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Escucho un leve ritmo era música de Mozart la reconocía,
en medio de una habitación desconocida me encontraba,
penumbras invadiendo el lugar y una pequeña luz que traspasaba un ventanal,
un rayo de luz de luna testigo de una entrega que tanto anhelamos
los corazones agitados, manos que tiemblan al contacto de la piel,
calor corporal, mis labios tiemblan al deseo prohibido,
el día de consumar ese gran amor.
No hay prisa…dejemos que nuestros cuerpos tomen su ritmo,
la noche es larga y la necesidad de amarnos mucho mas.
Nuestros cómplices esas velas y la luna.
Ligeramente acaricias mi rostro mientras tus manos temblaban,
igual yo correspondí a la caricia,
pensaba tengo miedo a despertar
y no estés mientras miraba la profundidad de tu mirada.
Había un fuego en ellos y quemaba nuestros cuerpos
a punto del clímax de solo mirarnos.
Mi vista se posa en tu boca y por unos momentos
mis dedos los recorren, mientras tu cerrabas tus ojos
esperado algo mas. Mi recorrido por tu cuerpo es lento,
apacible mis manos se deslizan a tu vientre,
mientras mi boca se prende a la tuya, poco a poco
me postro frente a lo deseado de mis labios,
y sabes perfectamente lo que hare me conoces bien,
y escapa de tu boca un pequeño gemido,
mientras acaricio suavemente ese tesoro que ya esta entre mis manos,
levanto mi vista hacia ti, tus ojos dicen sin pronunciar palabra,
¡¡¡hazlo!!! Es tuyo…me apropio de el,
no queriendo termine ese momento,
me invitas a levantarme mientras a punto de saborear
estaba ese néctar guardado para ese momento,
me abrazas fuertemente a tu cuerpo
mientras sentía el palpitar de el a través de mis ropas.
Ofreces una copa de champaña, tenia sed la tome apresurada,
aun la música se escuchaba deseaba continuar,
yo apunto de explotar, sonreiás mientras veías como perdía el control,
una risa de cómplice, de deseo pasión retenida.
Me tomaste mis mano y las pusiste sobre tus hombros,
empezaste a dirigirme a un baile lento, esa humedad en mi ya era evidente,
tu rodilla sintió esa humedad, de pronto detuve el baile,
mientras mis uñas se aferraron a tu espalda
fueron uno segundos interminables de sensaciones,
mis ojos cerraba, por la experiencia,
poco a poco fue pasando esa sensación
me volteaste de espalda suavemente
mientras hablabas a mi oído suavemente ¡¡¡te amo!!!
Mientras tus manos ocupadas acariciaban
mis pechos amenazaban salir por tus dedos.
Mi cabello húmedo del calor que desprendía mi cuerpo,
deseoso de ti. Mientras besabas mis manos
con pasos lentos te dirigías a esa extensa cama
que esperaba de nosotros algo mas que sexo,
mis ojos cerrados se dejaban guiar por ti,
esperado ya el momento, mi cuerpo ya gritaba,
y tu esperando lo pidiera dando margen, tiempo…
Me recostaste de espaldas suavemente sobre esa cama,
de olor limpio y fresco, mientras recorrías
con boca y lengua cada milímetro de mi cuerpo.
Delicadamente, sin prisas.
Mi cuerpo vibraba al contacto de tus labios ,
busque con mis manos aquello que uniría desde ese momento
nuestros cuerpos, me apropie de el , entre mis manos,
apretándolo sujetándolo deseando no escapara ,
y no pude mas… salió de mi un ¡¡¡dámelo!!!
Mientras no atendiendo a mi petición continuabas
explorando aun mas, me giraste de frente a ti,
buscando esa fuente de placer
ya desbordando de los jugos del deseo,
y tu lengua suavemente tocaba despacio,
de arriba abajo, y un gemido imprevisto salió de mi boca
mientras mis manos sujetaron tu cabello con fuerza
mientras ese orgasmo interminable era notorio.
Quise retirarte de allí, la pena me invadió,
pero insististe en beber hasta la ultima gota de amor que destilaba,
yo complacida busque tus labios, mezclando los sabores,
suspiraba profundo complacida y dije: pídeme lo que deses
solamente escuche de ti, soy tuyo disfruta esta noche es para ti…
descansaba en tu pecho mientras mis dedos y mi lengua jugaban con tu pezón.
De pronto un sonido fuerte, una alarma me despertó precipitadamente,
Yo desnuda, en otra cama. Otro cuarto, sin música, sin velas,
no estabas tú…….era un sueño, el más hermoso sueño que eh tenido.
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Poeta
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La lujuria en tu alma es una llama interna; que esta a punto de encender, eres la musa en mis poemas, eres la tentación encarnada.
La noche es mi legado, eres toda una mujer, una belleza que brilla en la oscuridad, eres mi cómplice.
Luna guíame a tu corazón, llévame en tus brazos, besa mi pobre y atormentada alma, que esta noche es especial.
Eres lo que busco, encajes y seda negra, lencería carmesí y labios de sangre, tu erotismo se libera, es la hora de la pasión prohibida.
Erick R. R. Torres (Ángel Negro)
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Poeta
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Veo tus labios y se me enchina la piel, quiero comerlos a besos e indagar en tu ser, para conquistar los que por cuestiones de moral y ética no puedo ver, esos que son fuente plena del más rico placer. Me prendes y me haces enloquecer, si me comparas con un volcán en plena erupción, simplemente no tengo comparación, tú me elevas a temperaturas desconocidas, incluso por mi, eres fuego puro, que me consume. Amo tu experiencia al amar, tu furtiva efusión al dar; mientras agrietas mi colchón, testigo mudo de largas noches de erotismo y fogosidad. Con tus treinta y cinco primaveras amas como niña con su vez primera, producto de la destreza al mover circularmente tus delineadas caderas. Me prendes hermosa y fogosa mujer, sólo basta ver tu tanga morada, para imaginar la morada de mi hombría, esa que con arte gozas noche y día. Debo aceptar que eres mi perdición, aunque creí no ser adicto, ahora lo declaro, eres mi más sublime adicción, la musa que robó mi corazón.
Autor: Edwin Yanes www.poesiagt.com
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Poeta
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Cuando tu pasión me pierde, tu piel me encuentra...
Es entonces que los besos que he diseñado para ti se despliegan desde el norte de tu boca en dirección al sur de tu geografía, muy al sur, en el espacio donde tu deseo se conecta al mío y ambos se unen transformando nuestros cuerpos en una sola sensación...
En mi recorrido, atravieso tus montes, los que escalo y desciendo con especial dedicación, coronando la cima de tus picos con mis dientes, que te muerden suave, para recordarte que allí estoy...
Será que me gusta recorrerte. Tu mapa ofrece todas las opciones, eso hace que viajar por tu piel suave sea una fascinante aventura llena de un misterio perfumado que me encanta develar.
Eres mi sueño, mi pasión, mi delirio, un hermoso paraíso del que no pretendo apoderarme, sino solo recurrentemente conquistar.
Por eso en mi viaje por tus playas intento dejar la huella viva e imborrable de tus ganas despiertas, para que el recordarme traiga a tu deseo la sed de permitirme volverte a disfrutar...
Juan Leandro Alzugaray
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Poeta
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Silencio, que las estatuas apenas se mueven.
Hay que evocar la oscuridad para revivir el recuerdo; cierro los ojos y vuelvo a mirar:
dos cuerpos a la velocidad de la nube se besan, se miran, se entregan; no quieren convertirse en el otro, no quieren disfrutarse en el otro. Desean ser el Uno en ese acto que los hace amantes, es decir, portadores y cuerpo del amor. Se miran, lo demás sucede: las manos acarician sin saberlo, las bocas besan ignorando. La entrega es natural y certera, no hay nada que aprender en ese primer encuentro. Los acontecimientos se dan como la ignorancia de la luz que a todos ilumina.
La entrega es perfecta y no tiene final puesto que hoy que estoy solo no lo recuerdo.
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Poeta
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!Cuántas fantasías evolucioné, sudoroso, luchando con las rodillas apretadas de Edelmira¡
Hasta alcanzar, locuaz, grotesco o cibernético, su casto jeroglífico.
