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Tétrico Cariz (Texto Neosurrealista )
En la silla sentada una oruga sueña alas bebiendo la frescura entre la brisa. Ése fue su ocaso. En la dulce rama. Dejó la seda almidonada. En el vuelo tenue, de púrpuras recuerdos.
También las nubes bajaron sus párpados pesados. Más allá de los dedos encerados. Por las velas navegantes de una flama. Un olor a silencio caía en cada techo. Todos goteaban su egoísmo almendrado. Unos pocos imitaban sus ausencias.
En el espejo tímido resurgiendo abandonado. Omnímoda podredura en la multiplicidad asalariada inquieta mediación del deterioro hecho costumbre. Por el sueño alado en un volcán extinto. Dicen... Habría que distinguir el tono desmoronado, por el lenguaje más simple, y al abordar las esquinas del miedo en un panteón, en el período fértil, aventurero y curioso... ¡Tan profuso y subrepticio !. Como la tragedia que el sol espera de la sombra, soñando un amor feliz en la mesa como en masa. ¡ Sí, sí...! Como la mesa en crisis mece cada mes al pez hecho al revés en el sinfín y envés. Aunque el tétrico cariz sea... Eso solo.
Al principio, la misma revelación lleva a comprender que aunque el sentido para el movimiento quizá sea diferente que el de la actualidad sin cualidades, ambas son lo mismo, en el puente colgante imaginado, principalmente en el de lineas y curvas, y los muslos con transiciones de sombra en vez de los contornos endurecidos con la experiencia sin concebir una respuesta. Pudiendo disecar al cosmos al rítmico golpe que es para todos nosotros un recuerdo tan entristecido por haber matado inútilmente la noche, como si cada escalón hubiese dejado la puerta abierta.
Aunque las disculpas encuentren al escepticismo hecho trizas, que se han visto disuadidas sin motivo. En tanto la noche escondía sus estrellas donde se puede segregar los sitios atrapados al despertar los tentáculos sobre la expresión de las pérdidas causadas.
Y así, de lo que ya hemos dicho puede desprenderse una idea sin sentido, un encanto especial, arremetiendo y saltando por las otras sillas en el desfile de su natural dulzura hecha náusea fácil, afirmando que el juicio cambia y fluctúa al eludir herir la sensibilidad demostrada.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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CONFESIÓN GRAMÍNEA
El suelo es hondo y húmedo, tendrá que alimentarme y vestirme, aunque por ahora no sé si es de noche o de mañana, ni si soy un sueño de un futuro inexistente, insisto, e insisto en la orilla de la sequía que corta el agua en el cautiverio de la vida, con empeño admirable, y más duro de esta cáscara, abrigo sin tregua, en una metamorfosis continua que recupera mis caras anteriores, ignoradas en la corrupción confusa de los lugares dónde caduca. Es como la voz del paisaje subterráneo donde la vida y la muerte se hermanan, dónde se adelgazan los trinos a contraluz de una fuerza comprimida.
El cosmos aparece como un inmenso árbol, infinito, entre los promontorios de luz y sombras fusionadas, como el... divino ideograma vertical que crece y decrece de la raíz a la hoja inagotable...¡Vida qué se regenera al infinito!.
Siento, de eso estoy seguro, pienso, creo ser el receptáculo de la ignorancia fértil, alguna vez, astro, pájaro, serpiente arcaica, sin tener la pretensión de agotar todo el acto esencial de la renovación del universo en su actualización creativa, yo, ¡Sí, yo!. Un simple germen en el corazón de una semilla.
Me lo han dicho unos acuáticos recuerdos abrigados por el viento. Pues he perdido la memoria de mis muertes dónde ardientes bajaron los otoños en los cómplices inviernos, viajeros agitados por los siglos. Y ahí por dónde el desierto abrasador espera la frescura de la soledad obscura.
El hecho que ahora lo cuente (de alguna forma es confesión), me lacera, me deforma la insignificancia en el curso privilegiado de intuir tantas mutaciones y estragos dónde anida la última realidad... Aunque estando ausente haya buscado callado la intimidad de las ilusiones presentes, el pecho virginal del decoro honroso de la humanidad preocupada de sí misma...Pero el suelo aquí es árido, cemento, metal, granito, ambiciones injustas, desmedidas muecas de los huecos abundantes, nada puede germinar ni cultivarse, la misma sangre enramada tiene el corazón de plomo y mete toda consciencia en un molino que taladra el cielo.
