SENTIR INCORPÓREO
Al sobresalir.
Más allá.
De la piel.
Del amor.
Están dos vitrales tejiendo talleres,
en la paz,
en el aire,
del urbano personaje perdido,
ardiente inclemente.
¡Fantasía y tragedia!.
Sentir incorpóreo el color del viento.
Donde los óleos alumbran.
El martirio que es caricia.
Al balcón en crisis.
¡Más tarde que la pobreza del silencio!.
Menos a la deriva que la invasión.
Donde es abstracto el resorte,
y dulce cada sonrisa.
Incorpóreo sentir el dolor del agua.
Entre las amarguras.
En el cementerio madurando,
teje sueños hermosos,
la efervescencia desecando.
Con cada hora sagrada,
las cualidades de las conchas,
que en sus dichas llora,
los prestigiosos exteriores.
Porque ama las plegarias,
las enormidades interiores,
de cada latido,
que al yugo no se somete,
en los negros rincones del olvido,
en los grises vuelos sin nombre.
¡Qué sacuden al viento transparencias!.
¡Qué estremecen las olas al océano!.
Sentir incorpóreo.
Donde el suspiro,
es absoluto,
arquitectónico.
Del privado mundo,
del emocional desconocer,
que respira virginal.
¡Rodeado de lírica al acrílico!.
Con los oleajes.
Del sofisticado valorar,
tranquilos, beatíficos, radiantes,
al regreso insubstancial,
cuando la vida oscila.
Del todo, en todo.
Incorpóreo.
Sentir.
Que crece.
Y crece,
con el tiempo.
Aún vivo.
¡Qué la vida engendra!.
Y
nada
le impide
construir
sobre la bruma.
La esperanza en la certeza yerta,
bruma.
En la soledad arenosa,
que grave lucha.
Que aroma el pasado,
si el amor no desea,
si el dolor no enseña.
Incorpóreo.
Sentir.
Siente,
su desnuda carga.
Siente
Su canto sombrío.
Incorpóreo.
Y busca la paz,
tan fresca y sedosa,
en los dignos vestigios,
del amor,
disperso,
en la verdad.
¡Qué nadie quiere enfrentar!.
Siempre,
sabiendo,
del espacio esquivo.
¡Incorpóreo sentir infame!.
Del engañoso servil del tiempo,
tugurio tácito,
techumbre trepidante,
de la vida transitoria.
Del siempre atrapado.
Por la lisonja deslumbrante.
Por el halago rastrero.
Por la rústica zalema.
Por el agreste requiebro.
¡Del intemperante temporero!.
Autor Joel Fortunato Reyes Pérez