Rieles Descubrí que el aliento de los rieles brilla como guía espiritual de mi vagancia. Frente a ellos, todo disimulo falla Quedo rojo, sorprendido como un piano
Tienen los rieles la verdadera huella de mis ojos cautos. Miraron dentro mío desde que subí a su abrazo de viento, en esta dimensión sesuda del adulto.
Desnudo frente a ellos, como vacío impermeable gris, mis arrugados gritos de protesta.
Trepo en su pausado albergue para recorrer misterioso y azul las estaciones de lluvia donde se disimuló el temblor de una partida.
Vierto en su millón de dientes de madera la carcajada cercenada que se apretó contra el vidrio cuando se rebeló el pecho improvisando una puerta sin cuchillos para el ácido tropel de los gemidos.
Por eso los rieles, mis amigos, tuvieron que amamantar los nuevos sueños sepultando en desiertos los perdidos.
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Poeta
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