es pulcra, limpia, la lana que al punto los engalana.
Muy vistosa tal franela, ¡qué toquen “Flor de Canela”! y luego “La Golondrina”, esa pieza es su madrina.
Camisas de manta blanca, calzones de poca zanca, los finos caros bordados se aprecian harto labrados.
Su calzado es incansable la suela tan admirable de duro cuero o baqueta resuena, al compás, coqueta.
Un bastón que no se quiebra parece hasta que celebra la madera tiene un don bueno, fino ese bordón.
Son expertos danzarines bien escuchan los violines, contrabajos, las vihuelas, aunque carecen de muelas.
Tienen mucha resistencia que bailen “La Competencia” p’urhépecha melodía que alegra la luz del día.
Para éllos su gran edad es poca, una nimiedad, no hay fatiga en el danzar nunca quieren descansar.
Sus achaques y temblores hablan de tantos amores, en máscara la sonrisa porque no les corre prisa.
Su patrón el Niño Dios jamás les dará un adiós, “t’arhepitis” lo han querido desde muy recién nacido.
Benditos están sus pies pocas veces un traspié, ¡qué pegue fuerte el huarache contra el piso que retache!
Que sacudan la polilla son toda una maravilla es verdad están longevos, ¡pero, le echan muchos hue . . .!
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda Morelia, Michoacán, México, abril del 2010 Dedicado a mi ahijado José Alexis López Gabriel Reg. SEP Indautor No. 03-2010-102913333100-14
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Poeta
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NADA MAS AMABLE...
¡Que sea cada uno el rito rítmico ...de la era de los disfraces ...regente tierno ante todo, ...fábrica del altiplano orfebre!.
¡Que esté por el brocado viejo ...repleto de vasijas míticas ...y la creación conmigo, me dices, piramidal iguana!.
¡Nada más!.
Y no más que una doceava lagartija barrenadora, ...de veinte días, de cráteres en fiesta, ...en siesta, de sal sacrificada azúcar.
¡Nada más!.
¡Que se vuelva, creo, me dices, una fermentada fecha, de fértil abstinencia de papeles importantes del amor de las culebras, ...fruto de las orejas!.
¡Nada más!.
En barata, en oferta, y de remate, de lechuza, de canasta, de objetos liberados, y de ramas, por el ayuno de hojas secas, constelaciones, y que luego se vayan, hechos de jade en yema de huevo, sin ruegos, sin la versión completa de la marea, con la gravedad de las exigencias, por la superficie de las mentiras.
¡Nada más!.
Así se comprime. La capa membranosa. Del magnético parásito. Por las condiciones intramusculares. del método sintético.
¡Nada más!.
Abstenerse de aisladores, adherentes, enamorados del caucho, y de los que creen en los capilares, ultravioletas, en las partículas, independientes, en la ley de los reflectores.
¡Amable, amable, amablemente nada más!. Hay solo una capacidad ilimitada con la espera sublime subalterna con la frágil cualidad del Caos con la emblemática debilidad.
Y la flexible mueca. Por la saliva del guijarro tibio, un cuchillo, un rayo semidesnudo, en los dientes, y entre las sábanas, las piernas, la selva y la castigada risa, en la razón del rumor crudo, rubros arrebatados, y etéreas olas, con el poder de la desgracia, embriagadoramente amarga.
¡Solo, para la eternidad, nada más amable!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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LA VÍA ONIROIDE
Abajo del sueño de límites dorados. Adelante del mundo de cielos prometidos. Adentro del desnudo de mil ventanas. Afuera del desfiladero de arañas tibias. Arriba del viaje de silencios diminutos. Atrás del mundo de huesos dichosos.
La Vía Oniroide. La vía, la vía.
¡Oh, cómo hemos sobrevivido!. ¡Hay, hay. Cientos de guantes de goma!. Y la luna resiste. Y resiste a los corazones negros, negros. Y los humanos hechos añicos. ¡Oh, hermanos me duelen las raíces!.
¡Tanto han cambiado, olvidando mares y cadenas!.
Cerca del girasol y las leyendas de algodón. Debajo del amarillo y los aleluyas asesinos. Delante de infinitas manzanas enroscadas. Dentro escucha el mundo toda la derrota. Detrás encarnado el espíritu perece. Cerca del helado ambiente y mil amenes.
¡Olvidando mares y cadenas, han cambiado tanto!.
¡Quizá el aire ha perdido sus vestidos!. Será un tal vez delante de los niños. ¡Tarde ruedan los rumores espinosos!. Enseguida de cien licores y elefantes. ¡Puede ser una cadera sedienta y prisionera!. Puede ser, puede ser. ¡Cualquier cosa!.
Oniroide la vía, la vida, era vida vida, hoy ni vía.
Tomémonos el corazón. En cada dedo, aunque sea un instante. En la esencia de un elixir. En todas las arterias compartidas. Floreciendo cualquier pétalo en mil rocíos. ¡En la mina láctea en fiesta!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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