Hasta ascender, ilusionado, el penúltimo camino, esgrimiendo los besos más furtivos.
Hasta quedar, pétreo y mordido, suplicando conclusión del compromiso.
Porque ella, mi Edelmira enamorada, prisionera de atavismos ancestrales, en algún estoico aliento victoriano, censuró mis embestidas alocadas…
!Virginalísima Edelmira apasionada¡ con la organiza crepitante en clarines constreñidos, esquivó mis estocadas bizantinas, alejándose tras hosca despedida.
Y fue así, con Edelmira acalorada, que aprendí, vía orgullo macerado, y en escandaloso latín languidecido, el punzante significado del: “coitum interruptus”.
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Poeta
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¡Esta noche… esta noche!… ¡Vas a conocer de qué está hecho mi amor! ¡El cielo será testigo de todo mi fuego… de la pasión que me abrasa cuando estoy contigo!... Mudo testigo la luna… en la gramilla cubierta de plata, de música nos tiende un manto, y cuando la última prenda agonice en tu cuerpo... el brillo de tus ojos hablará por ti. ¡Arrancaremos a la noche sonidos ocultos palabras no dichas en medio del clímax, te llenarás en mi cuerpo de placeres nuevos sintiendo la dicha de llamarte mía! ¡Quédate pegada a mí… haciendo de tus fantasías la más sublime de las realidades! ¡Deja me quede prendido a tu cuerpo… a la fuerza interior de tu vientre! ¡Haz que mi cuerpo arda con el calor de tu aliento porque más que pasión… es amor lo que nos une! ¡En armonioso vaivén tejeremos con mis arrestos y tus arrebatos… los compases de una nueva melodía!… La mañana abrirá los ojos… encontrando dos cuerpos desnudos… cubiertos de cielo y de amor odorantes a hierbas y flores, acariciados por el rocío del alba. Te despertaré con un beso en los labios… porque ante los ojos de Dios y del mundo ya somos uno, unidos por esa roja manzana, que entre besos, abrazos y agonías palpitantes en la noche, nos puso en el paraíso. Delalma
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Poeta
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La angustia de existir me acerca a ti… Así como las almas se acercan a Dios, ¡yo era prisionero del pasado pero tú amor me ha salvado! ..................................
Sin preguntas ni objeciones… dos silencios, dos miradas y una pasión que brota desde el alma, con ese amor que trae calma. Yo existía en un mundo lleno de aflicciones, lamiendo las heridas que las batallas de la vida me habían infligido… pero llegaste tú, con devoción en los ojos y miel en los labios. Trajiste el hálito de vida que yo necesitaba... con el amor exudándote la piel, ¡La ilusión florecida de una golondrina y el valor apretujado en las entrañas! ¡Nos enamoramos… y aquí estamos!… ¡que hablen, siempre van a hablar los que no conocen el calor de un beso ni saben lo que es amar y ser amado! ¡Mira la alcoba, hoy es la noche esperada!, ¡he puesto sabanas de nívea seda, para que tu pelo y tu tez amada aromen mi cama y mi almohada! ¡Inventaremos ésta noche los dos!, todo puede esperar, nuestro amor jamás… ......................................... ¡Amor!... ¡qué tersa tienes la piel!
¡Para ti mi amor…! ¡ven… bésame!
Delalma
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Poeta
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Me gusta tenerte entre mis brazos rozar con mis manos tu piel de durazno y ver risueños tus ojos almendrados… claro oscuros como capulí. Mujer de tomo y lomo, de mi vida y de mi lecho me deleita sentir tus senos en mi pecho… ¡Frescos, como frutos de naranjo en primavera! ¡y el aroma de tus flores recién hechas! Me encanta que seas mi amor, mi mujer, mi compañera ¡Saber que es amor, no sólo tu cuerpo! mientras tus piernas, son gacelas presurosas que escapan de mis manos: agitadas… sudorosas. Me cautiva travesear contigo y esconderme mirar tus párpados pegados y moverme, unas veces delante y otras detrás y morder tu boca... cuando me provoca. Me gusta beber… gota a gota el néctar de tu fuente, y besarte tiernamente… en el sublime instante… de le petit morte. Delalma
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Poeta
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