ARISTAS DE ARLEQUÍN
Por la vida filamentos ásperos.
Latidos del trigo.
En los después de agramados desmanes.
¡Arlequinesco vivir del grillete!.
Al morir desde nacer aristas.
Investidos muchos. ¡Solo ver!.
La escultura de lo vivo. (Qué ya no es).
La pintura de lo extraño. (Qué no engaña).
La música de lo lejano. Hila, hilo.
La danza de lo figurado.
Y
La letra.
¡Oh!. La letra, donde la figura.
Cesó y la gente, hila y pierde polvo.
El ser del arlequín.
Tigre, a veces, dices.
Trigo, a veces, de noche.
¡Mejores sueños tarde llegan!.
Entre la sombra muda,
y el espíritu desnudo.
¡Arlequinesco sentimiento vígil!.
Al uno, abismos, va sembrando.
Y al otro, las nubes va nevando.
Añublo, mal rosado del trigal.
Arriscado del existirse verdadero.
Ártico y desértico.
Artífice de auténticas quimeras.
Aristas del vivirse. ¡Arlequinado redondo!.
Por la vida.
Hecha de cuadritos.
Y de vidrios. Los mares son de rojo tintos.
Arlequín, arlequín, arlequín.
La causa nueva desea.
Alegre. Donde dura y muere esquí.
Vaporizado toda hirviente nieve.
La lengua.
Puede ser mil veces mal acabada.
¿Pero, la consciencia, genuina, cuándo?.
Aristas de mañanas y de tardes.
Teatro, trágico y genuino.
De papeles recorría la mano fría.
Media hectárea sigilosa.
¡En tres junglas del ya nunca desear!.
Un poco más.
Complicada.
La creación reluciente de los cuadros.
¡Corredores!.
¡Dónde los minutos faltan!.
En la lista.
Roja de antesalas. Anudando, mariposas.
¡En la máquina, maqui__nafer vorosa!.
Soprano labios penas.
¡Qué apenada, nada la tarde, de malas!.
Noticias.
Arista aguja ahora.
Alfil, alfiler, del arlequín.
¡Cómo aquél desajedrezado ad-her-eso!.
Sanguíneos gusanos de noticias.
Durante largas fantasías.
En el___Crucero___Desviado.
Digno disfraz del único remedio.
¡Dónde la razón fracasa!.
¿Confín acaso?___¿Acaso tiene caso ya?.
En el___Aquél___Aquéllo...Otro más allá.
¡Confín de las fáciles preguntas!.
Ilusión demasiado.
Confundida, refugio transitorio.
¡Rostro, rastro, arrastrado!.
Rostro.
Formal de las distancias.
¡Huecos sucesos!.
Tocamos.
El cuerpo qué conocemos.
Demasiado para decirlo.
En el amor también.
Arlequinesco azulado enrojecido reverdeciendo,
pajarracos retorcidos lameplatos, manada, pocilga, habitantes,
concluyentes del desastre.
Con la razón empantanada.
Demasiado...
Para decirse, desvestirse, desnudarse.
¡Al abrigo de la tierra!.
Galopando. Sobre. La cumbre.
¡Del torbellino lumbre!.
Sí.
Alguna vez, las palabras...¡Se agotan y se secan!.
En la pared del ruido.
El arlequín de mil aristas.
¡Templado se ha de lo adverso!.
Del inverso reverso de las cosas.
Del rudo ruido ruin rugoso.
La piel observa del silencio.
La noche hiel del ojo. ¿Cómo?.
¡Más jamás hay, en no decirlo!.
Y nunca cuando menos hay.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez