MEMORIA DEL POLVO (Experimental Neosurrealista)
Natural de la tierra en los surcos del agua en las esquinas. Del viento. Del cielo. ¡Misteriosa!. Frontera nocturna De Las olas Tatuadas en las nubes.
¡El polvo recuerda su polvo!.
Porque al desnudar al tiempo se llega tarde, a la cortina de las nubes dentro, de la noche vestida de verde, sin rumbo, cenizas de nieve, amarilla, la sonrisa, que vive fuera de la fosa, con el terciopelo del olvido esbelto.
Por el complicado sistema de diques, estanques y canales, que atienden los más mínimos sentimientos, del suspiro, cuando está demasiado duro, y enfriarlo cuando está caliente, bajo los dedos, y sus compuertas y depósitos.
Del mismo modo, que su actitud hacia la muerte, es una clave, para comprender las brumas, escalonadas junto a sus hermanas las sombras, demostrando la existencia de la luz, que mantiene sus restricciones a las pétreas retinas.
Con el rostro nuevo, de los viejos versos azucarados, con los limones salvajes inquietos. ¡Por los cántaros llenos de sueños!. En el polvo que muere confuso.
Con los ingredientes invisibles, que entran en la fabricación, de la salida, de la vida del cuerpo, que ha saltado el aliento, en un esfuerzo gigantesco, para comprender, que el polvo es solo polvo, en la memoria, liberado de los caprichos, de la producción natural, que sirve de garantía a las divinas especificaciones.
Del control de calidad, del olvido, de todo lo negado, de todo lo callado, de todo lo omitido.
El ser, del engaño un privilegio, del embuste glorificado. Al atardecer. ¡Qué viejo reaparece!. Como el ganado, de siglos, con la ruda voz de los milenios, del tiempo de sol a sol, solo pasando.
¡Del polvo de la vida recordada, al polvo de la muerte olvidado!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez
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Poeta
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