SIENDO TERRESTRE MEDITARSE
¡Haciéndose mucho más ausencia qué presencia!.
Un
Interno
Te
Rremoto...¡Earthquake, tremblement, erdbeben!.
Meditarse allí lejano... Ahí cercano.
¡Con todo el ayer dentro del nada futuro!.
Sin el ahora imposiblemente inmóvil.
Meditarse allí lejano... Ahí cercano.
Por la
florida y serena
tierra.
Liberados
Del cielo.
¡Qué musical,
humedece la sed!.
Donde quiera que esté, ése, momento.
¡Observa!.
Cada partícula del tiempo, existencial, eximio, excitante.
Entre.
Los granos el desierto en una gota.
Entre.
Los átomos del alma en un jardín.
¡Terrestre meditarse siendo celeste!.
Y
Donde no puede haber ningún mal bueno.
Ni un primer bien postrer mal.
¿Es posible a cualquier hombre
tejer al imposible?.
Por
El
Aún. ¡Del coloquio testarudo de la usura!.
Como...Un...
¡Hematófago, verdífago, macrófago!.
En el ayer más infinito de los finales, mañanas, vientos salados, como estaban al alba,
parpadeantes de maduras lágrimas ardientes,
climas metálicos, lava tranquila, y cicatriz de hojas.
¡La nube dentro del tercer antes desierto,
sobre las ínfimas espirales praderas!.
En la categoría terrestre.
De cada vena.
Con la novedad ancestral.
Del meditar un paraguas.
Del meditarse terrestre en la unidad,
del trigo, túnel, frijol, fiel,
y del maíz su trino.
En
El
Meditarse terrestre
Se... ¡Sé tú mismo, el qué nunca serás de otra manera!.
Donde
Se vuela con las alas de cada pestaña
Y
Se camina. ¡Por el camino jamás hecho por nadie!.
Antes
De la espuma del sol. Y después con el sol mismo.
Donde bajar y subir es lo mismo.
En donde la eternidad termina.
¡Cómo se puede bajar al techo de la noche!.
Y subir al fondo del corazón del alma.
En
La noche fresca. Meditarse terrestre.
¡No pienses si no quieres!.
En
El caballero transparente desilusionado.
En
La dama invisiblemente hermosa.
Como.
¡Aquél o aquélla!.
Ambos en uno solo del ninguno.
Como.
El. Caballero tanto monta.
¡Qué sean hechas hachas haches!
¡Cómo qué sean erres herraduras!
Hierros plásticos o indiferencia.