En la blasonada mentira de la sangre espuria, como cáncamo de ojo ciego en su giro aturdido existe la orzaga del pobre tallo henchido pintarrajada en flores verdes de penuria.
¡ Oh, bastardo andar de fardos mal versados ! ¿ Hasta cuándo tu nasardo que estrófico lacera ? ¡ Redova que no es mazurca, saliva para bocera ! ¿ Crees que chirlomirlos alguna vez serán loados ?
La corpa no se talla a borbotones guturales, ni vale un duro sin sus vetas refinadas. ¿ Es la alfarda el diezmo de las arcas ?
Hoy la calacuerda grita arcabuces bestiales, agotada de las lisonjas desgoznadas. ¿ Por qué sigues Cervantes, preso de heresiarcas ?
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Poeta
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