Poemas :  Desaliento radiante
DESALIENTO RADIANTE

El viento
Se
Estremece
Luz
Radiante
Cuando
Surge
Inclinada la humanidad vacía.
La humanidad de los libros que hablan de ella.
¡Qué ya no es por el cada día menos!.
Y el otoño traspasa de la vida genuina.
Del respeto bienhechor al desgraciado.
La radiante mojada y oxidada.
De la lluvia negra sobre desiertos blancos.
En las viviendas grises de las cavernas.

Praderas
Y
Calendarios
En
Los
Huecos
Huesos sepultados infecundos,
en los obscuros silencios,
de las sobrecogedoras telarañas.

Es como...
Segeln, navigare, naviguer, sail.
Sobre una vez en una.
Taschenmesser, temperino, canivete canif.

Des
Aliento
Del cada día radiante.
En la generación de los espasmos del sillón.
De la degeneración del escritorio mil veces.
De la organización dispersa y taciturna.
En la generación de los quizá del nunca más.

Más todavía hay quienes...
Dudan de los efectos de los múltiples agónicos.
De la calamidad de los micrófonos.
De los catastróficos virus.
De
La radiante insustancialidad del gusano.
De
La pompa asfixiante malvado desprecio de la vida.

Es
El
Desaliento radiante de los metálicos mañanas.
¡Sobrecogedora desnaturalización del hombre!.
Desadiante Raliento.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta

Poemas surrealistas :  Y callaron sus cuerdas
Y CALLARON SUS CUERDAS

Allí resbalan guitarras suspendidas y canciones.
Momentos que no vivieron...Ni vivirán.
Y no vivieron ya más el mundo ceniza.
Apoyando cada cuerda bajo el lago.

De palabras y postreros besos.
Allí...Allí cruzan las caras caídas.
Las manos en el pecho sin techo.
Las ilusiones mordidas y desnudas.

Los espíritus colgados y remotos.
¿Porqué...Porqué...Porqué?.
El Caos perdió sus alas en vertical caída.
Y los dolores navegan entre huesos.

Y el hondo abismo salta y nace.
Y la esperanza calcinada ríe y ríe.
Allí...Allí los bufones son escritorios.
Y usan corbata dueña de lirios párpados.

Violetas pálidas y hacen del miedo piruetas.
Allí...Allí los porqués son quién sabe.
Una eterna pregunta.
Un soberano orgulloso en cada silla.

Diferente y en tres niveles corruptos.
Pantanos bajo piel y carne pútrida.
Allí...Allí lloran las cuerdas sus guitarras.
Teclados olvidados por el suelo y cielo.

Y todas las sirenas cantan lóbregas despedidas.
Amargas bienvenidas de panteón y cementerio.
Allí las guitarras son ahora tumbas de tumbas.


Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
Poeta