Es el misterio que evidencia mi más absoluta ignorancia, el insigne fracaso ignoto. Es... Es... La misma síntesis del misterio agrario y funerario de Odín. Es... El espacio-tiempo dónde nos reunimos vivos y difuntos. Extremos dónde la hierogamia se verifica, en el gesto primordial. ¡En el acto genésico ilimitado!. El suelo aún ahora, conserva el color de un sol forastero dónde fluyen bifurcándose corredores más angostos, y sin duda escribe al margen más páginas que fueron rotas, acribilladas, acuchilladas, y ocultadas en la red de las serpientes horrorizadas en los extravagantes edificios del engaño, en todo ese vacuo majo con la fruslería de los micrófonos, por encamisar pasmadas a las calles, desvaído el colapso atribulado. Las campanas lo confirman, los féretros los resguardan, y el olvido está en las cosechas del desconsuelo desnudo, en el claro testimonio del fracaso. ¿Qué hacer, cómo, cuándo?.
Lo confiesa el aire, el fuego, el agua, y ahora este suelo no aligera el paso, ni en el camino más peregrino de las pupilas perdidas, ni en los fúlgidos reflejos sin atavío en la pulpa hechida de las pesadillas de dulces venenos que beben la brisa de sombras como un licor suave. ¿Qué hacer, cómo, cuándo?. Repiten los cristales fugitivos, la túnica sin fe ni flores despiadadas, plásticos vasallajes vehementes con la frescura inmóvil dirigiendo el vuelo del nido en ruinas, y repiten y repiten. Las mismas preguntas hasta el cansancio. Siento, pienso, creo hacerlo, aunque lo dude... Y me digo... Imposible saberlo a partir de un sólo grano, y mucho menos si andamos perdidos por el mundo, más qué anónimos, y mucho menos ignorando los altos designios qué deben ser cumplidos por alguien, y haciendo mofa de los árboles abundando en analogías inservibles, y en escrúpulos versátiles intactos.
Mi propósito no ha sido contarles todo lo qué después será ignorado, olvidado, cercado en una fracción del campo, cómo el árbol qué a destiempo debió considerarse feliz. ¡Porqué no es cierto!. Aunque hay cuentos que no son prisiones obscuras al entendimiento, que tienen su verdad de porcelana que invade la ilusión más verosímil. ¡Vaya si no!. En todas partes se sabe qué ninguna semilla fructifica sin el suelo idóneo. Mucho menos, yo. ¡Yo qué aún no he sido!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Desecado...
De Seca Do... ¡Hasta el pantano o el fértil lago!. Campanean los pendulares morires vivientes. En las vertientes qué al olvido impiden
¡A cada paso inventando! El largo bañarse estrechando Lo qué el camino sin retorno ¡Decora, decora, desecando!. La panorámica indispensable del hambre Del pasado accidentado, brisa y miseria ¡Del desaliento destacando el título!
Al puente fallido, flor y canto transformando El borroso dueño de las cenizas Al ritmo del andar por desatinos Intestinos tinos a destiempo. De Seca Do... Re, mi, fa, sol. Tantas veces aventuras. De otras tantas desventuras. Al mérito curioso del diálogo
Marcando al florecimiento la llanura Exhaustiva colección de inconvenientes De los últimos análisis un prólogo
Atenuado y pordiosero...¡Oh, húmeda sequía! Inminente y agradecido... ¡Oh, lúgubre alegría! En los escenarios de las carencias... ¡Riqueza!. De Seca Do... Está el recuerdo en las reservas pronunciadas... ¡Recitadas! En la soledad conmovedora
Hospedera de talleres y mañanas de tallares ¡Por tallar tarde los tallos de las noches! Tan vertebrales como prematuras y excluyentes ¡Desnudares qué la ceguera desviste investida! Entre las personas invaluables Andantes qué transcurren por el aire ¡Dónde los perfumes fluyen libres!. En el fondo de una mirada, lejana, en las alturas. De Seca Do... Con un poco más del incierto destino
¡Tinto y desteñido con frecuencia obscurecido!. ¡Oh, excelencia, sin cambiar a conveniencia!. Destruyendo al mundo el desatino...¡Vaya sueño! Tinto...¡Dónde queda invisible sólo el epílogo! En la desierta humedad que seca el saco. Antes que los imposibles atravesando Los pasos impregnados de mil dolores ¡Historia repetida por ignorarse!.
De Seca Do... Una amistad mal hecha, sin cultivo Del quebranto sólo fértil, cosecha decepcionada Con el abandono del instante Con el nadie en cada hueso Con el sueño equivocado ¡Dónde el vacío crece sólo, de la nada cultivada! ¡Dónde fallece la esperanza, del futuro evaporado! ¡Dónde la fe muere sola, y la voluntad se debilita!... Húmeda de la realidad que seca.
¡Las vertientes caprichosas cuando han desecado el pantano junto al indistinto lago fértil!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez Pérez
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Poeta
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A minha poesia só quer transpirar a vida.
A vida frágil a vida fértil a vida dura...
Cada um com sua rima com sua resma com sua loucura.
Cada poeta tem uma meta. E a minha não é ser atleta para disputar palavras e subir ao pódio.
A minha é mostrar o que eu sou, sem medo de apelar para dona simplicidade.
A.J. Cardiais imagem: google
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Poeta
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Amor...Ámbar
Ámbar ambos marejada melódica Catarata muslosa La noche tibia La brisa tenue La gracia dúctil La espina fértil
¡Pulsátil marejada! Ámbar ambos Final de los principios Cadenas y candados ¡Sin faldas el volcán!
Lava Engendra Melódica La vida La noche fértil La espina tibia La gracia tenue La brisa dúctil Muslosa Marejada Ambos Ámbar
¡Catarata miel pulsátil! Cadena de los principios Candados y final El volcán sin faldas ¡Lava engendra y la pureza limpia...!
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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Olvido recesivo
Como el agua, reciente, De párpados sedientos, progresivos, De la piel endurecida, convulsión, De tantas brechas, dañadas, Fértiles aún, fracturadas, Abandonadas, Masacradas, Por los arcabuces y las flechas, por las lenguas multiformes, codiciosas desdeñosas, de innumerables picos, escabrosos y bruscos abismos, Recesivos de la corriente, febril, del idioma profundamente humano.
En el olvido. De la telaraña impulsiva. De los dedos hiperactivos. De los mensajes incómodos.
Eso es todo, en aquél viejo, recuerdo, y nada más, enigmático de un largo suspiro.
¡Ah! aquel adiós postrero lúcido recuerdo donde la paz anida tanto contra el siervo de un gélido mañana tanto contra el tirano de un hirviente hoy en pos del nuevo trino en el césped de nieves puras espectros de brasas moribundas reflejadas en el cielo crispado del cabello, y ámbar angustia del deseo del nuevo día del color de las promesas en vano encareciendo las caricias en los libros de la vida y de la muerte. ¡Por los días interminables!.
Si por la espina peregrina la bondad florece humedecida restaurada aún dentro de la tierra dividida.
Antes De fundir la lava hirviente y las pestañas de seda la lírica blancura y rabia purpurina ya, Y por los ángeles llamada, divina. ¡Impiedad humana!.
¡Memoria de los gusanos años!. Putrefacción y ebullición.
Aquí donde sólo la ceniza es pura. Aquí donde los pecados huyen. En un torrente cálido. De fe con rostro. ¡Sobrehumano.! A las orillas. De una vieja. Fosa..¡Dónde sucumbe la gloria apetecida!.
Sobre la tumba. Más grande. ¡Qué ha existido!... En el olvido escondido por el tiempo. ya sin nombre, para siempre. Recesivo al modo negativo más obscuro.
Autor: Joel Fortunato Reyes Përez
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Poeta
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BRILLANTE NOCTURNO... El mensaje. Del destino corre suave. En el paterno hábito. En el camino, absorto y sublime. Una noche aquí y allá. Se ve, girar precoz, bajo el pájaro inmortal, acariciando las promesas y los meses, las mesas de miradas y manjares.
Lo sé, con un poco, de cobijo por la espera, que se.... ¡Qué se esfuma, bajo una tela de espejos en la hierba, que tiene un aire, extraño!. ¡Con la música espinosa, y el reino fértil!. Fértil, fértil.
Fértil. ¡Qué sueña. algodonoso despertar, de pronto leyendo!. La historia que late, bajo el polvo, dorado en la memoria, encrucijada, en la pulpa, transparente y solitaria, nube débil dentro, de las arenas, y los mensajes del futuro.
¡Qué regresa y corre suave, por el camino!. ¡Del destino, aquí y allá de noche!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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